ENTREVISTA

María Goiricelaya: «Hemos dejado de mirar al mundo para mirar una pantalla»

Hablamos con la dramaturga y directora bilbaína sobre la adicción a la pantalla y los retos que suponen las nuevas tecnologías

Andrea Garriga

Nos abren las puertas de la sala de ensayos del Centro Dramático Nacional para conversar con María Goiricelaya sobre Play!, la pieza resultante del proyecto Nuevos Dramáticos, una iniciativa que coloca en el centro de la creación a niñas y niños de entre 8 y 10 años con el fin de generar un texto teatral y llevarlo a escena.

«Raro es el padre que hoy no sepa de los perjuicios que las pantallas tienen sobre los niños», apunta María. «Pero lo que no podemos pretender es hacer nosotros, los adultos, un mal uso de la tecnología y luego esperar que nuestros hijos e hijas no lo hagan» añade. Play! ha agotado localidades semanas antes de su estreno, pero invitamos al lector a reflexionar junto a María Goiricelaya y TeatroMadrid: hace diez años que llegó WhatsApp a nuestras vidas y apenas cinco años que utilizamos TikTok, ¿nos ha dado tiempo a comprender el impacto que están teniendo estas aplicaciones en nuestra vida? ¿Y en la de nuestros hijos? 

María Goiricelaya creó ‘Play!’ tras un periodo de talleres y ensayos con las niñas y niños comenzado en octubre de 2023.

¿De qué huimos cuando nos metemos en la pantalla?

Principalmente del aburrimiento. Cada vez que estamos aburridos cogemos el teléfono, es así. Hemos dejado de contemplar, de disfrutar de estar en silencio. Hay un momento muy bonito en el espectáculo en el que la niña le quita el teléfono a su madre para llevarla a un centro de desintoxicación digital y le dice: «Nada de teléfono en el autobús», y la madre le contesta: «¿Entonces, qué quieres que haga? ¿que mire por la ventanilla? ¿que hable con otra gente?». Esto resume muy bien la generación de la cabeza agachada que estamos generando, desde los adultos, a día de hoy. Hemos dejado de mirar al mundo para mirar una pantalla.

¿Crees que estamos creando generaciones de adictos a las nuevas tecnologías? 

Sí, seguramente. No es casualidad que los grandes gurús de la informática lleven a sus hijos e hijas a centros donde no hay ni una sola pantalla. Facebook se hizo a sabiendas de que es una plataforma absolutamente adictiva y, como esta, las demás redes sociales. Madres y padres estamos constantemente consumiendo estas nuevas tecnologías y, evidentemente, somos un referente para nuestras hijas e hijos, que harán lo mismo si no les enseñamos cómo usarlas.

Pero, para poder enseñar, tienes que ser consciente de lo que haces. Tienes que hacer una profunda reflexión sobre cuánto tiempo pasas mirando el teléfono, cuánto tiempo lo chequeas, si lo apagas durante la noche, si cuando entras a casa lo dejas en algún lugar para no mirarlo constantemente en su presencia…

Cuando una niña o un niño te ve con el teléfono y te quiere decir algo y tú no le prestas atención se siente ninguneado. Se siente, de alguna manera, rechazado porque una máquina es más importante que lo que él te está contando.

«No se trata de prohibirles el uso de las tecnologías sino de enseñarles a utilizarlas. Y, para enseñar, el referente eres tú». 

¿Qué descubriríamos si pasáramos más tiempo de calidad con nuestros hijos?

Lo primero que nos enseñan es a valorar lo que realmente es importante en la vida. Como mujer, madre y creadora que tiene ganas de desarrollar su carrera laboral peleo constantemente con eso. Peleo con mi hija diciendo: «deja el móvil y juega conmigo», ¡escucho esas palabras y me quiero morir! Nos enseñan a relativizar el tiempo, a darnos cuenta de que muy pronto van a querer dejar de jugar con nosotros… Y, sobre todo, nos hacen conscientes de nuestras dependencias, de nuestras adicciones y de que la educación que estamos fomentando tiene que ver con lo que nosotros hacemos y lo que nosotros somos.

¿Qué cualidad crees que tienen los Nuevos Dramáticos a la hora de crear que, igual, los adultos tenemos más adormecida?

Ellos tienen una honestidad, una frescura, una visión mucho más limpia y pura a la hora de abordar cualquier tema. En cuanto les planteas una problemática, algo que debatir o charlar, ellos van sin filtros en el mejor de los aspectos. Son mucho más abiertos, tienen menos miedo a comunicar lo que piensan y ese es un hilo precioso del cual tirar.

Después de trabajar con ellos, ¿qué conclusiones sacas sobre cómo nos ven a los adultos?

Ellos ven que la adicción a las nuevas tecnologías está muy presente en sus padres y reconocen que también les gusta usarlas. 

Para mí, lo bonito de este espectáculo es ese juego entre estas dos caras: la cara más dura, que es lo que la adicción, el phubbing o la tristeza digital plantean en las nuevas generaciones, pero también el darle la vuelta y es que tenemos que convivir con ellas y tenemos que aprender a usarlas.

¿Y qué habéis descubierto los mayores gracias al proceso creativo de esta obra?

Una toma de consciencia. Ser conscientes de lo que estamos haciendo. Hay gente que ha leído el texto y me ha dicho: «María, yo sabía de esto pero después de leer Play! estoy siendo mucho más cuidadosa, mucho más estricta. No de quitarles el móvil a ellos, sino de quitármelo a mí. Que no me vean con él». No se trata de prohibir a los niños y niñas el uso de las tecnologías, ellos son ya absolutamente digitales. Se trata de enseñarles a utilizarlas. Y, para enseñar, el referente eres tú. 

Y diría, además, que en este caso no se trata tanto de aprender sino de desaprender: ya somos adictos, sabemos perfectamente cómo utilizar un teléfono. Ahora se trata de eliminar las notificaciones, intentar salir fuera de casa a hacer algo sin llevarte el teléfono, atreverse a pedir la dirección por la calle en vez de depender tanto del Google Maps. ¿Cómo hemos llegado a que nos de vergüenza interactuar con otros seres humanos y prefiramos que un aparato nos indique? 

Descubre todas las propuestas que puedes disfrutar en el Centro Dramático Nacional:

Teatro María Guerrero

Teatro Valle-Inclán 

Escrito por
Andrea Garriga TWITTER

Graduada en Arte Dramático. Creadora de contenidos editoriales y redactora de la Revista de TeatroMadrid.

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