La Espera Producciones: «Todavía hay que romper barreras educativas que tenemos de nuestros antepasados»

José Antonio Alba

La flor es un elemento que está presente en cualquier lugar, un ser vivo que nace en cualquier sitio. No suelen nacer solas, aunque todas son diferentes. Esta es la esencia del teatro y de esta metáfora de la vida crece con arraigo una comunidad: La Espera Producciones.

Todo comenzó a mediados de 2017, cuando cuatro jóvenes actrices deciden aunar sus voces y unirse para formar una compañía. Con muchísimo trabajo e ilusión La Espera Producciones se sumergió en el proceso creativo de su primer proyecto escénico: Flor(es). Cualquier lugar, cualquier mujer. En 2018, el espectáculo es seleccionado para ser estrenado en el Festival «Ellas Crean» en Conde Duque. Desde entonces, el montaje ha florecido en distintos escenarios, incluidas las tablas del Teatro de La Abadía, espacio escénico que vio nacer el proyecto con el apoyo y concesión de una residencia artística.

Nos reunimos con Carmen Bécares, Luna Paredes, Carmen Valverde y Aida Villar, creadoras, actrices y productoras de La Espera Producciones, para hablar del regreso del espectáculo a la cartelera madrileña.  Su jardín vuelve a florecer y cobra vida del 5 al 15 de septiembre en la Sala Mirador. Diferentes, pero con una misma esencia forman juntas un ramillete cuya raíz es la creencia en el arte escénico como compromiso social.

Teatro Madrid.- Cuatro mujeres que deciden crear una compañía. Cuatro amigas. Cuatro actrices que en esta andadura se han convertido en creadoras, productoras y defensoras de una forma de ver y hacer teatro muy concretas. ¿Qué significa para vosotras La Espera?

Aida Villar.- ¡Una locura muy interesante!, ¿no?

Carmen Valverde.- Tomar las riendas de tu creación y de la historia que quieres contar. Tener la posibilidad de contar algo que quieres contar con el equipo que te apetece, y asumiendo todos los riesgos que conlleva.

Carmen Bécares.- Sí, aunar fuerzas entre las cuatro. Nos conocimos trabajando y queríamos seguir trabajando juntas.

TM.- La Espera Producciones es una compañía teatral que apuesta por un teatro honesto, riguroso que trabaja exhaustivamente la palabra. ¿Por qué os definen estos principios?

Luna Paredes.-  Porque venimos de La Abadía. Nos conocimos en La Abadía y entrenamos juntas allí y nos parece un legado muy importante el que ha dejado de necesidad de utilizar bien la palabra, y a la vez saber utilizar bien el cuerpo.

CB.- Veníamos de escuelas diferentes, pero las cuatro teníamos como referencia el Teatro de La Abadía; la filosofía de trabajo de disciplina para nosotras es la ideal, muy buena.

CV.- Y también es un compromiso con el espectador. Todas tenemos un gran respeto a la gente que se sienta a verte y, este tipo de teatro, esta filosofía lo respeta. Entonces también es por un compromiso con él, con el espectador que se sienta ahí a aguantar lo que tú vas a hacer. También hay que darle algo bueno, ¡para que vuelva!

AV.- Además, es interesante que es un código igual, común para las cuatro, al que nos podemos agarrar desde el principio, y por lo tanto sabemos qué lenguaje estamos utilizando.

TM.- Ser mujeres y actrices en nuestros días. Si esto fuera un titular, ¿qué os dice?

LP.- Pues, en realidad, es un buen momento. Para la mujer siempre va a ser más complicado en general, cualquier cosa. Pero ahora mismo está empezando a haber una conciencia muy importante de feminismo, de la necesidad de feminismo, y de la necesidad de que la mujer se equipare con el hombre a nivel económico, de cargos de responsabilidad, etc. Entonces, en realidad, dentro de que parece la apoteosis es importante subirse al carro de lo que está pasando en la sociedad. Y lo que está pasando en la sociedad ahora es que, aunque haya un neomachismo muy fuerte, también hay una fuerte presencia del feminismo; el feminismo está logrando muchas cosas y estamos subidas ahí.

CV.- Creo que, en la actualidad, hay muchos dramaturgos y muchas dramaturgas, y directores y directoras, que están apostando por dar una voz muy potente a las mujeres. Y eso es algo que hemos buscado en este espectáculo. Tener voces y tener discurso que tuviese mucha tripa y mucha entraña. Y poder defender diferentes ideas desde un lado femenino.

TM.- La Espera Producciones reivindica la visibilidad de la mujer en el mundo profesional. Una defensa de la importancia en nuestra realidad social de las mujeres de la historia. ¿La mujer del siglo XXI está todavía silenciada?

LP.- Sí, creo que sí.

AV.- La tristeza es que tengamos que seguir diciendo: «Bueno, estamos mejor». Y es que no tendríamos que estar mejor. Tendríamos que estar normales e iguales, como todo el mundo.

CB.- Y luego hay una cosa que creo que sigue pasando: Los hombres pueden hablar de todo, de cualquier cosa. Y las mujeres todavía no. Y, por ejemplo, se nota mucho en el sexo, mucho. Los hombres pueden hacer muchos comentarios sobre la vida sexual, y las mujeres todavía no. No está tan aceptado. Entonces, hay cosas en las que no estamos todavía a un nivel totalmente igualitario.

CV.- Ahí influye mucho la costumbre y la educación más que la situación del momento. A veces, y es algo que puedo ver en mí o en gente cercana, por costumbre o por educación no se hace un comentario sobre sexo, y es más educativo que algo real de una imposibilidad de hacerlo. Todavía hay que romper barreras educativas que tenemos de nuestros antepasados.

LP.- Y por eso es tan importante que existan historias como la de Flor(es) que simplemente dan voz, y ya está. No hay una reivindicación panfletaria detrás. Es construir un relato de mujeres para que también se vea. Para que no se queden rezagadas. Visibilizamos esto: el relato de las mujeres.

TM.- ¿Qué ha supuesto la creación de la compañía y el espectáculo en vuestras carreras?

AV.- Yo creo que estamos todas más fuertes. Más fuertes en el sentido de que ahora todo lo gestionamos mejor, se vive mejor o se afronta mejor.

LP.- También hemos aprendido mucho porque esto ha sido un máster en creación teatral y en gestión humana.

CB.- Creo que somos todas más conscientes de la fortaleza que tenemos las mujeres y de las ganas que tenemos de hacer.

CV.- Para mí también hay un poco de decepción en el sentido de que, quizás, tenía la esperanza de que fuésemos a tener un poco más de acogida. Que la gente se mostrase más interesada en ver este espectáculo, ya que estamos hablando de algo que se supone que está de actualidad y que es interesante. A mí me da pena que no trascienda más. No sé qué va a pasar en estas dos semanas que vamos a estar en la Sala Mirador, pero quizás mi esperanza está, o estaba, en el hecho de llegar más lejos, de tocar más corazoncitos y de despertar más interés.

TM.- El origen de la compañía se remite al de la creación del espectáculo, puesto que todo surgió a la vez: el nombre del espectáculo y el de la compañía ¿Por qué La Espera y por qué «Flor(es)»?

LP.- La Espera porque la primera idea era hablar de las mujeres de la guerra y posguerra hasta hoy que se quedaron a esperar. Mientras los hombres estaban en la guerra, en la lucha, fuera de casa, ellas estaban esperando. ¿Qué pasa dentro de casa? ¿Qué pasó con todo eso? Porque es un relato que no se ha contado. O muy poco. Entonces, queríamos hablar de la espera activa de esas mujeres que estaban en ese momento ahí. Pero después empezamos a pensar también en posibles nombres, títulos de la obra, y pensamos en los muertos en las cunetas, memoria histórica, y en esas mujeres que estaban esperando, que iban a los cementerios a dejar flores; o que las flores se tenían que dejar al otro lado de la tapia porque no se podía acceder a los cementerios.

CV.- O que ponían las flores en casa.

LP.- Empezamos a ver el poder de la flor, y decidimos llamar a la compañía La Espera y al espectáculo «Flor(es)».

AV.- Un poco por el símbolo, ¿no?

LP.- También hay algo de que el actor siempre tiene que esperar. Entonces, es una reivindicación actoral. Y, por otro lado, reivindicación de estas mujeres. También nosotras somos cuatro mujeres que estamos esperando, muy activamente, pero que mientras esperas estás haciendo.

CB.- Precisamente era un homenaje a esas mujeres que se supone que solo esperaban, y en realidad sacaban adelante todo y no se sabe su historia casi. Y luego las flores que es un término muy femenino y que se supone como muy frágil, pero que nosotras lo queríamos hacer más de cara a la tierra. A la tierra, a la raíz, a esas cosas más sujetas.

CV.- Y «cualquier lugar, cualquier mujer» es la universalidad del tema, de estas historias. Nos hemos dado cuenta cuando hemos hecho el espectáculo, al que ha venido gente de otros continentes, y se ha sentido igualmente identificada o ha sentido la historia de su país igualmente viva en el espectáculo.

TM.- La dramaturgia representa una pluralidad de voces y para ello cuenta con la participación de tres dramaturgas, Carmen Losa, Inma Chacón y María Prado, y la colaboración especial de un dramaturgo, José Ramón Fernández. ¿Cómo surgió esta idea?

CV.- Queríamos una voz plural de diferentes generaciones para dar diferentes visiones de la historia, porque creemos que la historia no la cuenta una sola mirada, sino que había que darle distintas miradas. Y a la vez queríamos que no fueran todas mujeres, ya que una visión masculina va a darle otro toque diferente, y ahí entró José Ramón Fernández también con su colaboración.

LP.- Fue un proceso muy bonito. El proceso de las dramaturgas fue: «Tenéis el tema, y cada una vais a escribir el texto sin saber qué están escribiendo las demás».

CB.- Y con absoluta libertad. Nosotras les dimos carta blanca y ellas escribieron lo que quisieron.

CV.- Y de todo esto surgió este formato collage. Muy mágico.

TM.- Un proyecto que da voz a las mujeres creado e interpretado por mujeres pero que cuenta también con los hombres. ¿Qué significa para vosotras tener a Miguel Cubero al frente de la dirección escénica del espectáculo?

CB.- Miguel forma parte de nuestro universo en el sentido de cómo entendemos el trabajo que hemos adquirido en La Abadía, y compartimos con él ese código y ese lenguaje común. Y luego, además, las cuatro fuimos alumnas suyas. Miguel es un artista integral. Tiene una sensibilidad muy interesante.

CV.- Y tiene una visión muy rica y muy jugosa de la construcción de personajes. Y en esta obra hay muchos personajes y somos cuatro actrices. Hacemos como veinte personajes. Y creo que ahí su trabajo aporta mucha riqueza al producto final.

TM.- Este regreso a la cartelera madrileña significa un reestreno de un espectáculo que se estrenó en 2018 y que ha tenido un recorrido. ¿Cómo ha sido este viaje? ¿Cómo ha recibido el público el montaje?

LP.- Muy bonito, cada vez más fácil a nivel interno. Nos conocemos más. Conocemos el espectáculo más. Y cada vez lo hemos disfrutado más. Y la acogida del público ha sido muy buena siempre.

CB.- Sí, se recibe como algo muy cercano. Todo el mundo reconoce algo del espectáculo como propio de su realidad.

CV.- Y es una obra que crea conversaciones. Después de la obra, la gente tiene la necesidad de hablar y cuenta anécdotas. Transporta mucho al público a su familia, a sus antepasados, a historias, y creo que despierta algo muy bonito, muy de conexión con tus raíces.

TM.- Dos años después desde el germen del proyecto llega la oportunidad de regresar a Madrid con el espectáculo y con ocho funciones en cartel en la Sala Mirador. Además, abrís la temporada. ¿Cómo enfrentáis este gran reto, y qué supone para vosotras como actrices y para la compañía?

AV.- Es verdad que abrimos temporada; es verdad que es la Sala Mirador, pero para mí sobre todo es: «Volvemos a actuar». Creo que en el momento en que la compañía y el espectáculo vuelven a estar en cartel siempre es un avance. Si además las condiciones se dan: que nos dan el espacio, la oportunidad de abrir temporada en este 2019-2020 pues además es un orgullo y es maravilloso. Pero para mí sobre todo es: seguimos trabajando, seguimos avanzando y este espectáculo se sigue escuchando. Esta para mí es la apuesta que nosotras tenemos.

CV.- Es algo que se merece el proyecto. Se merece poder estar en un lugar así y poder tener un poco de recorrido. Yo quiero ver qué va a pasar. De verdad. Pienso que van a pasar cosas. Esta obra es peculiar por la forma en la que se entrelazan las historias, y que entrelazar esas historias todos los días no lo hemos hecho. Entonces quiero ver qué pasa y cómo empieza eso a explotar. Confío en que van a explotar muchas cosas que nos van a sorprender. Y quiero ver qué pasa con el público también. ¡Estoy expectante!

Texto Beatriz López / @HoneyDarkAngel

Fotos Clara Asouik

Escrito por
José Antonio Alba
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