Juan Pablo Di Pace: «Es la primera vez que estoy abriendo mi corazón y hablando de lo que quiero hablar»

José Antonio Alba

Juan Pablo Di Pace es un viejo, y muy querido, conocido de nuestros escenarios. Él fue quien puso a bailar a la Gran Vía al ritmo de la música Disco, dando vida a Toni Manero en Fiebre del Sábado Noche. Además formó parte del elenco original de Más de 100 Mentiras, el musical con las canciones de Joaquín Sabina, y en la versión cinematográfica de Mamma Mía! donde Colin Firth le ponía «ojitos» mientras Meryl Streep cantaba.

Todo aquello lo rememoró en un espectáculo unipersonal en el que mezclaba anécdotas con canciones que habían marcado su vida y su carrera que tituló Primer Acto -Un título premonitorio para todo lo que le ha ido viniendo después- Lo inició en un pequeño local, la voz se corrió y las entradas para verle volaban, así que Di Pace fue presentándolo en teatros con cada vez mayor aforo, hasta que acabó por subirse nuevamente a un escenario de la Gran Vía, para contarle, y cantarle, a todo el mundo su vida. Tras aquello, comenzó un “Segundo Acto” que le ha llevado a la televisión en EEUU. Dallas y Fuller House/Madres Forzosas son dos ejemplos del lugar donde se encuentra su carrera en estos momentos.

Pero a Juan Pablo Di Pace hay algo que le roba el corazón de una manera especial: Su pasión por la música. Por eso regresa en estos días a nuestro país, para presentarnos este nuevo inicio de etapa, ¿su Tercer Acto?, que podremos descubrir el próximo lunes día 9 de octubre en el Nuevo Teatro Alcalá con un concierto íntimo en el que rememorará su paso por el teatro musical en nuestro país y presentará en primicia su nueva faceta como compositor dando a conocer “Broken”, la canción que saldrá como single y con la que inicia este nuevo Acto en su vida.

Teatro Madrid.- Juan Pablo, hace tiempo que no te veíamos sobre los escenarios españoles, mientras han pasado Dallas, Fuller House… ¿Cómo han sido estos años para ti?

Juan Pablo Di Pace.- Faltaba algo profesionalmente y se dio la gran oportunidad de hacer una serie en Australia con Rachel Griffiths. Cuando volví aquí, a casa, había pasado los “treintay…” y pensé “Es el momento de dar el salto a EEUU ¿Por qué no?”. Llegué un lunes, el sábado hice un casting para Dallas y al lunes siguiente me llamaron. Fueron unos meses muy intensos porque además, rodar con esos actores de toda la vida, da “cagazo”, como decimos en Argentina. De repente estás ahí, frente a Linda Grey o Jesse Metcalfe, gente que son grandes estrellas. Fue maravilloso, esos seis meses me enseñaron un montonazo. Así que mi comienzo en América fue casi de película.

TM.- ¡Eso es comenzar con buen pie!

JP.- Realmente me siento afortunado. Ya lo decía en Primer Acto: “Cada experiencia que tengas, a nivel personal o profesional, te enseña algo” y he tenido la gran suerte, en general, que sea así. La vida me pone en situaciones en las que tengo que aprender cosas nuevas, nunca acabo haciendo algo que ya repetí antes, siempre son pasitos de “¡uy, esto no lo hice, vamos a intentarlo!” Me doy cuenta que esto no le pasa a nadie. Creo que después de tantos años de altos y bajos, de amar lo que hago, me lo merecía.

TM.- Y de repente te toca interpretar a Jesucristo.

JP.- ¡Qué te voy a decir! Interpretarlo son palabras mayores. Fue muy intenso. Hacer ese papel te deja secuelas. Estoy muy contento, lo que me está dando américa es una variedad de papeles muy chula.

Después tuve una época difícil, era difícil volver a acercarme a un papel tan iluminado, tan bonito y tan puro. Me había dado tanto espiritual y emocionalmente que fue muy difícil conseguir otro papel. De hecho hice miles de castings y no me cogían por ningún lado. Comenzó la Pilot Season –Época en la que en Los Ángeles se realizan multitud de castings para elegir los repartos de los episodios pilotos de las nuevas series – y no me cogían, pasan un par de meses y digo “Estoy harto, me voy a España a visitar a mi familia, a tomar unas vacaciones” y antes de irme a España me dicen para hacer el casting para Fuller House. Hago la prueba, me voy, aterrizo en España y me dicen “Netflix quiere que vuelvas, les gustó mucho tu prueba, pero te quieren ver otra vez” Me volví, hago la prueba, me voy a casa, me tiro en la cama y cuando me despierto, tengo como 20 llamadas perdidas de mi manager para darme la enhorabuena porque me querían para Fuller House.

TM.- Hacer un Sitcom tiene que ser un código totalmente diferente, mucho más parecido al teatro, ¿no?

JP.- Totalmente, tiene un aspecto muy similar al teatro. Estas ahí con un público en vivo, aunque ruedas con las cámaras, se ve un público detrás sentado. Yo era fan de Roxanne, La Niñera, Senfield, Cheers, Friends… pero nunca me imaginé haciendo una Sitcom.

TM.- ¿Se siente la adrenalina de estar sobre el escenario?

JP.- Mucho. Además tu actuación cambia con el público. Ellos aplauden y se ríen y tú estás ahí sintiendo como si estuvieras en un teatro. Es una pasada, nos divertimos mucho todos los días. Es una familia de verdad, ves la serie anterior y perdura ese buen rollito.

TM.- Hablamos de tu vida en Los Ángeles, pero parte de la aventura, quizá la más relacionada con el teatro, ha tenido que ver con Nueva York, ¿cómo es lo de actuar en el Studio 54?

JP.- Lo de NY fue como un Segundo Acto, hablaba mucho de las experiencias de cuando llegué a América, de España… era todavía un unipersonal. Con Fuller House la gente me conoce por la tv, pero no esta faceta, así que lo hice para mostrar lo que aquí en España ya había mostrado, hacer un repertorio un poco musicalero, con un par de temitas míos y darme a conocer en el ambiente de Broadway, en la parte baja del Studio 54 que es un cabaret precioso. No pudo ir mejor, tuve unas muy buenas críticas y a través de eso me ofrecieron un par de obras en Broadway, pero el tema Broadway es complicado a nivel fechas mientras esté atado a la serie. A no ser que sea una cosa de tres meses ¡que sería maravilloso!

TM.- Cuando aterrizaste allí, quién te iba a decir que encontrarías algo así, ¿verdad?

JP.- Obviamente tú lo deseas. Yo siempre tengo inquietudes nuevas, siempre quiero más, no paro hasta que consigo todo lo que quiero. Por ejemplo esta nueva etapa es una cosa que vengo trabajando desde hace mucho tiempo. Es una etapa que siempre quise, lo estuve posponiendo porque estaba en otra cosa. Una vez que me sentí que estaba asentado pensé “Ahora sí que puedo darme el lujo de gastar mi pasta en productores, en tiempo de escritura, en estudio, en grabar…” Es la primera vez que estoy abriendo mi corazón, estoy hablando de lo que yo quiero hablar.

TM.- ¿Cómo va a ser este show del Nuevo Alcalá? ¿Cantarás el repertorio musicalero que te ha acompañado?

JP.- Va a ser muy personal, muy distinto a lo que he hecho aquí. Cantaré canciones de Más de 100 mentiras Y Fiebre del sábado noche pero con arreglos nuevos, un poco más pop. Estoy trabajando con Raúl Gama de director musical. Es una pasada porque está ayudando mucho con los arreglos de los temas, poniéndoles un giro un poco electrónico.

TM.- ¿El concierto será una única fecha en Madrid? He leído que tus seguidores te pedían más fechas en otras ciudades, ¿esto será posible?

JP.- De momento es fecha única y después veremos qué surge. Es una etapa nueva que quiero saborear yendo despacito y probando porque es muy personal. Cuando estás en una obra, en una serie o en una peli, quieras o no, tú formas parte de algo más grande que tú y hay decisiones que se toman por ti y hay un montaje y circunstancias que filtran tu trabajo y en esto no, en esto eres tú delante de un público, con canciones que son propias, como Broken, que es una especie de balada épica con una base rítmica, un poco Lana del Rey. Justamente lo voy a estrenar el lunes, y lo quiero hacer bien.

TM.- Es un poco volver a tus inicios, dejando a un lado lo grande que se está haciendo tu carrera y volver a sentirte tú.

JP.- Y además que no sea un papel con el que estás actuando, si no que esto es Juan Pablo. Y eso a veces eso da mucho miedo, da mucho pudor, ¿qué pasa si no le gusta a nadie?

TM.- ¿Echas de menos subirte a un escenario a hacer teatro?

JP.- La serie es casi teatro porque estamos frente a un público, así que me sacia tanto el rollo de estar rodando como el de estar en un teatro. Pero sí me falta el estar solo en un escenario, cantando. No lo puedo comparar con ninguna otra cosa. Cantar para mi es tan bonito, me da tanta satisfacción que cuando estoy cantando me siento como fuera de mí. Va más allá de las palabras, de lo que piensas, por eso cuando digo que lo quiero hacer bien es porque significa mucho para mí. La música siempre estuvo ahí. Yo era de los niños que se encerraban en el salón y hacía sus actuaciones frente al espejo.

TM.- Has trabajado en todos los medios, en series míticas, con estrellas de Hollywood, has vivido la creación de musicales desde el minuto cero, ¿qué es lo que te queda en esa lista de deseos o proyectos que digas “Sí, he hecho todo esto, pero me queda…”?

JP.- Una gira con mi música, eso es el siguiente paso para mí. Hacer una película musical como El beso de la mujer araña o Company, me encantaría formar parte de algo así. Aunque hice Mamma Mía, pero fue un papel muy pequeñito. Me encantaría actuar en Broadway, pero porque está en el tintero. Mi felicidad sería poder estar seis meses del año haciendo teatro, cine o tv y otros seis música.

Podréis ver a Juan Pablo Di Pace el lunes 9 de octubre a las 21h en el Nuevo Teatro Alcalá.

Texto José Antonio Alba

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