El Teatro Reina Victoria estrena Perfectos desconocidos, una producción de Pentación que llega a la cartelera madrileña bajo la dirección de Daniel Guzmán acompañado en el reparto por Alicia Borrachero, Antonio Pagudo, Olivia Molina, Elena Ballesteros, Jaime Zataraín, Ismael Fristchi y Fernando Soto con el que Teatro Madrid ha querido conversar para conocer más sobre este montaje cuyo título a muchos les sonará por la versión cinematográfica dirigida por Álex de la Iglesia recientemente “Alex de la Iglesia hizo una remake de una película italiana a partir de la que en Argentina hicieron versión teatral” nos comenta Fernando “Nosotros nos acercamos más a esa, a la italiana, la de Paolo Genovese. La de Alex tiene el sello de Alex, que es un lenguaje muy claro y una forma de tratar a los personajes muy suya”.
Perfectos desconocidos nos cuenta Fernando “es una historia muy común de amigos que se juntan a cenar y de repente las cosas se van por unos derroteros que no se esperaban”, un juego en el que, durante la cena, estos amigos dejarán sus móviles sobre la mesa y cuando uno de ellos reciba un mensaje o una llamada, deberán leerlo y responder en voz alta, frente a todos. “La idea de Paolo Genovese es muy buena, es algo que no se queda en la pura anécdota del móvil si no que escarba. Da para hablar y comentar mucho después de la función” nos advierte el actor y director al que no nos resistimos a preguntar cómo se lleva lo de ser dirigido, en este caso por Daniel Guzmán, “Yo siempre escondo al director todo lo que pueda. Aquí, Dani de vez en cuando me preguntaba en el proceso. ‘Bueno, ¿tú como director qué piensas?’ y yo le respondía ‘No, no, yo como director no pienso’” nos cuenta entre risas mientras analiza la ventaja de ser un actor que dirige, caso de ambos, de Soto y de Guzmán, “como eres actor diriges pensando en lo que pasa dentro del que está en el escenario porque es otro mundo”
Teatro Madrid.- O sea, que aquí te has relajado y te has entregado al disfrute de actuar.
Fernando Soto.- Aquí estoy disfrutando muchísimo. Mira, vengo de la Abadía de hacer Tiempo de silencio que era una cosa muy coral, me meto en esto que también es coral y refuerza la idea de que el teatro es colectivo. El ego es una cosa absurda que tenemos que enterrar, aquí tenemos un partido a siete raquetas y es maravilloso. Dani ha sabido hacer muy buen equipo, es un tío que sabe trabajar muy bien con la gente.
Hablando del ritmo de la función, regresamos a los parecidos razonables de esta función con el trabajo en cine, Fernando nos comenta que “El trabajo es cinematográfico en cuanto al ritmo, muy vivo, casi de pisarse cuando hablas, el ritmo habitual de la vida” solo que aquí se cuenta con un solo escenario, el del salón de la casa de la pareja que interpretan Fernando Soto junto a Alicia Borrachero donde se desarrolla el conflicto “en una peli tienes el montaje y el ritmo lo manejas como quieres, aquí es complicado porque es como un plano secuencia de hora y media y esa podría ser la dificultad, pero Daniel Guzmán lo ha resuelto muy bien”.
TM.- Teniendo en cuanta el juego de miradas y de reacciones que exige una propuesta como esta, supongo que lleva un extra de meticulosidad a la hora de mostrarlo, ¿no?
FS.- Es un trabajo sutil. Hay cosas que se perderán me imagino, pero que en una segunda función que veas las cogerás, pero siempre están pasado cositas para mantenerlo vivo. Nada de esperar la réplica, no, no, tiene que estar vivo. Es decir, estamos siempre en continua reacción porque, como te decía, esto es como la vida. Es un trabajo muy complicado porque son siete puntos de vista a la vez, pero creo que hemos encontrado una muy buena química.
TM.- Eso ayudará a que dos espectadores vean la misma función, pero encuentren diferentes cosas.
FS.- Dani insistía mucho en eso, en que cada función sea distinta. Dándonos el margen de libertad para que pasen cosas. Que sorprendamos al compañero, que siempre esté viva.
TM.- Háblanos de esa química que comentas, ¿cómo ha sido el trabajo de la compañía?
FS.- Hemos trabajado mucho en la mesa, hemos analizado todo muy activamente, nada de ponernos intelectuales. Hemos trabajado improvisando mucho sobre lo que está pasando, sobre las parejas, las relaciones, pero sobre todo en qué es lo que oculta cada uno, con mucho cuidado de no anticipar porque enseguida se es obvio queriendo dramatizar todo y aquí no tiene que pasar nada hasta que empiezan a pasar las cosas. Hemos trabajado mucho así. Durante un mes hemos trabajado hablando de nuestras relaciones sentimentales, de nuestras experiencias, de los teléfonos móviles, de lo que guardamos.
Para despedirnos de Fernando, le preguntamos si habrá gira, el interés que suscitó el anuncio del inicio de los ensayos no solo se ha quedado en Madrid, hay mucha gente de otras provincias que también quiere ver Perfectos desconocidos, pero Fernando nos comenta que “En principio vamos a tirarnos aquí meses”. Una excusa perfecta para todos aquellos que estén interesados, planear una escapada y ver este montaje que promete no dejarnos indiferentes, además de darnos buenas discusiones post-función.
Texto y fotos José Antonio Alba
