UNA VISIÓN FEMENINA DEL MITO DE DON JUAN

Beatriz Argüello: «La valentía de Leonor está en darse cuenta de que su honor sólo le pertenece a ella»

La actriz dirige la comedia ‘Valor, agravio y mujer’, obra de la dramaturga barroca Ana Caro que se estrena por primera vez en el Teatro de la Comedia en Madrid

Imagen de ' Valor, agravio y mujer' de Ana Caro de Mallén dirigido por Beatriz Argüello en el Teatro de la Comedia

Beatriz Argüello dirige la comedia barroca ‘Valor, agravio y mujer’ en una adaptación firmada por Juana Escabias.

Comedia y feminismo se unen en Valor, agravio y mujer, un divertido clásico con claros rasgos de contemporaneidad, escrito por Ana Caro de Mallén, que llega a la Sala Principal de la sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Dos mujeres son las responsables de esta versión del texto barroco que sigue manteniendo su vigencia y frescura. Con la adaptación de Juana Escabias, Beatriz Argüello dirige un espectáculo que critica las costumbres de la época, cuestiona la posición que ocupan las mujeres en el orden social, y parodia el mito de don Juan ridiculizándolo.

La obra presenta la historia del burlador don Juan desde una perspectiva femenina. Tras haber sido abandonada por el galán que le dio palabra de esposo, Leonor decide recuperar su honor. Para ello, viaja en su persecución hasta Flandes disfrazada de hombre y convirtiéndose en Leonardo. Empleando tanto el ingenio como la fuerza, Leonor acorrala a Juan, impidiendo que pueda seducir a otras mujeres y que otro rival amoroso lo mate. Finalmente, don Juan, reconoce su compromiso y su obligación y, tras mostrarse arrepentido, acepta casarse con ella.

El montaje, protagonizado por Lucía Barrado, Pablo Gómez-Pando, Jesús Hierónides, Natalia Llorente, Ignacio Jiménez, Luis Moreno, Paco Pozo, Sol Vicente y Julia Piera, estará en cartel del 13 de abril al 4 de junio en el Teatro de la Comedia.

Ana Caro de Mallén: la décima musa sevillana

Ana Caro de Mallén nació a finales del siglo XVI en el seno de una familia de moriscos granadinos. Aunque algunas fuentes sitúan su lugar de nacimiento en Granada, son más numerosas las que apuntan Sevilla como su punto de origen. Adoptada por el Procurador de la Real Audiencia de Granada, Gabriel Caro de Mallén, desde muy joven fue una mujer que vivió por y para la escritura y que, además, pudo hacer de su profesión un modo de vida. Fue una escritora reputada en la época; cobraba por su trabajo y sus clientes pertenecían a la nobleza, tanto de Sevilla como de Madrid.

Escribió obras de teatro, sonetos, loas, numerosos encargos para confeccionar relaciones (textos pre-periodísticos sobre sucesos, religión, política y cualquier hecho de interés social) y crónicas de las fiestas sevillanas de la Corte. Si bien Ana Caro creó en el Siglo de Oro numerosas comedias, sólo dos se conservan en la actualidad: El conde Partinuplés y Valor, agravio y mujer. Lamentablemente, por catalogación errónea, o por motivos que se desconocen, han desaparecido el resto de sus textos.

Sin embargo, esto no puede obviar el hecho claro de que en la época fue considerada como una figura muy poderosa, que estrenaba al mismo nivel de los grandes, a pesar de que hoy es una gran desconocida. De hecho, sus contemporáneos la denominaron la «décima musa sevillana», tal y como afirma Luis Vélez de Guevara en El diablo cojuelo, diciendo sobre ella que recibió aplausos en los corrales de Madrid y murió en 1646 a causa de la peste.

Durante una gran temporada Ana trasladó su residencia a Madrid, donde conoció a grandes intelectuales. Pero sin duda la persona que más le influyó, y con quien vivió durante un tiempo en la capital, fue la escritora María Zayas. Compartieron mutua admiración y Ana se vio muy contagiada de su carácter luchador, lo que hace pensar que la fuerza del personaje de Leonor, en la obra Valor, agravio y mujer, está impregnada de la esencia de Zayas, una mujer libre y adelantada a su tiempo.

‘Valor, agravio y mujer’: una comedia con nombre de mujer

Valor, agravio y mujer es una comedia de capa y espada de la que sólo se conservan dos manuscritos en la Biblioteca Nacional de España fechados en el siglo XVII, así como otros dos en lugares tan dispares como la Biblioteca Pública de Nueva York y en Sevilla.

Por primera vez el texto se estrena en la Sala Principal del Teatro de la Comedia y lo hace en una producción con nombre de mujer. «Juana Escabias es una gran investigadora de la autora Ana Caro de Mallén y ha hecho un excelente trabajo de campo, de viajar a Sevilla y rastrear todos los documentos que ha podido encontrar para hacer la biografía de esta mujer, que era absolutamente desconocida», declara a TeatroMadrid la directora del montaje, Beatriz Argüello.

La dramaturga ha estado durante muchos años detrás de que se montase algún texto de la escritora barroca y no ha cesado en su empeño hasta conseguirlo. Fue ella quien, junto a Lluís Homar, decidió, en una reunión, que se programase por primera vez en la sala principal del Teatro de la Comedia a una autora del Siglo de Oro.

Beatriz Argüello: «Este montaje es un sueño cumplido y está siendo una aventura maravillosa desde el primer minuto»

Y en este momento fue cuando apareció Beatriz Argüello, que había trabajado como ayudante de dirección en la última producción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Lo fingido verdadero. «Lluís me reunió en su despacho y me ofreció este maravilloso texto, que yo no conocía, y me presentó a Juana. Y ahí empezó todo», rememora Argüello.

Muy agradecida por esta oportunidad y por el privilegio de dirigir un espectáculo bajo el amparo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, la actriz aceptó el reto de enfrentar este sueño cumplido que está siendo para ella «una aventura maravillosa desde el primer minuto».

Imagen de ' Valor, agravio y mujer' de Ana Caro de Mallén dirigido por Beatriz Argüello en el Teatro de la Comedia

Un amplio reparto encabezado por la actriz Lucía Barrado protagoniza este estreno absoluto en el Teatro de la Comedia.

Juana y Beatriz han trabajado mano a mano con este texto de gran belleza y riqueza métrica, a partir del cual han creado una versión que es «muy respetuosa con los manuscritos que nos han quedado. Lo único que hemos hecho ha sido agilizar un poco algunos parlamentos de don Juan y doña Leonor que se hacían demasiado extensos y repetitivos». También han realizado una pequeña labor de clarificación a nivel textual de alguna cosa un poco gravosa que pudiera ser complicada de comprender para el público. «Hemos intentado que se pueda entender de una forma más clara y plausible», matiza Argüello.

‘Valor, agravio y mujer’ o la libertad femenina

«Engañaste si imaginas,
Ribete, que soy mujer.
Mi agravio mudó mi ser»

Este verso encierra toda la esencia de la obra Valor, agravio y mujer en la que Ana Caro de Mallén emplea las convenciones de la comedia urbana, para crear un juego escénico donde, por primera vez, la mujer decide por sí misma.

«En este texto las mujeres de la función son los principales motores de la acción dramática. Aquí no está la figura de un padre que tenga que casar a una hija, ni del rey que llega al final de la función a impartir justicia. No está la figura de hombre como el responsable de resolver el conflicto», apunta Beatriz Argüello.

Leonor quiere recuperar por sí misma el honor que le quitó don Juan al prometerle casarse con ella y después no cumplir su palabra. Por este motivo, ella le persigue para lograr su venganza. Esta acción de defensa estaba históricamente vinculada al hombre. Al ser deshonrada, una mujer era vengada por su padre, hermano o marido.

En este caso, Leonor no necesita de ningún hombre y restituye su honor por sí misma. «Ella es el motor de la acción, es el punto de vista de la mujer agraviada que viaja a vengar y restituir su dignidad como mujer y como persona. Ella va detrás del hombre», concluye la directora.

Beatriz Argüello: «En la obra las mujeres juegan con total libertad su erotismo y sus ganas de disfrutar la vida»

Leonor emprende un viaje iniciático: empieza la función como una joven y acaba encontrándose a sí misma al final de la obra convertida ya en una mujer. La dramaturga Ana Caro, a través del personaje de su protagonista, toma la decisión de perdonar a don Juan cuando éste muestra su arrepentimiento, y finalmente Leonor se casa con él. Esta actitud, que puede parecer a primera vista conformista, nace realmente desde el coraje. «La valentía de Leonor está en darse cuenta de que no necesita que el otro restituya nada, que su honor sólo le pertenece a ella y ella tiene que dar valor al agravio por sí misma», desvela Beatriz.

Imagen de ' Valor, agravio y mujer' de Ana Caro de Mallén dirigido por Beatriz Argüello en el Teatro de la Comedia

Comedia y feminismo se unen en este divertido clásico con claros rasgos de contemporaneidad de la dramaturga barroca Ana Caro.

Además, la protagonista recibe una gran sorpresa a su llegada a Flandes al encontrarse allí a unos personajes femeninos que también están liberados del yugo patriarcal. «Ellas no están sujetas a una norma, juegan con total libertad su erotismo y sus ganas de disfrutar. Eso hace que de pronto el peso femenino de la función adquiera una relevancia particular aquí», afirma Beatriz.

De esta obra se ha escrito que es una visión femenina del mito de don Juan y, sin duda, aquí está presente ese hombre totalmente irresponsable de sus actos que hace lo que le da la gana, sin pensar en que sus actos tienen consecuencias. «Leonor le va a buscar para pedirle cuentas. Este don Juan nuestro es un don Juan previo al de Tirso, al burlador. No es asesino, no es violador, pero bueno, tiene atisbos de haberse podido convertir en ello si no llega Leonor y le para los pies», aclara Beatriz Argüello.

‘Valor, agravio y mujer’: la mujer disfrazada de hombre

En la obra Leonor se viste de hombre para vengar su agravio. El uso del disfraz era muy recurrente en numerosas comedias de capa y espada del Siglo de Oro; de hecho, Lope de Vega lo empleó muchísimo en sus obras. No obstante, en este caso el artificio no aporta a la protagonista las cualidades consideradas típicamente masculinas como el valor, puesto que Leonor ya es una mujer valiente sin necesidad de ningún disfraz.

No obstante, sí es cierto que provoca un cambio en ella, pues ante los ojos de los demás, el atuendo la convierte en alguien diferente. «Hay una cosa muy bonita en este texto que es el sentido de la vista y de la ceguera del amor. Nos gustaba la idea de que ese Leonardo poco a poco se va descuidando y va apareciendo esa Leonor a través de ese disfraz, entendido como elemento de libertad, de juego», dice la directora.

Aquí el artificio no es un escudo, es un espacio que concede la libertad de poder actuar como se quiera, y al mismo tiempo es también una pequeña falta de responsabilidad, ya que en este juego todo está permitido.

«Nos resultó interesante la idea de ir desgajando el disfraz, pero nadie es consciente de que de pronto tiene delante a una mujer», explica Beatriz. El montaje apuesta por mostrar este juego escénico a vista del público, y así Leonor es convertida en un joven que poco a poco a lo largo de la función se olvida de su propio atuendo. Una apuesta por un final lleno de simbolismo que es un verdadero reencuentro a través del amor.

El estreno absoluto del espectáculo Valor, agravio y mujer es un acontecimiento cultural más allá del hecho teatral, que también es importante, para descubrir la obra de, hasta ahora una gran desconocida, Ana Caro de Mallén. «Esto es un brindis por ella», concluye Beatriz Argüello. Dicho lo cual, sólo queda decir: ¡Salud y teatro!

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Escrito por

Periodista y filóloga hispánica que ha hecho de su pasión por la cultura y las artes escénicas su forma de vida. Creadora de contenidos editoriales de TeatroMadrid y redactora de la Revista TM.

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