Picasso: el artista de los artistas, el gran triunfador del siglo XX. El creador, junto a Georges Braque, del cubismo: la vanguardia europea que rompía con los modelos estéticos que solo valoraban la perfección de las formas. Pero, ¿quién era en realidad? ¿Qué se esconde detrás de su figura de genio? María Folguera y la compañía Rhum & Cía proponen un retrato que, curiosamente, rompe también con la perfección de las formas: el artista detrás de la máscara, la persona detrás del mito.
Del 6 al 15 de octubre se podrá disfrutar en el Teatro Circo Price de Picasso (rey, monstruo y payaso) y en TeatroMadrid hablamos con María Folguera sobre esta pieza, un retablo a la usanza cervantina en la que el escritor y periodista Ramón Gómez de la Serna, amigo de Picasso, nos desvelará las tres máscaras que definen la figura del pintor malagueño.
¿Por qué investigar la figura de Pablo Picasso?
Este proyecto surge porque la compañía Rhum & Cía y el Teatro Circo Price llevábamos tiempo dándole vueltas a de qué manera podríamos volver a encontrarnos. Cuando surgió el aniversario de la muerte de Picasso, pensamos en revisar la figura del artista, tan totémica y tan central en nuestro canon occidental de pintores. Creímos que el clown es una manera muy rica para revisar el mito. Nos pareció muy interesante meditar sobre la figura de «el gran genio», y hacer una reflexión también sobre a qué llamamos genio.
Les propuse realizar esta coproducción juntos pero con la condición de que trabajaran con una dramaturga y ellos me devolvieron la invitación, proponiéndome que yo escribiera el texto. Me lo pensé porque me imponía mucho la labor, ya que para mí la figura de Picasso es controvertida, pero al final acepté el encargo y la verdad es que estoy muy feliz con el resultado.
«El ‘genio’ es una construcción de nuestra cultura que está muy estudiada»
¿Y ha cambiado la visión que tienes del pintor?
Sí. Cuando empecé a documentarme yo conocía evidentemente a Picasso, como todos lo conocemos, ya que es omnipresente en nuestra cultura. Cuanto más investigaba entraba más en contacto con la letra pequeña. Por ejemplo con el Picasso abusador, a nivel biográfico. También me asombra cómo atravesó tantas décadas, tantos estilos, tantos momentos históricos… Él estaba allí, en París, en la Primera Guerra Mundial, también en la segunda y seguía estando en los años 60. Siempre creando y vendiéndose a sí mismo como gran estrella. Era muy inteligente a la hora de venderse a sí mismo como figura.
Creo que se ha completado el círculo y he terminado apreciando y disfrutando de algunas de sus facetas como creador. Antes el prejuicio me paralizaba más a la hora de acercarme a él.
¿Puede un genio ser catalogado como tal sin una gran estrategia detrás?
En absoluto. Creo que el genio es una construcción de nuestra cultura que está muy estudiada y que, incluso, en muchos casos se realiza a posteriori, como relato. En el caso de Picasso, supo hacerlo muy bien. Durante su larga vida concilió el malditismo, el ser bohemio, el ser muy exitoso, el ser muy rico y, a la vez, ser definido como un artista llano, campechano. Él cuidó mucho la imagen que mostraba, ¡por eso también es tan célebre su aspecto! Es protagonista de retratos de grandes fotógrafos. Picasso habría manejado las redes sociales con mucha inteligencia.
¿El público va a conectar más con este Picasso que con el que está acostumbrado?
Sí, porque es un mito tan rico y tan amplio que ha dejado pistas por el camino. Hay películas, centenares de libros que ofrecen diferentes miradas. Lo que aporta Picasso (rey, monstruo y payaso) es la conciliación del humor y la crítica. En nuestro caso no es un retrato trágico, hay mucha ironía. Es verdad que no está exento de melancolía y tristeza pero, por los pases previos que hemos hecho con público, vemos que se percibe esa complejidad y que la gente se levanta de la butaca con la experiencia de comprender a la persona pero, también, de criticarla así como de valorar a la vez su legado y de reconocer su importancia.
¿Por qué has optado por un retablo a la usanza cervantina para este montaje?
Desde el principio teníamos claro que queríamos que fuera un paseo de la mano de Ramón Gómez de la Serna. Es una figura intelectual que fue amigo de Picasso en vida y que además estaba muy dedicado al circo y a las vanguardias. Al estudiar su vida, vi claramente que había tres figuras arquetípicas que son la del payaso, la del monstruo —o minotauro— y la de rey, que sería un poco como el rey Midas: todo lo que toca lo convierte en oro pero a la vez es un millonario aislado. La última etapa de Picasso fue muy exitosa pero él estaba un poco aislado a nivel emocional y afectivo, se fue encerrando en un castillo. Vi claramente que Ramón Gómez de la Serna nos podía conducir por un retablo.
¿Qué puede aportar el clown al descubrimiento de la figura de Picasso?
El clown está a caballo entre el circo y el teatro desde siempre y, como buen espectáculo de payasos, es muy ecléctico. Hay danza porque Piero Steiner, uno de los payasos, es un intérprete increíble de movimiento; hay música porque Xavi Lozano es un absoluto genio, hace música con objetos cotidianos: regaderas, sillas, rifles, vallas de obra… ¡Todo esto es perfecto para hablar de cubismo! Tenemos también a Queralt Albinyana que es cantante y música y Mauro Paganini que también es compositor y ha creado la banda sonora. Contamos también con artes visuales, dibujos que se hacen en directo… Un espectáculo completamente multidisciplinar y creo que eso es muy circense.
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