Marina Skell: “Si uno tiene la posibilidad y el privilegio de subirse al escenario, tiene que contar algo”

José Antonio Alba

La actriz argentina Marina Skell protagoniza Yo decido, una obra que como su subtítulo apunta, sienta al espectador ante tres grandes cuestiones: Amor, sexo y muerte.

La actriz argentina Marina Skell regenta desde hace más de 15 años la Sala Plot Point junto a su familia. En el escenario de este pequeño teatro situado en el barrio de Embajadores, permanecen algunas de las obras más longevas del off madrileño: Mi madre, Serrat y yo, que acaba de cumplir su décimo aniversario, o Cuestiones con Ernesto Che Guevara. Ahora, acompañando a estos veteranos trabajos, tienen en cartel la reflexiva función Yo decido. Amor, sexo y muerte.

La actriz Marina Skell interpreta el papel de Renata, una profesora de filosofía que debe enfrentar el drama del Alzheimer. Mientras su vida personal cambia por completo con la llegada de este monstruo devorador de recuerdos, continúa con sus clases. Tú, el espectador, serás el alumno a quien lleve todas sus preguntas y el debate en torno al amor, el sexo, la muerte, el orden establecido, el género o la eutanasia.

“Funciones como Yo decido son necesarias porque todo el panorama social está muy plano. No hay lugar para debates, para la protesta, para las ideas, para cantar una canción que pueda ofender”, explica Marina.

En este trabajo que acaba de estrenarse en Plot Point, además de las cuestiones más filosóficas, también hay espacio para las contradicciones que componen a cada ser humano. Hay decisiones que toma una parte de nuestro cerebro y le critica la opuesta. Hay gestos que realizamos movidos por una emoción…y que son respondidos justo por la contraria. Y Renata -la profesora de Yo decido– y dos personas de sus pasado, se van a encargar de poner esta complejidad humana ante el público.

La sala que dirige Marina Skell suele acoger proyectos con un hilo temático similar. Las funciones que discurren por Plot Point tienen un halo feminista, reivindicativo y social.

“Si uno tiene la posibilidad y el privilegio de subirse al escenario, tiene que contar algo. Tirar un anzuelo para que la gente se pregunte cosas, se emocione y haya algo más que el mero entretenimiento”.

Más de 700 representaciones pasan por el espacio madrileño de la entrevistada cada año, desde musicales a obras infantiles, pasando por los ciclos o festivales que organizan de manera puntual. Actualmente están trabajando en el Festival Diverse, que da visibilidad a compañías de teatro que trabajan con personas con algún tipo de discapacidad. También organizan Shakespeare en Femenino, donde ofrecen ayudas a la producción de trabajos del dramaturgo inglés puestos en pie por mujeres.

Esta vez la conversación con Marina Skell es mucho más breve que la que nos cruzó hace años, apenas 20 minutos de teatro, catarro y charla, pero me alegra saber que desde esa calle madrileña, escondida en las cercanías de Embajadores donde hace tanto tiempo descubrí a su Ernesto Che Guevara, aún se combate contra la anestesia social, el machismo y el entretenimiento vacío.

Yo decido. Amor, sexo y muerte. El título no puede ser más claro, anuncia quién manda y sobre qué cuestiones. ¿Preparados para buscar respuestas a las preguntas de la profesora?

Texto Iduna Ruiz

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