Teatro Kamikaze presenta la que será su última temporada en El Pavón.

José Antonio Alba

La tercera temporada del Pavón Teatro Kamikaze va a ser una de esas temporadas que nos va a mantener en vilo de principio a fin. Miguel del Arco, Israel Elejalde, Jordi Buxó y Aitor Tejada han presentado una programación llena de propuestas que hacen vibrar de excitación, pero no sólo estaremos pendientes de ellos por este motivo, como postre a una presentación en la que los propios responsables del Kamikaze han tirado de sentido del humor y han recibido a los invitados ataviados como camareros, ofreciendo un piscolabis repleto de platos fuertes, nos han soltado todo un bombazo como postre: Esta será la última temporada del Pavón Teatro Kamikaze.

UN ÓRDAGO A LA GRANDE.

Una serie de circunstancias han hecho que finalmente este proyecto sea insostenible, a pesar de haber contado con un incremento de espectadores del 10%, provocando que tengan que tomar esta decisión, la insostenibilidad de un proyecto que por parte del Ayuntamiento de Madrid y el INAEM tan solo han recibido «Palabras, palabras, palabras…», haciendo alusión a Hamlet, aunque Montserrat Iglesias responsable del INAEM ha aprovechado para anunciar que «este año hemos conseguido introducir una línea de subvención nueva, pensada para espacios como el Pavón que esperemos salga en unos meses» y de los 150.000€ de subvención concedidos por la Comunidad de Madrid, solo han percibido, hasta el momento, la mitad: 75.000€. Una ayuda insuficiente incluso para pagar un alquiler que asciende a 360.000€ anuales, sin contar con los gastos de agua, electricidad, etc… los cuales elevan el precio hasta cerca de los 500.000€ al año “un alquiler fuera de mercado” nos informa Israel Elejalde.

“Después de dos años nos hemos dado cuenta que este teatro no vale el dinero que pagamos por él” comenta Miguel Del Arco. “Un teatro sin dotación técnica alguna, tenemos micro cortes de luz, goteras, las cañerías no funcionan…” añade Jordi Buxó. Problemas que normalmente podrían solucionarse hablando con el casero, pero que en este caso parece que no está siendo tan sencillo “La comunicación es algo menos que imposible”, razón por la cual han tomado esta decisión. “No estamos dispuestos a seguir invirtiendo en un espacio en el que cuyos propietarios no tienen el más mínimo compromiso con las artes escénicas” sentencia Aitor Tejada.

Esta noticia, que seguramente caiga como un jarro de agua fría entre los aficionados, ellos se la toman como un paso hacia adelante, aceptando la responsabilidad y admitiendo que van aprendiendo sobre la marcha “La responsabilidad es nuestra. Esto es una fiesta, la pagamos nosotros y al final tenemos que pasar por caja. Eso fue el espíritu y es lo que va a ser” dice Jordi Buxó, con la certeza de que el proyecto tendrá una continuidad fuera de las paredes del Teatro Pavón. “La idea es encontrar otro lugar entre la multitud de espacios cerrados e infrautilizados que hay en esta ciudad para volver a darle vida de forma inmediata insertando este proyecto que hemos venido desarrollando durante estos dos años”. Las conversaciones con la Comunidad de Madrid, el ayuntamiento y el INAEM ya están produciéndose, buscando la manera de poder dar continuidad a un proyecto que, según nos comentan los responsables del Kamikaze, va más allá de lo personal, “proponemos configurar una fundación que debería estar participada por las tres administraciones, por nosotros mismos y por la empresa privada. Lo único que queremos es que sea permanente, un espacio creativo donde se reivindique, promueva, produzcan y exhiban las dramaturgias contemporáneas (…) la idea es lanzar un espacio que sea específicamente constituido para la dramaturgia contemporánea”.

De todos modos, todo está por hablar y el devenir de los meses nos dirá hacia dónde seguirá caminando el proyecto Kamikaze “Este es un órdago muy grande que nos estamos marcando. Estamos abiertos a que pueda suceder cualquier cosa” aclara Miguel del Arco.

UNA CONTUNDENTE TERCERA TEMPORADA.

Entrando en los detalles de la temporada, conviene sacar agenda y comenzar a hacer huecos para los bombazos que nos tienen preparados desde El Pavón Teatro Kamikaze. Serán 23 montajes que irán desde la visita de Jan Fabre, que ha ido captando adeptos tras Mount Olympus, y que ahora nos trae un solo de danza, The Generosity of Dorcas, interpretado por Matteo Sedda, hasta el que seguro será el montaje que dará más que hablar, Jauría de Jordi Casanovas con el que se abordará el caso de La Manada bajo la dirección de Miguel del Arco con Ignacio Mateos, María Hervás, Fran Cantos, Martiño Rivas, José Manuel Poga y Raúl Prieto en el reparto y que compartirá programación con Port Arthur, también de Casanovas, con dirección de David Serrano y Adrián Lastra en escena. La temporada nos reserva un caramelo que seguro que a muchos les agradará descubrir: El viaje de José Padilla, segunda parte de la divertidísima y muy celebrada Las crónicas de Peter Sanchidrián, que finalmente será una trilogía, esta segunda parte nace como fruto de la II Beca de Dramaturgia Contemporánea.

Dentro de la programación de la sala principal, encontraremos una fuerte influencia de la escena catalana, con la versión de El enemigo del pueblo que Àlex Rigola dirige con Nao Albet, Israel Elejalde, Irene Escolar, Óscar de la Fuente, Francisco Reyes y Guillermo Toledo. También tendremos ocasión de descubrir el trabajo escénico de Silvia Munt, poco conocido en Madrid, con El precio de Arthur Miller con Gonzalo de Castro y Tristán Ulloa en el reparto y Las chicas de Mossbank Road de Amelia Bullmore, o Andrea Pixelada, en coproducción entre el Pavón Teatro Kamikaze y la Sala Beckett.

Además volveremos a encontrarnos con el teatro de Pascal Rambert con el estreno absoluto de Hermanas donde Irene Escolar y Bárbara Lennie compartirán escenario y dos reposiciones, Ilusiones y Blackbird, espectáculos que cosecharon opiniones enfrentadas y que será interesante volver a revisar. Además de la vuelta de Voilá Producciones, esta vez con Peregrinos, su nueva propuesta de teatro familiar.

Pero no todo lo interesante se encuentra en la sala principal, no hay que perder de vista lo que se va a cocer esta temporada en el Ambigú, desde la llegada del corrosivo Íñigo Guardamino (Monta al toro blanco), pasando por Pablo Messiez (La otra mujer – un concierto), Gon Ramos (Suave) o Carlos Tuñón (Un roble) hasta encontrar un espacio para la danza con Zèbre de Manuela Barrero o la celebración del 120 aniversario del nacimiento de Lorca con Yerma dirigida por Marc Chornet o Sueño Lorca o el sueño de las manzanas de Baraka Teatro, sin olvidar a Micomicón que recupera Una humilde mirada.

Texto José Antonio Alba

Foto Vanessa Rabade

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