Andy Warhol confesó, o al menos eso dicen, que “El sexo es más excitante en la pantalla y entre las páginas, que entre las sábanas”. A pesar de tener ahora mismo tu atención fijada en la pantalla, estamos de acuerdo con nuestra entrevistada hoy: la sensorialidad es clave. La sensibilidad que producen los cuerpos y las caricias es algo que por mucho que dominemos la tecla, no podremos equiparar.
Noemí Casquet nos acompaña hoy para romper tabús, hablar sin tapujos y aclarar si el sexo sin amor es algo que tiene sentido. Su debut teatral Origen, que promete guiar hacia una nueva dimensión de la sexualidad y el placer, ha agotado entradas en el Teatro Nuevo Alcalá en tiempo récord. Está claro que es un tema que interesa al público, pasen y vean.
En los años 90 había un programa en la 2 de TVE, que se llamaba Hablemos de Sexo de Elena Ochoa. ¿crees que en los medios de comunicación falta esa divulgación sexual actualmente?
Qué buena pregunta. Sí, sin duda, hace mucha falta la sexualidad en los medios de comunicación. Hace falta periodismo sexual en los medios de comunicación porque no se sabe cómo manejar ciertos temas y al mismo tiempo hay mucho prejuicio.
¿En qué momento decides especializarte en esta rama?
Pues fue un poquito antes de empezar periodismo, de hecho. Me encontré con el mundo del blogging a mis 17 y ahí empecé a escribir algunos artículos que se dedicaban a la sexualidad y se viralizaban un montón. Entonces decidí abrir mi propio blog y en principio quería hablar de noticias de actualidad pero luego, poco a poco, me pregunté: «¿y por qué no lo dedico a la sexualidad?». Porque hace falta eso y al mismo tiempo me llena muchísimo.
Has escrito varios libros, has hecho una serie, y has divulgado en redes sociales, pero hay mucha censura todavía a la hora de comentar cosas de sexo, ¿no?
Sí, en redes sociales el clítoris lo tenemos que poner con unos en vez de con íes (cl1tor1s). Tenemos que cifrar, en vez de hablar de penes pues tenemos que hablar de nepes. Tenemos que ir cifrando las palabras porque si no, nos sometemos a bastante censura. Realmente no entiendo cómo la humanidad ha sido tan gilipollas de haber hecho de su propio origen un tabú tan grande.
La primera fuente de información sobre el sexo suele ser la pornografía ¿crees que es una fuente fiable?
No, porque la función de la pornografía no es el aprendizaje, es el entretenimiento. Es como si aprendiéramos a conducir viendo Fast and Furious, porque es lo único que tenemos, no hay otras escuelas, nadie nos enseña. Entonces tú ves Fast and Furious y dices: «pues así se tiene que conducir». Evidentemente nos estrellaríamos muchísimo más de lo que ya nos estrellamos. En el sexo pasa exactamente lo mismo, nos estamos estrellando en nuestra sexualidad viendo una fuente que es de ficción, que es una fuente de entretenimiento, cuya funcionalidad es excitarte más, en mayor o menor medida. Y podríamos entrar sobre las cuestiones morales y éticas de la pornografía y toda la vejación que hay hacia la mujer. Pero más allá de todo eso, el principal foco de la pornografía es el entretenimiento en general. Es decir, tú ves una ficción pero esa ficción no es educativa. Si vemos eso como la base de nuestra educación, primero estamos perdiendo un potencial y un poder en nuestra sexualidad que es tremendo. Y segundo, le estamos otorgando un poder muy grande a algo que no debería tenerlo.
Y hablo de la pornografía, pero también de la cultura en general, porque el cine convencional, la literatura, la música, todo eso también crea y alimenta nuestro imaginario colectivo en torno a nuestra sexualidad.
La mayoría del cine pornográfico está dirigido por hombres ¿cómo crees que influye esto en la forma de transmitir las escenas sexuales?
Bueno, como todo en la vida, al final se gira en torno a un sistema patriarcal, que es el sistema que sigue vigente desde hace siglos. En este sentido, al menos en esta cultura, todo gira alrededor de la sexualidad, en el pene y del placer en el pene y de las fantasías en el pene. Son unas fantasías que también están muy manipuladas, se les dice y se les condiciona a esas personas que se definen como hombres que esa tiene que ser su sexualidad, que ese tiene que ser su deseo. Someter a otra persona, tener actos violentos, el sexo duro, el empotrar salvajemente,… ese tiene que ser nuestro deseo. Y al final, nos despoja también de algo único y es la propia identidad al final, ¿no? ¿Cómo es tu sexo? ¿Cómo te gusta a ti tu sexo? Y como actuamos por imitación, pues al final tenemos una sexualidad absolutamente perdida, donde los hombres están obsesionadísimos por el tamaño de su pene, por el grosor, por no eyacular antes o después, por las erecciones, por empotrar… Y nosotras pensamos que tenemos que aguantar ciertas cuestiones, que no nos podemos comunicar, que no somos merecedoras de placer, que no hay horizontalidad en nuestro deseo, nuestro placer.
Tampoco sabemos qué es lo que queremos porque no nos han dado el permiso para preguntarlo, tenemos una sexualidad y unos encuentros que distan mucho de lo que debería ser nuestra propia naturaleza.
«No entiendo cómo la humanidad ha sido tan gilipollas de haber hecho de su propio origen un tabú tan grande»
La socióloga Rosa Cobo ha dicho que “la pornografía erotiza la violencia contra la mujer” ¿crees que es así?
La pornografía en realidad, estrictamente lo que significa es básicamente el entretenimiento y la ficción de imágenes explícitamente sexuales en pantalla, eso debería ser el porno. El sistema que pongamos dentro es otra cosa. El reguetón, por ejemplo, que es un género musical pero va muchísimo más allá porque hay mucha vejación hacia la mujer, hay mucha estructura patriarcal en el reguetón, pero el reguetón como tal es neutro. No es contra el porno contra lo que tenemos que ir sino contra el sistema que interfiere en todo esto, que es el sistema patriarcal y es un sistema que interfiere en todos lados. Insisto, en el cine convencional interfiere muchísimo, porque el primer contacto que tenemos con el sexo en la gran mayoría de ocasiones también es a través del cine convencional, y aunque no es sexualmente explícito, nos sigue condicionando: cómo tiene que ser nuestra sexualidad, el cortejo, la seducción, etc. todo lo que hay en el antes y el después que eso no se ve en el porno.
Recientemente, en la última temporada de True Detective se ha criticado a Jodie Foster como una persona avejentada. Y hace poco, Marta Etura decía en una entrevista que es una suerte poder estar en una serie ahora en la que todas las protagonistas tuvieran 40 años ¿Qué imaginario estamos construyendo para que eso sea una situación rara?
El imaginario que estamos construyendo es básicamente que se dice que los hombres son como el buen vino, que cuanto más mayores, más buenos están, pero las mujeres somos una cerveza fría, que no la puedes dejar pasar demasiado tiempo y te la tienes que tomar porque enseguida se calienta y ya no vale. Ese condicionante social lo tenemos en nuestra cabeza, nosotras pensamos que tenemos que hacerlo todo ahora que somos jóvenes. Fíjate en las mujeres que están de cara al público, que son personajes públicos, la cantidad de trabajo que están haciendo en edades tan cortas: en los 30, 20… porque pensamos que a partir de los 40 y los 50 ya no vamos a valer para nada. Ya no tendremos esas oportunidades porque vendrá otra más joven. Eso los hombres en ningún momento se lo plantean, si se lo plantean es un poquito de refilón, pero nosotras tenemos ese síndrome de la impostora en un montón de aspectos y también correr, correr, correr con nuestra carrera para intentar absorber todo de este puesto que en nuestro interior sentimos que no nos lo merecemos.
«Tenemos una muestra de diversidad corporal extrema y extensa en el caso de los hombres y en nosotras no»
Si lo traducimos en el cine es exactamente lo mismo, al final encontramos que sigue un canon de belleza muy particular. La gran mayoría son mujeres muy guapas, sin embargo, tenemos una muestra de diversidad corporal extrema y extensa en el caso de los hombres y en nosotras no. Desgraciadamente también el hecho de la distorsión de la vejez, es tan sencillo como poner la televisión y ver cómo se hace la publicidad de ciertas cremas antiedad con mujeres que apenas tienen arrugas. Esas mujeres no las puedes encontrar en tu día a día, no son las mujeres comunes ni las mujeres en las que nos vamos a convertir dentro de unos años, así que necesitamos una muestra de la realidad humana que hay. También una erotización y sensualidad en la menopausia y en la vejez de las mujeres porque hay mucho erotismo, hay mucha belleza en eso. Y es lo que tenemos que aprender tanto nosotras como evidentemente la sociedad en general.
Hace poco veía un vídeo de un experimento social con adolescentes para aparecer sin maquillaje y sin filtros ¿cada vez hay más presión al respecto?
Sí, evidentemente las redes sociales y los filtros han distorsionado muchísimo la belleza. Antes ya pasaba esto, yo recuerdo cuando era pequeña no teníamos filtros pero al mismo tiempo empezabas a ponerte un poco de rímel a edades muy jóvenes. Y de repente, ya se nos iba distorsionando la belleza natural por eso creamos muchas inseguridades en torno a nuestra belleza. Evidentemente ahora con los filtros y la distorsión que hay alrededor de eso creo que estamos en una época de auge absoluto de los tratamientos estéticos, los retoques estéticos y me da la sensación que muchas mujeres que son personajes públicos tienen la misma cara porque se hacen las mismas operaciones. No hay esa diversidad facial que teníamos en otras épocas y eso me da mucha pena, porque cuanto menos diversidad, menos representación y por lo tanto más complejos vamos a tener.
Tú en redes sí que muestras tu vulnerabilidad, tus inseguridades a nivel físico
Sí, yo intento sobre todo en redes sociales mostrar la realidad de mi día a día. Al final es la realidad de todas porque yo estoy en mi casa, estoy escribiendo, estoy trabajando con un moño y con mi bata, con la cara recién levantada y eso me parece importante aunque a mi también me genere complejo. Al otro lado siempre hay una persona que lo agradece porque yo lo agradezco también cuando las personas en redes sociales se muestran tal y como son, estén como estén, y muestran también sus sentimientos y sus sensaciones. Al final creo que hay que dar un poquito de humanidad y recordar que somos humanos.
Y siguiendo con los jóvenes, las últimas agresiones múltiples han generado una alarma por la edad de los atacantes menores de 14 años y víctimas de 11 años. ¿Tenemos una tarea pendiente en educación sexual en la escuela?
Ahora estamos haciendo muchos estudios y tenemos más conciencia sobre todo esto, que creo que es altamente necesario. Antes, la violencia, el maltrato, la vejación a las mujeres, el abuso… todo eso lo habíamos normalizado porque nosotras lo habíamos callado y ellos lo habían asumido como parte de su realidad. Ahora nosotras queremos el espacio que nos pertenece por derecho. Cuando hay un movimiento social tan grande como el feminismo siempre va a haber una represión y una reacción al otro lado. En este caso, la reacción esta siendo la hipermasculinización en muchos aspectos. Estos hombres que de repente ahora se tienen que poner fortísimos, ser mega exitosos, esa masculinidad llevada al extremo también ejerce una violencia contra las mujeres y un odio contra las mujeres. Al final, lo único que se está denotando es el miedo al cambio, miedo a perder el privilegio.
«Pensamos que a partir de los 40 y los 50 ya no vamos a valer para nada. Ya no tendremos esas oportunidades porque vendrá otra más joven. Eso los hombres en ningún momento se lo plantean»
¿Hay mucho narcisismo oculto?
Más que narcisismo es ignorancia lo cual me da más pena. Hay muchas personas ignorantes y una sociedad ignorante es una sociedad manipulable. Al final, es una sociedad que puedes manipular a través del miedo y, por lo tanto, es una sociedad que siempre va a permanecer manteniendo el poder a unos privilegios y a una pequeña parte y una pequeña muestra de la sociedad. No es una sociedad despierta, no es una sociedad consciente, no es una sociedad generosa, no es una sociedad empática, sensible y emocional. Es una sociedad que está vista por el capitalismo, una sociedad productiva, una sociedad que tiene problemas de salud mental cada vez más en auge, una sociedad en la que valemos lo que nuestro físico dice de nosotras y de nosotros. El poder es más personal, económico. Todo esto rige la sociedad que tenemos a día de hoy y, en pequeña parte, mi trabajo también es hacer una pequeñita grieta después de todas las mujeres que han hecho esas grietas y todas las que vendrán para que al final podamos romper con ese muro. Esos abusos y esa violencia que hay, y, ampliando en general más allá de las aulas porque también podríamos ampliar las edades y ver todo el abuso, la violencia que hay en la tercera edad, en las personas de 50, de 40, de 30, de 20… y vamos sumando.
Sí, tenemos un caso en artes escénicas que es una denuncia sin precedentes en el sector: 14 actrices han denunciado el dramaturgo Ramón Paso. Y 7 actrices más han solicitado a unarse a la denuncia de la Fiscalía ¿Qué métodos de prevención tenemos que hacer para evitar el acoso y el agresión sexual en el entorno laboral?
El primero es saber que puedes denunciar y que estás en tu derecho y es necesario. Porque sé todo el miedo que hay, al final estás jugándote una carrera, sé también esas posibles oportunidades que te han dicho que puedes tener y las veces que has callado para no generar incomodidad. Es necesario generar incomodidad, ningún movimiento social avanzó siendo cómodo, ninguno. Es necesario ponernos en esa situación desgraciadamente para que las cosas cambien. Si no, esos hombres seguirán haciéndolo y no tenemos que ir a través del miedo. Yo te diría que la educación es súper importante pero si ellos pueden abusar desde el privilegio lo van a seguir haciendo porque nosotras vamos a seguir callando y eso es lo que no puede pasar. Lo que tiene que pasar es que se denuncien con nombres y apellidos a estos hombres en todos los medios de comunicación, que las voces de esas mujeres estén protegidas y que se haga fuerza para que vayan cayendo uno a uno. Y que nos encontremos en espacios seguros dentro del mundo artístico, audiovisual y dentro de todos los sectores. Evidentemente en los sectores artísticos y audiovisuales tienen más resonancia pero estoy convencida que en todos los sectores sucede este abuso de poder por parte de personas que están en altos cargos.
En estos más de 10 años de carrera que has tenido, ¿te has encontrado también con víctimas en este sentido?
Pues mira, yo estuve durante la primera etapa de mi carrera como 3 o 4 años dedicándome a llevar el periodismo a la pornografía. Tenía otra mentalidad sobre el trabajo sexual y ahora tengo otra distinta, la evolución ha ocurrido en mí. Esa chica de veintipocos que no sabía mucho de la vida ni del feminismo se encontró también con casos de directores que eran súper feministas y hacían un porno ético y después se denunció por varias chicas que habían tenido abuso sexual. Claro, estás en un enclave que es la pornografía entonces denunciar eso es muchísimo más difícil. Por suerte, en mi caso no he vivido ningún tipo de abuso laboral pero como la mayoría de las mujeres, he vivido desgraciadamente algún tipo de abuso sexual.
Estás preparando una escuela que también intenta ayudar un poco a dar esa visión un poquito más holística a nivel sexual ¿no?
Sí, justo tenemos un espacio físico en Madrid que verá la luz en septiembre y será la Escuela Santo Amor en redes somos Universo Santo Amor Lo que hacemos ahora es básicamente grabar cursos y talleres con cuerpos reales teniendo sexo explícito cuya finalidad no es el entretenimiento sino la educación y eso se nota muchísimo porque aunque haya actos sexuales tiene una finalidad puramente educativa. Tenemos sexólogas que nos ayudan también a generar los cursos con la mayor información posible. Lo que será la escuela va a ser un poco lo mismo, una escuela de bienestar personal donde también se incluye la sexualidad, vamos a tener clases de yoga, meditación más sexual, menos sexual, tantra… Creo que son muy interesantes las filosofías antiguas como el tantrismo que tienen que ver con la parte más sexual. Vamos a trabajar con suelo pélbico, hipopresivos, con la tercera edad y que vean que tienen 70 años y pueden disfrutar del sexo. Mientras sigamos respirando podemos alcanzar el éxtasis así que vamos a ponerle foco también a los más mayores. En realidad la Escuela Santo Amor queremos que sea el hogar de placer y de tantísimas personas que quieran experimentar. Es algo muy pionero que se va a hacer en España, no ha habido nada parecido. La sexualidad está muy bien teorizar sobre ella pero hay que vivirla sin duda y vivirla en la piel te cambia la vida.
«Ningún movimiento social avanzó siendo cómodo, ninguno»
Hablas de sensibilidad ¿qué papel crees que juega la inteligencia emocional en el sexo?
Es el papel principal. La responsabilidad afectiva debería ser uno de los pilares fundamentales del sexo. Y, sin embargo, nos estamos yendo cada vez más a la individualización. Estamos más individualistas que nunca, intentamos masturbarnos con otros cuerpos sin importarnos mucho la persona. He visto en muchas ocasiones en redes sociales que la gente pregunta: «¿cómo hacer para no sentir amor en el sexo?». Es objetivamente muy difícil y casi imposible no sentir amor en el sexo porque las sustancias químicas que se liberan tienen relación con el amor. Tu naturaleza está hecha para que eso suceda, es ir en contra de tu propia naturaleza, lo cual me parece absurdo. Eso no significa que te tengas que casar con la persona pero ¿qué miedo tenemos a amar? ¿qué miedo tenemos a sentir esa responsabilidad afectiva? ¿qué miedo tenemos a cuidar? ¿qué miedo tenemos a sostener? Y un poco de todo esto va Origen, de dar esas claves para encontrar en el sexo una fuente de amor. El problema es que a nivel social nos han condicionado con lo que es un amor romántico y por eso nos da tanto miedo asociar el amor al sexo. Si viéramos la fuente de amor que podemos sentir hacia amistades, hacia la familia, hacia nosotras mismas, nosotros mismos, hacia nuestro entorno, hacia la vida, hacia la pareja… veríamos que el sexo es una fuente de amor inagotable y no se puede separar.
Dices en la introducción de tu libro Éxtasis que hace 5 años un orgasmo cambió tu vida ¿fue el punto clave para articular Origen?
Sí, todo nace de la misma experiencia. Una experiencia que me cambió la vida, una experiencia sexual que viví como algo muy místico y realmente fue para mí una señal. Había estudiado durante mucho tiempo la sexología moderna, era mi base principal y divulgaba en torno a todas esas investigaciones y sí que es verdad que anhelaba una profundidad en el sexo, sabía que había algo más allá. Hasta que tuve hace 5 años este orgasmo y empecé a investigar y, de esa investigación, nace Éxtasis, pero sobre todo nace Origen. Al final es la divulgación de toda esa investigación que he ido haciendo a lo largo de estos 5 años bajada un poco a la sexualidad moderna, a nuestro presente, para poder cambiar el futuro de nuestra sexualidad. Parte del claim de Origen es: «el futuro de nuestro sexo está en nuestros ancestros». Y hay que mirar atrás, lo que hice yo hace 5 años con ese orgasmo, mire atrás y dije: «wow, qué información hay aquí, cómo me puede cambiar la vida, cuánto conocimiento tengo de mi sexualidad y de mi cuerpo y cómo es el poder que tiene el éxtasis, por eso está tan perseguido».
«Mientras sigamos respirando podemos alcanzar el éxtasis»
Hablas de ancestros, ¿hay alguna civilización antigua que sea un referente a nivel de sexualidad?
Hay varias, la verdad. A lo largo de la historia por ejemplo tenemos el antiguo Egipto, cómo se otorgaba un uso místico a ciertos exvotos que son como aparatos, bueno, es como una polla tallada de madera que se les da un poder más místico. En todas las civilizaciones ha habido siempre un culto a la fertilidad, al final es algo esencial en el ser humano. En Ruanda hay un método fantástico entre 1500-1700 del que hablo en Origen. Hay muchísimo poder en el autoconocimiento. Ahí tenemos nosotros a nuestra querida santa Teresa, cómo dejaba las sillas con las uñas gracias a sus orgasmos que veía Dios pues un poco eso es lo que queremos recuperar porque es posible.
Autoconocimiento y comunicación que muchas veces falta en la interacción sexual ¿no?
Sí, evidentemente para comunicarnos necesitamos saber qué queremos y ese es el primer paso. Muchas veces no sabemos qué queremos en el sexo, no sabemos cuál es nuestro deseo, qué es lo que nos gusta. Más que un problema de comunicación tenemos un problema de introspección y es que nos da mucho miedo hacer este ejercicio de ir adentro y ver qué nos podemos encontrar. Qué es lo que hemos estado ocultando para después poder comunicarlo y compartirlo. Este acompañamiento tiene que ir de la mano, es necesario un acompañamiento a nivel introspectivo para abrazar tu deseo, tu sexualidad y también es necesario las claves y las herramientas para expresárselo a la otra persona. Una tiene que ir de mano de la otra y todo tiene que ir de la base del consentimiento en el sexo sin duda alguna.
Entradas agotadas para Origen en Madrid aunque tienes una gira no solamente a nivel de España sino también de Latinoamérica. Para aquellas personas que a lo mejor estén dudando en ver el espectáculo ¿qué les dirías?
Es difícil porque no quiero hacer spoilers y también es muy difícil por cómo se ha tratado el sexo encima del escenario muchas veces de una forma casi sensacionalista, morbosa, cómica, llevado al absurdo y esto no tiene nada que ver. Creo que nunca se ha hecho algo parecido, es una charla inmersiva sobre sexualidad donde se aprenden muchísimas técnicas, en aproximadamente hora y media. Las técnicas tienen que ver con otras civilizaciones que se han recuperado y se divulgan, y no sólo eso, se experimentan desde el asiento. Una experimentación que no tiene porqué ser explícita sexualmente sino que trabajamos a muchos niveles. Sí hay imágenes explícitas porque enseñamos cómo hacer diferentes técnicas y movimientos con cuerpos reales y eso creo que se tiene que recuperar en la divulgación de nuestra sexualidad. En general, en Origen eres absolutamente activo y necesario porque todo lo que puedas experimentar durante hora y media son herramientas que te vas a llevar para profundizar, elevar el placer en tu sexualidad y en tu vida en general.
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