Mañana y mañana y mañana es una comedia sobre la tragedia que supone montar una obra de teatro. Bajo la dirección de Miguel Ángel Cárcano, la pieza gira en torno a una compañía de tres actores y un director que intentan montar una versión peculiar de ‘Macbeth’, pero durante el proceso se encadenan situaciones absurdas y egos ridículos, lo que les hace descubrir que la verdadera tragedia es la locura de hacer teatro.
Interpretada por Guillermo Barrientos, Walter de la Reta, Fran Leal y Marian Zapico, la obra ha sido coescrita por María Inés González y Miguel Ángel Cárcano. Y se puede ver en el Teatro Lara. Hoy, Guillermo y Marian nos regalan unos minutos de su tiempo para contarnos más detalles sobre esta comedia y las dificultades que conlleva montar una obra más allá de la pandemia.
Teatro Madrid-. Al leer el título de la obra, la primera pregunta que nos viene a la cabeza es: ¿a qué hace referencia?
Guillermo Barriento-.: Viene de que la compañía que vemos en la obra está ensayando un ‘Macbeth’; “Mañana y mañana y mañana”, es un pasaje muy reconocible del texto de Shakespeare, se juega con eso. Yo creo que está vinculado con la profesión de actor, aunque no están aquí Miguel Ángel o Inés que son los autores, para confirmarlo. Creo que engloba esa típica promesa de que mañana todo va a ir mejor. Nosotros continuamente estamos apostando a que mañana todas las expectativas llegarán: esa meta que estás buscando. Vivimos un poco pensando que el futuro siempre traerá algo mejor y no es así necesariamente. Esto es en parte lo que le pasa a esta compañía o a la promesa que les está haciendo el director dentro de la obra: que estrenarán, llegará la financiación de la obra, etc. Pero no quiero contar muchas cosas, no quiero hacer spoiler, jejeje. Básicamente vincula el texto de Macbeth con lo que es la promesa de futuro, que yo creo que todos tenemos en la vida; al menos los actores y actrices. Solemos pensar que nuestro momento está por llegar, ¿no Marian?
Marian Zapico-.: Sí, totalmente de acuerdo, y mañana y mañana y mañana…
T.M.- ¿Qué nos podríais contar de la versión de ‘Macbeth’ que ensaya la compañía?
M.Z-.: Es bastante desestructurada y descontextualizada.
G.B-.: Es el telón de fondo para contar los sinsabores de una compañía de teatro que quiere presentar una obra. No pretendemos ir de rompedores y presentar algo que no se haya hecho antes. Es metateatro: teatro dentro del teatro. Es jugar con dos capas: una compañía está ensayando a la vez que nosotros estamos actuando. Para marcar esa diferencia, no se quiere llevar a la caricaturización de ‘Macbeth’ haciéndola histriónica, o algo similar. Esta compañía se toma muy en serio la obra que está montando, hasta el punto de que podríamos querer representar esta versión en un manicomio. Así jugamos con esa doble capa, que es muy divertida y genera bastante desconcierto y sorpresa, por lo que hemos visto de reacción en el público. Afloja los esfínteres un poco, el público dice “¡madre mía, lo que vamos a ver!”.
M.Z-.: Exacto, porque cuando te dicen que vas a ver una comedia y te encuentras con ‘Macbeth’… ‘Macbeth’ no es una comedia. Así que cuando llegas y te sientas como espectador, los cinco primeros minutos no sabes lo que estás viendo. ‘Macbeth’ es ‘Macbeth’ y de hecho lo interpretamos dentro de la interpretación, como dice Guillermo, una capa dentro de otra capa, como si fuera real, pero luego estos personajes son totalmente diferentes.
T.M.- Y ya que la obra va del montaje de un espectáculo, la pregunta es obligada: ¿Resulta duro montar una obra de teatro?
M.Z-.: Sí, puede ser un reto. En nuestro caso, nos hemos entendido todos muy bien, los acuerdos para ensayar no han fallado, no han habido problemas de egos, ni de competición que muchas veces ocurren en este mundo. Yo he sido testigo de esa rivalidad entre dos compañeros y es un poco difícil de llevar. La situación se complica sobre todo si es un proyecto como ‘Macbeth’, y encima un ‘Macbeth’ sacado de contexto. Bueno, también depende del director y de cómo se ensaya la obra. En nuestro caso, ha sido muy fácil.
G.B-.: …pero puede ser muy difícil. Yo también he sido testigo de situaciones tortuosas, he tenido montajes bastante difíciles y he acabado quemado. Pero en este caso, como dice Marian, está siendo una experiencia muy positiva y está funcionando todo maravillosamente. Hemos hecho un equipo muy bueno, que se entiende bien, nos lo hemos puesto fácil a la hora de montar un proyecto que nos hace disfrutar sin demasiadas presiones. Desde ahí, todo ha fluido muy bien. Esta palabra, “fluir”, tiene mucho que ver con el personaje, nos contagiamos de nuestro personaje a través de la obra y fluye todo muy bien.
T.M.- Así que la obra resuena en la vida real…
G.B-.: Hay muchas cosas que resuenan. No es una obra hecha únicamente para la gente del gremio, es reconocible de alguna manera en cualquier colectivo humano que se plantee un proyecto en común, ya sea emprendedor o lo que sea. Resuenan muchas cosas y eso es lo maravilloso de este texto. De repente estamos parafraseando a nuestros personajes en nuestra vida.
T.M.- ¿Ha sido complejo hacer un personaje teniendo en cuenta que en ocasiones es un personaje dentro de otro? ¿Cómo diferenciar cuándo está actuando y cuándo no? El metateatro tiene sus complicaciones, o al menos, nos lo parece…
M.Z-.: Es un poco como ‘Las mil y una noches’, que es uno de mis libros favoritos. Me fascinan las historias dentro de las historias. No llega a ser como este libro, pero sí es cierto que es maravilloso, porque tienes la oportunidad de interpretar doblemente. Es como si tuvieses dos personajes; en algunos casos, tres. Y entonces, creo que inconscientemente, si te metes mucho en un personaje, llegas a mimetizarlo, a convertirte en él, o el personaje saca a la luz cosas de ti que no sabías. Hay una sincronía entre el personaje que interpretas y tu esencia que me parece muy interesante. Yo creo que aquí está triplicado: está Marian, está Miriam y está Lady Macbeth. Es maravilloso poder cambiar de registro, ir de uno a otro, pero siempre guardando la esencia de lo que eres tú, que en realidad es lo que aportas al proyecto, a parte de la interpretación en sí. No lo pensé dos veces cuando me llamó Miguel Ángel; y cuando vi que mis compis eran gente tan maravillosa dije “de cabeza”.
G.B-.: Es muy divertido. A mí me pasa que, cuando estamos haciendo el ‘Macbeth’, me siento muy liberado. Me cuesta más ponerme en la piel de Marcos, mi personaje actor, que cuando Marcos está haciendo Macbeth. Es curioso el mecanismo mental que me ocurre, con Marcos siento más responsabilidad. Es esa doble capa de interpretación. En todo caso es muy divertido jugar esas dos capas y te hace, como actor desde luego, obligarte a tener menos trampas, porque debes resultar honesto, orgánico y estar en el momento con tu público en el aquí y en el ahora, dos veces. Es muy estimulante hacer esta función.
M.Z-.: Cierto. La parte ‘Macbeth’ es muy liberadora. Luego casi cuesta más volver al personaje que interpreta a Lady Macbeth.
T.M.- ¿Cómo ha sido el proceso de la obra, los ensayos, etc, en esta situación de pandemia?
M.Z-.: Hemos sido muy cautelosos. Las primeras semanas hemos ensayado con mascarilla, guardando las distancias. También hemos hecho test de antígenos antes de los ensayos. Yo personalmente, al igual que Guille, tenemos vidas bastante recluidas en este momento. Intento tomar todas las precauciones correspondientes y confiando mucho en nosotros. Uno de nuestros compis ya está inmunizado. Pero sobre todo, siguiendo adelante. Cuando en enero se plantearon tantas restricciones, nos planteamos si seguir o no, hicimos una videoconferencia y decidimos continuar con el proyecto, teniendo mucho cuidado y siendo muy cautelosos.
G.B-.: Estuvimos a punto de dejarlo. Justo terminó el temporal de Filomena, esto coincidió con la tercera ola en todo su auge, con mucha incertidumbre, la posibilidad de que nos encerrasen de nuevo y estuvimos muy cerca de cancelar. Afortunadamente decidimos continuar y la realidad es que hemos conseguido estrenar en una situación mejor, epidemiológicamente hablando, y estamos cada jueves sin mascarilla frente al público y con nuestros compañeros. Es un riesgo que estamos dispuestos a asumir. Actualmente, vivimos día a día, que es lo que más hemos aprendido de esta pandemia, un día más es un día ganado. De momento podemos hacer la función y el público disfruta, es una comedia muy agradecida. Está siendo muy gratificante representarla.
T.M.- ¿Qué se va a encontrar la gente cuando se sienta en la butaca del Lara en ‘Y mañana y mañana y mañana’?
M.Z-.: A cuatro personas maravillosas haciendo lo que más les gusta en el mundo. Aparte de eso, si alguien ha trabajado en el escenario, se va a sentir bastante identificado; y si no, va a decir: “Jolín, qué divertido ha sido ver un poco detrás de lo que normalmente vemos cuando vamos al teatro”. En ambos casos se va a encontrar algo que le haga pasar un buen rato.
G.B-.: Esa es la pretensión, ni más ni menos.
T.M.- ¿Cómo ha sido volver a trabajar con Miguel Ángel después de la obra de teatro ‘Dos días‘?
G.B-.: La verdad es que después de esa obra, nunca hemos perdido el contacto, y nos quedamos con tan buen sabor de boca que queríamos repetir. Ya durante el confinamiento, metido en casa como toda la gente, se le ocurrió a Miguel Ángel hacer una serie que se llamaba Confinados, en la que, entre parejas, se contaban historias a través de la pantalla. Ahí me regaló un personaje muy divertido. La webserie se colgó en Youtube y tuvo muy buena acogida. ‘Dos días’ se paró y siempre hemos querido retomarla, pero por ahora está parada. Esta oportunidad ha surgido en el desconfinamiento. Teníamos muchas ganas de volver al teatro con nuestros compañeros, Walter de la Reta y Fran Leal, con los que también estaba haciendo otra obra, ‘Gerundio’. Esta se paró durante el confinamiento y no se pudo retomar por las medidas anti Covid, ya que era una obra muy cercana en un espacio reducido. Así que empezamos a hablar. Fabi, nuestro productor, tenía muchas ganas de volver a trabajar con nosotros y yo pensé que Cárcano podía encajar perfectamente. Entró él, la verdad es que nos entendimos muy bien, y surgió la idea de un proyecto teatral que Cárcano y su pareja Inés, que es la que firma, ya tenían en la cabeza. Inés aportó además a la obra un personaje femenino y ahí es donde entra nuestra querida compañera Marian Zapico.
T.M.- ¿y mañana, qué? ¿Tenéis otros proyectos futuros que se puedan compartir?
G.B-.: Por un lado estamos con la obra Gerundio, representándola en El umbral de primavera, con Walter y Fran. Estábamos muy contentos con cómo estaba funcionando; el público salía sacudido con lo que proponíamos. Tenemos la esperanza de volver en cualquier momento, de la mano de Lara Ruiz nuestra directora. Además, recientemente me han llamado para entrar en un proyecto de Netflix del que no puedo contar mucho. Es un proyecto muy chulo que empezaremos a mediados de abril y se estrenará a comienzos del 2022. Parece que todo se vuelve a mover y entrar un poco de aire, porque la verdad es que estaba todo muy incierto.
M.Z-.: Para mí todo está en el aire. Y como todo está en el aire, hace tiempo que decidí que “Hasta que mi trasero no esté en el set de rodaje no estoy haciendo nada”, aunque haya contratos firmados por el medio y todo. Es cierto que antes del confinamiento estábamos con una obra que se llama ‘Estafadas’, y comenzamos a hacer ‘Estafadas 2.0’. Empezamos con los ensayos en enero y febrero del 2020, pero en marzo con la pandemia todo se paralizó. Hemos seguido ensayando vía online, pero la directora y productora tenía otros proyectos este año y se ha tenido que dedicar a ellos, con lo cual no sabemos si lo retomaremos o no, ya veremos.
Entrevista: Luna Longoria.