El templo vacío cuenta con dramaturgia de Brenda Escobedo, quien comparte dirección con el también protagonista, Lluís Homar.
«El templo es el alma y el vacío es el ego»
«Más allá de la poesía lírica de los autores místicos, queríamos enseñar que el camino espiritual es, en realidad filosófico, un entrenamiento, y la línea dramatúrgica de este espectáculo nos lleva a entender que el templo es el alma y el vacío es el ego», explica Escobedo: «En una hora podremos conocer la esencia del lenguaje de autores como San Juan de Cruz, Miguel de Molinos, Ramon Llull, Jacint Verdaguer… pero también hay cabida por escritores del Siglo de Oro como Calderón de la Barca, que buscaba también el sentimiento de la fe».
Homar, en este caso, estará acompañado en escena por un cuarteto vocal y la música coral de J.S. Bach.
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