‘Todas hieren y una mata’ la primera comedia de capa y espada en verso del S. XXI

José Antonio Alba

Llega la segunda entrega del ciclo Miradas al Siglo de Oro que AY Teatro ha organizado en el Fernán Gómez, y lo hace con el estreno absoluto de Todas hieren y una mata de Álvaro Tato con dirección de Yayo Cáceres. Título que procede de un dicho latino, “las horas son como flechas, todas hieren y la última nos mata” y que resulta ser la primera comedia de capa y espada escrita en el Siglo XXI -La última de la que se tiene conocimiento fue El labrador de más aire de Miguel Hernández escrita en los años 30- “Desde entonces nadie había probado esta osadía o disparate” comenta Tato.

Todas hieren y una mata, dice Yayo Cáceres que “Roza la perfección”, según nos explica el director “Tiene la virtud de poder hacerse como una mega producción o absolutamente despojada, apuntando a la imaginación del espectador, y a ser teatro en el más estricto sentido de la palabra”, buscando la esencia del Teatro Pobre, que es hacia donde apunta la filosofía de la compañía. El montaje apuesta por la desnudez del escenario, donde doce candilejas, que simbolizan las horas, iluminarán al actor que, a través de la palabra, logrará que el espectador complete la función con su imaginación “La cristalización de ese estilo es este juego que ha dirigido Yayo como si estuviéramos en un corral de comedias”  nos dice el autor “Vamos a ver bosques, palacios, jardines, viajes en el tiempo, duelos a espada, amores, deseos, vamos a ver todo un torbellino” anuncia Álvaro Tato “pero no hay nada porque el teatro fue eso y necesitamos recordarlo” en un claro intento por innovar regresando a los orígenes.

Sol López, Diego Morales, Carlos Lorenzo, Alba Banegas y Antonio Hernández son los cinco miembros del elenco elegidos para dar vida a los personajes de Todas hieren y una mata, quienes cumplen con uno de las premisas que AY Teatro tiene como compañía, que es buscar la mezcla de intérpretes emergentes con otros más experimentados para fomentar el intercambio y la convivencia de diferentes generaciones y mantener la frescura dentro de las propuestas. “Cuando leí la función tuve la misma sensación que cuando vi por primera vez La Princesa Prometida nos comenta Carlos Lorenzo “La puesta en escena tiene un lenguaje teatral muy potente  y muy poético”.

Sobre la función nos cuentan “Que no intenta ser solo un juego o una reconstrucción arqueológica, sino dar un paso más y hablar desde nuestro presente” Nos desvela su autor Álvaro Tato “Con una trama de viajes en el tiempo mágicos, que nos permite ver el Siglo XVII desde el XXI, pero también al revés” Una historia que plantea, desde nuestra visión, cuestiones tales como la relación amo-criado o la honra del desposamiento, pero también al contrario, si los personajes pudieran visitar nuestra época, ¿cómo la entenderían? Situaciones que pasadas por la mente de Tato y Cáceres generarán momentos delirantes con trasfondo reflexivo.

Además del paso del tiempo, del amor y el deseo la función trata “de los laberintos de la lucha por la libertad de la mujer, que es seguramente el tema central de la obra junto al tiempo” nos dice su autor que ha querido abordar un asunto social tan vigente como es el feminismo “Aurora es heredera de los grandes personajes femeninos del Siglo de Oro, de las que crearon a contratiempo una tradición literaria, Santa Teresa, Sor Juana, Ana Caro, de esas pocas mujeres que sí pudieron tener voz” Dice Álvaro Tato “Creo que es uno de los grandes temas de nuestro teatro. La semilla de la emancipación, como gran tema de nuestra generación, ya estaba plantada en el siglo de oro”.

Más allá de mensajes y filosofías, esta función supone ver un sueño cumplido para Álvaro Tato “Se ha creado en los camerinos, en las furgonetas, casi a pie de escenario”, un texto escrito movido por su devoción al verso y la palabra para, como el autor dice: “Rescatar y revivir desde el hoy una tradición que convierte la palabra en música a través del ritmo del verso y que obliga a que, esa música, se convierta en pura palabra activa”. Un amor que además aboga por una vuelta a los orígenes del teatro y, como dice Yayo Cáceres “recuperar esa cosa viva y tridimensional que tiene y que muchas veces perdemos” y lo remata con un toque de atención “El gran capital y la  materia prima de un país es la mente de sus habitantes, por tanto, es la cultura y la educación” dice el director argentino “El gran conflicto mundial es cultural, no económico. Nunca ha sido más fácil que ahora ser culto porque todo está al alcance de la mano y, sin embargo, hay desprecio por la cultura, no solo desde la población, si no desde la instituciones”.

José Antonio Alba / @joseaalba

Fotos David Ruiz

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José Antonio Alba
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