Mientras estás leyendo esto, 14.000 niños están muriendo de desnutrición. Cada uno de ellos, solo ha cometido un crimen: nacer en un lugar equivocado.
El título de este artículo no es de mi invención, pertenece al monólogo que escribió Ismail Khalidi en Foot, la obra que ha puesto voz a aquellos a los que no estamos tan acostumbrados a oír en Europa: los palestinos. Esta obra, que dirige y produce Samy Khalil en Nave 73 y está interpretada por Nourdin Batán es un grito para quien quiera escucharlo. Un grito de auxilio.

‘Foot’ es un monólogo poético en la voz de un futbolista palestino
Foot que significa ‘pie’ en inglés y etimológicamente hablando antecede a ‘ball’ (pelota) despoja de todo el glamour al fútbol que estamos acostumbrados a ver aquí. Nos acerca a ese elemento que compone parte del cuerpo del ser humano, algo que nos une. Un trozo de piel y hueso que permite dar patadas pero también caminar.
Poner etiquetas a otra persona es siempre más sencillo, los seres humanos tenemos la tendencia a hacerlo para poder asimilar mejor la información. Nos llenamos de prejuicios y asistimos a una polarización donde pertenecer a un bando comienza a ser una exigencia social. Es más fácil identificar a tus enemigos que construir amigos. Nadie debería llevar la etiqueta ‘enemigo’ por haber nacido en un lugar determinado. Nadie.
No deja de sorprender cómo hay judíos que sufrieron uno de los genocidios más estremecedores de la humanidad y ahora repiten el patrón convirtiéndose en victimarios. Esperemos que haya palestinos que no sigan su mismo camino y no hagan que ser israelí también sea un crimen.