La XXII edición de los Premios MAX, una ronda de manzanas «castellanas» para todos

José Antonio Alba

La XXII edición de los Premios MAX, celebrada en el Teatro Calderón de Valladolid, rindió homenaje a Concha Velasco y tuvo como resultado un palmarés de lo más repartido, proclamándose La Ternura de Alfredo Sanzol como Mejor Espectáculo Teatral del año.

La ceremonia, inspirada en la tradición y el folclore castellano, fue conducida por el actor Fernando Cayo, bajo la dirección de Ana Zamora (Nao D’Amores). Gigantes y cabezudos, jotas, tractores, títeres y las voces de Lorca, María Teresa de León, María Zambrano o Cervantes dieron cuerpo a esta gala que llevaba por lema La Fiesta de la Libertad.

Esta edición ha contado con un palmarés de lo más repartido, en la que no hubo un espectáculo claramente ganador, siendo cuatro producciones, con dos premios cada una, las destacadas de la noche: Iphigenia en Vallecas, Mejor Actriz para una emocionadísima María Hervás “Cada vez entiendo menos lo que hacemos aquí, no sé qué es esto que llamamos vida (…) Sigo siendo actriz porque en un escenario existo, soy” y Mejor Espectáculo Revelación; A.K.A. (Also Know As), se llevo los MAX al Mejor Actor para Albert Salazar y Mejor Autoría Revelación para Daniel J. Meyer; Temps sálvate, Mejor Autoría Teatral para Josep Maria Miró i Coromina y Mejor Dirección de Teatro que recayó en Xavier Albertí y Grito Pelao de Rocío Molina se llevó el MAX al Mejor Espectáculo de Danza y Mejor Composición Musical para Sílvia Pérez Cruz. Sin duda, la sensación que deja este palmarés, es la de que el teatro de factura catalana goza de una fantástica salud.

El resto de galardones, de un total de 19 categorías con la famosa manzana como trofeo, fueron a parar, en el apartado teatral, a la muy necesaria Dados de Ventrículo Veloz como Mejor Espectáculo Infantil, Juvenil o Familiar; The Ópera Locos de Yllana al Mejor Espectáculo Musical, El curioso incidente del perro a medianoche para Juanjo Llorens como responsable del Mejor Diseño de Iluminación; Lehman Trilogy, que partía como favorita y acabó llevándose un único MAX (sic!) al Mejor Diseño de Espacio Escénico para Curt Allen Willmer; Comedia Aquilana que se encumbró como Mejor Diseño de Vestuario para Deborah Macías; la Mejor Adaptación de Obra Teatral fue a parar a manos de Jordi Prat i Coll por Els jocs florals de Canprosa y el MAX al Mejor Espectáculo de Calle fue para Flotados.

En el apartado de danza los premios fueron también muy repartidos, además de los ya mencionados para Grito Pelao, el MAX a la Mejor Coreografía recayó en Sharon Fridman por Erritu de la Compañía Kukai; Eva Yerbabuena se llevó el de Mejor Intérprete Femenina por Cuentos de Azúcar y Daniel Doña el de Mejor Intérprete Masculino por Psique.

Concha Velasco recibió el MAX de Honor, un premio que la actriz pucelana recibió con sentido del humor «Me ha costado muchos años que me dieseis este premio, no sé por qué, seguramente porque no me lo merecía» y que agradeció recuperando a Santa Teresa de Jesús y exclamando un “¡Que me va a dar algo!” ante la emoción del momento.

Tanto el Ministro de Cultura, José Guirao, como la directora del INAEM, Amaya de Miguel, fueron los ausentes de una gala en la que la Presidenta de la Fundación SGAE, Ana Graciani, reclamó que el teatro y la danza se implanten como asignaturas curriculares en nuestras escuelas como ya ocurre en países del entorno” y anunció la creación del Premio Ana Diosdado para dramaturgas.

José Antonio Alba / @joseaalba

Fotos Nacho Gallego/Fundación SGAE

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