A partir del 11 de enero se podrá disfrutar en el Teatro Pavón de Roca negra, una comedia dramática protagonizada por Juanjo Puigcorbé y María Adamuz. Un thriller escrito y dirigido por Ignasi Vidal que explora la relación, a veces tierna y otras amarga, entre un padre y una hija.
En TeatroMadrid conversamos con el veterano actor sobre la pieza, reflexionamos sobre las dificultades que atraviesan los actores y actrices en la actualidad y analizamos el significado del éxito.
¿Cómo es tu personaje en Roca negra?
Es un escritor de éxito y la trama ocurre cuando su hija viene a visitarlo. ¡No puedo desvelarte mucho porque esta pieza es un thriller! Pero es un encuentro entre un padre y una hija en el que la hija le comunica que se va de la ciudad, es una despedida. Somos dos en escena, estoy junto a María Adamuz que es una actriz estupenda que he tenido además el placer de ver en Company. Este proyecto de Ignasi Vidal es ideal y cuando me lo propuso me pareció perfecto. Ahora estamos en plenos ensayos, llevamos unos diez, y estamos trabajando a tope y muy contentos.
¿Qué admira tu personaje de su hija Olivia y qué aspectos dirías que aborrece?
No se puede contar mucho pero sí puedo desvelarte que hay una coincidencia entre el carácter de los dos, ambos son personajes muy potentes. Uno es un escritor ya consolidado y la otra es una gran escritora que todavía no ha tenido la oportunidad de demostrar lo que vale. Ambos mantienen una discusión sobre asuntos personales, sobre la manera de escribir, sobre la literatura y los reproches. Todo esto hace una amalgama de situaciones tensas y livianas también, porque además hay mucho humor en la función.
Se habla mucho del papel de los padres en la personalidad de sus hijos pero poco del papel que tienen los hijos en el crecimiento y el desarrollo de sus padres.
Por supuesto. Y además hay otros componentes sobre todo en estas profesiones —en el caso de los actores y también de los literatos—, que viajan, van, vienen, muchos están ausentes durante un tiempo y es interesante ver qué relación tienen los hijos con un padre que se va ausentando tantas veces. Es algo que pasa con muchas profesiones, no solo en las artísticas. Siempre hay algo de resquemor en cuanto a las ausencias de los padres en momentos determinados.
El personaje de Olivia, tu hija en la función, es una escritora que todavía no ha demostrado lo que vale. Tú empezaste a actuar muy joven, si pudieras ir al pasado ahora mismo, ¿qué consejo le dirías al Juanjo Puigcorbé que comienza en la profesión?
Le diría que viviera el presente lo máximo posible porque ese es el momento que tiene que vivir. Cuando era joven tenía muchas ganas de, como se decía entonces, «realizarme». Buscarme a mí mismo en las cosas, sobre todo. Antes, las opciones artísticas daban muchas posibilidades para ello y disfrutábamos mucho con lo que hacíamos, nos lo pasábamos muy bien. Con el tiempo se hace complicado porque cuando eres joven puedes vivir, por decirlo de alguna forma, de una manera más hippy. Cuando uno quiere tener una familia o, incluso, alquilar o comprar un piso, ya se complica la vida porque necesitas una profesión que tenga una cierta estabilidad. Los actores que nacimos en mi generación vemos ahora que hay una cantidad de actores de una calidad extraordinaria y que tienen dificultad de vivir de su profesión, la situación es tremenda, cada vez peor y eso da mucho coraje.
El otro día fuimos a ver en los Teatros del Canal la obra La francesa Laura, los actores y la directora no podían hacerlo mejor y me pregunto: ¿por qué el montaje tiene que terminar funciones tan pronto? ¿Por qué muere un espectáculo así? ¿Cómo se pueden, los actores, ganar la vida solo con un mes y medio de ensayos y otro mes y medio de representaciones? Cuando yo empecé las funciones duraban un año o dos, que hasta uno se aburría, pero podía tener una estabilidad e incluso hacer otras cosas además como cine o televisión. Ahora esto es muy difícil, los jóvenes actores tienen que trabajar mucho para pagar una habitación y yo esto lo encuentro terrorífico. Y no solo pasa en nuestra profesión, pasa en todas.
Juanjo Puigcorbé: «El éxito es la zanahoria del burro»
¿Qué es para ti ese éxito que buscaba tu personaje cuando estaba tan ausente o el que buscan los actores que sacrifican tanto por conseguir un papel?
Creo que depende también un poco de las generaciones. En la nuestra no buscábamos tanto el éxito sino más bien la realización. Veníamos un poco del mundo hippy contracultural y buscábamos esa satisfacción de encontrarse a uno mismo. Posteriormente es más la generación del éxito, la que no se cree tanto esta fábula que creíamos nosotros y dice: «bueno, hay que ser más práctico, más realista».
De todas maneras, el éxito es la zanahoria del burro. Está puesto justo allí precisamente para captar a las personas. Se pone un gancho o una zanahoria para decirle a la gente: «tú trabaja mucho y cobra poco, porque algún día podrás llegar a ser como este individuo que está tan bien». Siempre tiene que haber unos reclamos y estos no pueden ser lejanos sino cercanos. En todas las profesiones hay alguien como el que todos desean ser.
¿Y ahora? ¿Sigues en la profesión también con el deseo de seguir descubriéndote? ¿O ya son otros los motivos?
Este trabajo tiene un componente que es sufrir para gozar, pero esto también les pasa, por ejemplo, a los que corren la maratón. De alguna manera, parece que la felicidad y el dolor están cosidos. Cuando haces este trabajo pones toda la carne en el asador y sufres de alguna manera para hacerlo bien. Hay que sufrir para gozar después y eso crea adicción. Cuando ves a un nadador deslizarse sobre el agua tiene que trabajar mucho para que parezca que no hace ningún esfuerzo. Los retos llaman la atención y te anclan allí. En definitiva, nuestra misión es pasarlo bien haciendo lo que hacemos.
Volviendo a la obra, ¿qué supone para ti este proyecto?
Llevaba un tiempo fuera de la profesión porque entré en política cuatro años y he salido un poco horrorizado de todo lo que he visto. He retomado de nuevo la carrera profesional y lo he pasado muy bien porque he tenido la suerte de hacer un personaje muy bonito en la serie Entre tierras de Atresplayer, también he estado en Machos alfa de Netflix y además he rodado en Argentina. ¡Y ahora estoy haciendo teatro con Roca negra! En un año y medio he tocado muchos géneros y no me puedo quejar, estoy a tope con todo.
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