Reír nos regala años de vida, o eso dicen. Pero vamos a tener que buscar otro elixir para acercarnos a la vida eterna, porque cada vez hay más ofendidos por la carcajada ajena, dispuestos a juzgar como a un delincuente a quien ejerce el humor. Sobre esto hablamos con Betsy Túrnez y Cristian Valencia, que nos presentan La Gran Ofensa.
A ver, siéntate un momento y hazte una pregunta: «¿Qué chiste me ha ofendido últimamente?»
Hay temas que admiten menos broma, porque no sabes si el interlocutor habla en serio y eso, según quién lo diga, asusta. Otras veces el chiste duele porque tu historia tiene algunas heridas abiertas. Pero… ¿hay que juzgar o tenemos que afrontar la broma?
Oriol Pérez y Serapi Soler dirigen La Gran Ofensa, una comedia coproducida con El Terrat y protagonizada por Dani Amor, Betsy Túrnez y Cristian Valencia.
“La Gran Ofensa invita a reflexionar sobre la idea de qué ocurre hoy en día con la libertad de expresión y en concreto con el humor”, nos explica la actriz Betsy Túrnez.
En tiempos de crisis la risa debería ser un buen salvavidas, pero la realidad es que la carcajada es un elemento más para arrojarse ladrillos a la cabeza, da igual en el escalón social que habites. Todo irrita, todo vale. “Hay muchos procesos o denuncias sobre chistes, está normalizado, no llama la atención. Además, con las redes sociales todo se mueve mucho más rápido y no tienes tiempo para la reflexión”.
El humor es una vía a través de la que se informa de una manera mucho más efectiva y viral. Te cuenta la realidad de un modo que cala y queda. Que los cómicos sean uno de los grupos más perseguidos cuando los dictadores de cualquier bando se sienta a decidir, no es casual. Como afirma Betsy: “El humor es peligroso porque es importante”.
Con “La Gran Ofensa” sobrevolando la conversación, cae una pregunta al suelo: ¿qué es lo que tanto ofende del humor? ¿Cuál es el daño que provoca?.
“No lo sé. Las personas que se ofenden sienten el chiste como un ataque, una insensibilidad o una crueldad. Deciden que el tema que toca es importante para tomárselo a broma”. Betsy reconoce que había ciertos chistes de los que aparecen en el texto de la función que le costaba verbalizar. Tenían impacto en ella, los rechazaba. Pero con el paso del tiempo se transformó, evolucionó ella con el texto, o el texto con ella. “Un chiste ofensivo termina siendo sanador, ayudado a sobrellevar una situación complicada, te enseña a desdramatizar”.
Según Cristian Valencia, hay dos tipos de personas que se ofenden: “A los que el chiste les llega al corazón por un motivo concreto, y la persona que busca una causa que abanderar y tiene herramientas sociales y judiciales para llevarlo a cabo”.
El humor es un arte altamente subjetivo, como la pintura, la literatura, la música. La risa brota en función de un momento concreto que viva quien recibe el chiste. Así que, ¿cómo se defiende el humor? ¿delante de quién tiene que esgrimir sus argumentos?
Los primeros jueces somos nosotros, cómicos incluidos. Por ejemplo, ante el famoso hilo de Twitter de Camilo de Ory acerca de la dramática muerte del pequeño Julen, Betsy afirma que a ella le pareció excesivo el humor en este caso. “No me irritó la broma, si no el incidir. A veces el problema está en la repetición, no en el chiste”. Y zanja la polémica con una frase que le dijo un compañero: “Si se tuviera que procesar por ser imbécil, yo ya estaría en la cárcel”. Él y muchos de nosotros.
“Cada uno tiene su límite con el humor, pero eso no se puede juzgar”, sostiene Cristian Valencia, quien pretende que la obra genere debate y “quienes estén enroscados en una posición muy tajante, cambien. Queremos que la obra de las herramientas para abrir la mente”.
“El humor ayuda a despensar, a normalizar temas complicados. La vida sería mucho más difícil si nos la tomáramos siempre en serio. La sátira afloja situaciones tensas.“ Lo dicen los actores y lo firmo yo sin dudar. El humor es la receta que nos salva por dentro de los de fuera. ¿Quién se atreve a meterlo en la cárcel? En La Gran Ofensa, quizás tú.
Texto Iduna RuSol / @IdunaRuSol
Fotos cortesía de El Terrat
