“Personalidad” (Gonzalo Díaz), “Salud en la danza” (Ana Graciani), “Acertado” (Daniela Merlo), “Inclusivo” (Gabriel Matías), “Oportunidad” (Pablo Dávila), “Un espacio de cine para la danza” (Cristina Masson). Así definen algunos de sus artífices este festival. La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en colaboración con la Federación Estatal de Empresas y Compañías de Danza (FECED) organizan este ciclo que celebró del 2 al 6 de abril su décimo aniversario.
Cía. Gabriel Matías
En esta ocasión ocho propuestas fueron las seleccionadas para llenar el escenario. El martes arrancó Elephant in the black box con Travesía, una pieza de Jean-Philippe Dury. Al día siguiente, les tocó el turno a Begoña Quiñones y Verónica Garzón y y su El problema filosófico del cambio. El miércoles fue, por un lado, para Ana F. Meleiro y Luna Sánchez que apostaron por Pies de gallina y, por el otro, Higiénico Papel Teatro con la coreografía de Pablo Dávila y Laura Iglesia Consecuencias de la sed. El penúltimo día actuó la Compañía Gabriel Matías llevando Terra. Y el broche final lo pusieron la Compañía Estela Alonso quien creó Renacer y resurgir, Lucía Vázquez en Bajo el árbol y Richard Mascherin & Miss Beige terminaron con Más información al reverso. Una edición con una acogida sin precedentes que colgó varios días el cartel de completo. “Ha sido muy sorprendente tanto para mí, como para la Fundación y la sala porque la noche que estuvimos se llenó” confesó Gabriel Matías.
“Me enamoré del flamenco, del ambiente y de la gente”
Esta muestra lleva por bandera la danza contemporánea, española y el flamenco y como ejemplo de la primera disfrutamos este año de Higiénico papel teatro cuya obra Consecuencias de la sed se estrenó en 2021 y trata sobre el duelo y sus cinco fases. Nos habla del proceso de añoranza y la búsqueda de un camino para lidiar con la pérdida. Se trata de una pieza muy laureada tanto por su composición musical, como la dirección escénica de Laura Iglesia e interpretación de Pablo Dávila. Este último, tras pasar dos años en Holanda formándose con una beca de la SGAE, ha decidido volver a España y devolver esta pieza al lugar que se merece, los escenarios.
‘El problema filosófico del cambio’ de Begoña Quiñones y Verónica Garzón
En esta edición en representación del flamenco tradicional hemos disfrutado de un caso curioso. El del brasileño Gabriel Matías que vino a Madrid con 18 años para vivir de este arte y de este estilo. Gabriel empezó a bailar por casualidad cuando su madre se apuntó a una academia de flamenco. “Yo era muy chico y le acompañaba. Me enamoré del flamenco, del ambiente y de la gente”. Gracias a todo ello nace Terra que va más allá de la tradición flamenca y cuenta la historia de un emigrante que llega a tierra extranjera por su pasión por el baile.
Historia de un festival
En 2015, de la necesidad de dar visibilidad a los creadores la Fundación decide organizar un festival de danza en la Sala Berlanga. Este espacio polivalente hasta ese momento dedicado principalmente a la proyección de cine de autor e independiente no parecía disponer de las condiciones (principalmente espaciales) propicias para el baile. Pero todo “empezó como un experimento, ver si en ese espacio, relativamente pequeño, se podía mostrar el trabajo de nuestros coreógrafos y coreógrafas” confiesa Ana Graciani, directora institucional de artes escénicas de la SGAE. “El arte es así, a veces tienes que adaptarte a lo que hay y así surgen cosas diferentes”.
“La sala tiene de por sí su propia historia, mucho carisma y cuando llegas se nota esa energía de todo lo que ha pasado y toda la cultura que comparte”
El resultado fue un ciclo con piezas normalmente adaptadas, lo que las hace únicas, que se ha ido consolidando a lo largo de estos diez años gracias a la calidad y diversidad de las muestras y a un precio muy reducido (3.50€). Lo que atrae a un público mayoritariamente joven.
Bailar en la Berlanga 2023
No es fácil para los bailarines y coreógrafos encontrar espacios donde divulgar su arte y eventos como este que hacen posible que compañías jóvenes puedan dar salida a su talento. Por la Sala Berlanga han pasado autores noveles que, finalmente, han despegado y se han convertido en patrimonio cultural de este país dándole la razón a iniciativas como esta.
“El festival tiene una parte importante de nuestra historia. Comenzó justo cuando nosotros empezábamos” cuenta Gonzalo Díaz, director artístico de caraBdanza. Actualmente una de las compañías más punteras de España que recuerda de forma especial su paso por el festival. “La sala tiene de por sí su propia historia, mucho carisma y cuando llegas se nota esa energía de todo lo que ha pasado y toda la cultura que comparte”.
Cada año un comité de la SGAE selecciona entre los candidatos sus apuestas para esa edición basándose en criterios de impulso de la cultura diversa e inclusiva. Fruto de ello la muestra ha abierto el telón a compañías y bailarines de prestigio como Kukai Dantza, Daniel Doña, Carmen Roche, Elías Aguirre, Vanesa Aibar, Sara Cano, EnClaveDANZA o Larumbe.
Estas dos últimas traen algo especial que ocurre en este ciclo y es compartir espacio con otros artistas. Algo que, lejos de avivar la competencia, enriquece al intérprete y al espectador por partes iguales. EnClaveDANZA y Larumbe llevaron esto a su máximo exponente cuando, en la edición de 2019, bailaron juntas su espectáculo Tres mujeres. Una ocasión que no solo une bailarines sino también procedencias. Juan de Torres (cofundador y coreógrafo de Larumbe), nacido en Argentina de padre belga y madre española junto a tres mujeres. Daniela Merlo (Larumbe) italiana, Cristina Masson (EnClave) brasileña y la flautista española Trinidad Jiménez. “Si no colaboramos entre nosotros tenemos peligro de morir” cuenta Daniela. Como ejemplo de esa colaboración aparece una pieza que trata de las historias que surgen entre tres mujeres, las dificultades a las que se enfrentan y la forma de ayudarse entre ellas.
“La danza tiene esa cosa que parece que llegan y bailan. Allí, cuando nos desnudan los procesos, tienes la oportunidad de darte cuenta de todo lo complejo que es desde que nace la idea hasta verlo en un escenario”
Antes de cerrar la puerta del festival hasta el año que viene, existe desde sus inicios algo propio de Bailar en la Berlanga que es el coloquio final con el público. Al terminar cada jornada los espectadores tienen la oportunidad de hablar y preguntar a los artistas. Ambas caras de la sala tienen, así, la oportunidad de alimentarse del arte. Reflexionando sobre lo que han disfrutado desde la butaca o vivido sobre las tablas. “La danza tiene esa cosa que parece que llegan y bailan. Allí, cuando nos desnudan los procesos, tienes la oportunidad de darte cuenta de todo lo complejo que es desde que nace la idea hasta verlo en un escenario” concluye Graciani.
