‘Doña Francisquita’ viaja por el tiempo en la versión que Lluis Pasqual presenta en La Zarzuela

José Antonio Alba

Este año se cumplirá el 20 aniversario del fallecimiento del maestro Kraus. Por esa razón todas las
funciones de Doña Francisquita estarán dedicadas a la memoria del tenor canario que llevó la
zarzuela por el mundo entero.

En la presentación de este nuevo montaje de la celebérrima obra de Amadeo Vives, todos los
presentes, desde Daniel Bianco al director de escena, Lluís Pasqual, el director musical, Oliver Díaz, o
el elenco al completo resaltaron la absoluta e incontestable calidad de esta partitura. Es casi “un
grandes éxitos” del mundo de la zarzuela, porque la sucesión de números magistrales y célebres es
tal, que no permite un segundo de descanso ni para los músicos ni para los cantantes ni para el
espectador, que salta de número archifamoso en número archifamoso.

El equipo encargado de esta propuesta es sideral, inmejorable. Oliver Díaz dirigiendo a la ORCAM,
Lluís Pasqual firmando la adaptación y dirigiendo la escena. Alejando Andújar encargado de la
escenografía y el vestuario. Pascal Merat pone luces y sombras. Nuria Castejón (de amplia tradición
“Francisquitiana”) encargada de las coreografías, Celeste Carrasco de la parte audiovisual. Y dando la
cara unos elencos de ensueño para esta coproducción con el Liceu y la Ópera de Lausanne.
Sabina Puértolas y Sonia de Munck serán Francisquita; Ismael Jordi y Jose Luis Sola, Fernando; Ana
Ibarra y María Rodríguez encarnan a La Beltrana; Vicenç Esteve y Jorge Rodriguez-Norton serán
Cardona; Santos Ariño, Don Matías; Antonio Torres, Lorenzo y la gran María José Suárez dará cuerpo y
alma a Doña Francisca. Todos ellos acompañados por dos artistas incuestionables: Gonzalo de Castro y la grandiosa Lucero Tena.

Pasqual explicó que el texto se ha adaptado a los tiempos que corren para intentar escapar del
costumbrismo que impregnaba esos libretos y darle un aire más cercano. Es cierto que los libretos se
escribieron en una época en la que se escribía así, se interpretaba así y la costumbre era tratar esos
temas con esas palabras dichas de una forma concreta. Si se hicieran las zarzuelas hoy en día tal cual
se hacían entonces, resultarían extrañas, añejas y apolilladas. Por eso, respetando absolutamente los
cantables, Pasqual ha creado un espectáculo en el que veremos desfilar tres momentos históricos y
tres propuestas escénicas distintas. El primer acto será la grabación de un disco de Doña
Francisquita durante la República, para animar al pueblo y “combatir” el ataque de Wagner y las
músicas extranjeras. El segundo acto será la representación “clásica” y “romántica” de la obra, casi
como en aquellos programas de TVE de los 60 y 70. Y un tercer acto en el que la pregunta base sería:
“¿Cómo podría representarse ‘Doña Francisquita’ en 2019?”, mientras se proyectarán unas
imágenes de una versión cinematográfica inédita hasta ahora. Tres propuestas escénicas distintas
que tendrán como nexo común el principal objetivo de esta propuesta escénica: Divertir. Porque
según palabras de Pasqual, lo que tiene la zarzuela es que la gente va con ganas de diversión y (casi
siempre) sale más feliz de cómo entró. Esas ganas de hacer gozar, aparte de teorías dramáticas, de
críticas sesudas o de consideraciones metafísicas, son el motor que promueve que en pleno Siglo
XXI, Doña Francisquita sea un vehículo de entretenimiento, de disfrute y de alegría de vivir.

Parece ser que el maestro Kraus dijo que prefería cantar cinco Rigolettos seguidos antes que una
Francisquita. Su dificultad vocal es inmensa. Pero tanto el elenco al completo como sus responsables
artísticos destacan que esa dificultad es la que hace de esta Doña Francisquita una apuesta
arriesgada pero necesaria, vital y optimista y por supuesto, de obligada visión y disfrute.

David García / @DavidGarV

Imágenes de los ensayos de Doña Francisquita cedidas por Teatro de la Zarzuela.

Escrito por
José Antonio Alba
Artículos relacionados
Comentarios
Sé el primero en dejar tu comentario
¡Enlace copiado!