“Como soy una estrella, no voy a tener un catarro ¡tengo una neumonía! ¡Yo tengo todo a lo grande!” bromea una Concha Velasco recién recuperada de esta afección que la obligó a suspender algunas funciones de El funeral, la obra que ahora nos presenta entusiasmada en el Teatro de La Latina, tanto es así que comenta entre risas que le dijo a la doctora que la atendió “O me pone usted buena o me quito los cables y me voy”.
No puede ser para menos, El funeral es una función muy especial para Concha por diferentes motivos, la recupera para la comedia después de encadenar varias propuestas dramáticas y, además, lo hace de la mano de su hijo Manuel M. Velasco, quien ha escrito el libreto y la dirige en una producción que promete hacérnoslo pasar en grande “es una comedia muy loca, muy divertida, en la que todo el tiempo están pasando cosas” comenta Manuel en la presentación a medios.
Jordi Rebellón acompaña a Concha Velasco en escena, sustituyendo a Antonio Resines que tuvo que abandonar la producción por problemas de salud, y que nos descubre a un Rebellón en su faceta más cómica “Esto sirve para que los actores nos oxigenemos un poquito y para que la profesión se dé cuenta que podemos hacer otras cosas”. Junto a ellos encontramos a Clara Alvarado (La casa de papel), Cristina Abad (Acacias 38) y Emmanuel Medina (El tren de las 22:27) quienes completan el reparto de esta historia que la propia Velasco nos resume “Es la historia de una actriz muy famosa, quizá menos famoso de lo que ella cree que fue, que ha pedido a sus nietas que le hagan un funeral en el mejor teatro de Madrid porque si no, no les va a dejar nada de herencia”, punto de partida de esta comedia de fantasmas llena de sorpresas y efectos, en la que el espectador encontrará referencias cinematográficas escondidas en cada uno de sus rincones. “Es un encargo que me hizo mi madre” comenta Manuel “Me dijo ‘No te voy a dar argumento, pero te voy a decir películas que nos gustan a los dos y cosas que hacen actrices en estas películas que a mí me gustaría hacer alguna vez en la vida en un escenario’” y desde ahí comenzó a construir El funeral, donde encontraremos referencias a lo que hace Angela Lansbury en La bruja novata, Julie Andrews en Mary Poppins o Glenn Close en Sunset Boulevard “La obra está llena de guiños cinematográficos (…) Se hablan de un montón de películas constantemente, durante los ensayos se nos han ocurrido un montón de gags cinéfilos nuevos”.
“La obra es una versión exagerada de nosotros mismos» nos explica Manuel, sobre esta versión pasada de vueltas inspirada, en parte, en la propia familia Velasco «Lucrecia Conti es una versión muy exagerada de Concha Velasco y de las grandes divas; Alberto Luján es una versión muy exagerada, no del representante de mi madre, sino de todos los representantes; y luego Maite y Ainhoa, que son dos versiones muy exageradas de mi hermano y de mí”, una propuesta que, como sucede siempre que Concha Velasco regresa a Madrid, se convierte en acontecimiento para el público de la capital, prueba de ello son las cerca de 5000 entradas ya vendidas en la preventa; público que además tendrá un papel determinante dentro de la función “El público va a participar de una manera o de otra, tiene una parte importante dentro del esquema de la obra. Es otro personaje más que está aquí y que participa” advierte Rebellón.
Mucho se habló de que esta sería la función que marcaría la retirada de La Velasco, de momento la tendrá ocupada hasta enero del 2020, fecha prevista para cerrar gira en Barcelona, pero Concha se niega a dejar los escenarios, en la presentación laznó una petición a Jesús Cimarro, productor del espectáculo, “¡Yo quiero un Mérida!”; toda una declaración de intenciones para esta dama de la escena que rebosa energía y sentido del humor “¡Cuantos quisieran asistir a su propio funeral!”.
Texto José Antonio Alba
Fotos Gerardo Sanz