ESTRENO EN LA SALA MIRADOR

Tomás Cabané: «Si no hubiera esperanza, no podríamos salir a la calle a seguir disfrutando y viviendo»

'Esto podría durar y durar y durar y durar' es un collage de momentos y vidas de amor LGBTIQ+ inspirado en hechos reales

Amanda H C
'Esto podría durar y durar y durar' se estrena en la Sala Mirador bajo la dirección de Tomás Cabané

Tomás Cabané, director artístico de la compañía Malala Producciones. Fotografía de Diana Martín

Esta es una historia de chicos que escapan de bosques en llamas. Esta son tres historias que luchan contra el olvido, el odio, la extrema derecha y cualquier síntoma de nuestra vida cotidiana que nos merme derechos y diversidad. En Esto podría durar y durar y durar y durar, el público oirá las declaraciones de un hombre gay que se suicida en una cárcel de Puerto Montt, contemplará cómo una pareja muere quemada en su casa en Texas y visionará cómo una bruja colabora con la dictadura de Pinochet para encontrar a un grupo de opositores homosexuales escondidos en la Isla de Chiloé.

Con esta obra, la compañía Malala Producciones pone en pie el texto premiado del autor chileno Nicolás Lange del 26 de abril al 12 de mayo en la Sala Mirador. María Ordoñez, David Soto Giganto y Raúl Pulido son el elenco que dirige Tomás Cabané y con quienes ofrece resistencia y visibilidad del colectivo. Con su director y actriz nos sentamos a charlar una tarde de viernes, la misma semana en la que ha salido publicada la más reciente agresión homófoba a un chico en Madrid al grito de “maricón de mierda, te voy a matar”, recogida en medios como El Mundo.

¿Cómo llegáis a este texto de Nicolás Lange?

Tomás Cabané: Hace dos años, tuve la osadía de escribir al autor a través de las redes sociales. No nos conocíamos, pero le pedí que me enviara varios textos suyos porque quería saber qué escribía. Me mandó varios y entre ellos estaba éste y me fascinó. Al leerlo rompí a llorar y pensé que, en algún momento, tenía que dirigirlo. No lo activé en aquel momento, hasta el verano pasado que comencé a proyectarlo.

¿Y cómo empieza el proyecto con este equipo?

Tomás Cabané: Yo le doy muchas vueltas a todo y, para este equipo, fui contactando con cada uno poco a poco, de manera individual, porque me gusta ir conociéndolos. Es la primera vez que trabajo con estos tres intérpretes, a los que convoqué porque ya los había visto actuar en varias ocasiones. No hice ningún casting porque, para mí, el mejor casting es verlos trabajar.

María Ordoñez: Leí el texto y me reí, lloré, me enfadé, me pasaron mil cosas en la primera lectura. El dramaturgo tiene una honestidad aplastante y no te deja escapatoria. Me enamoré del texto y le dije a Tomás que contara conmigo incluso antes de terminar de leérmelo.

A pesar de todo el dolor y el odio, hay algo muy atrayente por lo poético y metafórico, como si fuera una capa protectora en la dramaturgia, ¿lo veis así también?

María Ordoñez: Hay toda una parte poética que ayuda a digerirlo, pero también hay mucha ironía, con toda la conciencia del mundo, que te permite reír con las cosas más escalofriantes. Creo que esa línea con la que juega todo el rato el autor es alucinante porque es muy difícil, sin que en ningún momento se frivolice. Puedes conectar desde un lugar muy honesto y a través de un humor muy universal. Siento que esta es una función muy humana.

¿Cuál es el mayor reto al que os estáis enfrentando en este montaje?

Tomás Cabané: ¡Hay tantos! Jajajaja.

María Ordoñez: El texto ya es un reto. Pero tiene algo de que te conecta muy rápido con ello. Lo difícil ha sido ponerle imagen, ya que es muy poético. Es más sensitivo y tiene que ver más con lo que te vaya a transmitir en el momento que con razonarlo y procesarlo. También ha sido difícil de aprender. Y luego, los retos que nos ha puesto Tomás.

Tomás Cabané: Claro, porque en la puesta en escena, hemos intentando utilizar todos los recursos posibles. Es algo que me gusta mucho, el conocer de cerca qué saben los intérpretes hacer o qué les interesa o les apasiona, aparte de interpretar un texto, y poder ponerlo al servicio de la obra.

¿Tienen algo en común estos personajes con vosotros, qué os conecta?

Tomás Cabané: A mí el dolor y el sufrimiento, que están llevados a lugares extremos. Y el amor. La mezcla que tiene el texto entre la belleza y el terror y el dolor que sufre cada personaje.

María Ordoñez: Sentí una conexión directa con la dignidad, con cómo dignifica el texto al ser humano, con todo su derecho y libertad de amar, vivir, follar, desear…

¿Cómo es Tomás como director?

María Ordoñez: Es un amor. Es muy respetuoso, muy humano, creativo, paciente. Los ensayos son muy en calma. Es muy placentero trabajar con él porque va muy a favor. Hay directores que no te dejan hueco para hablar porque tú eres una marioneta. Y luego hay directores que, a lo mejor te escuchan, pero no captan  lo que les estás diciendo. Pero con Tomás, desde el primer minuto sentí el mismo tipo de sensibilidad hacia lo artístico y la creación, entonces es muy fácil.

'Esto podría durar y durar y durar' se estrena en la Sala Mirador bajo la dirección de Tomás Cabané

David Soto Giganto, María Ordoñez y Raúl Pulido son el elenco de la pieza. Fotografía de Rebeca Balas

Más datos para conocer la realidad

El Observatorio Madrileño contra la Homofobia confirmaba, en un informe publicado el pasado mes de septiembre, que solo en la Comunidad de Madrid se registraron 126 agresiones homófobas durante el año 2022. Esto quiere decir que, de media, existe una agresión cada dos días y que la capital se lleva el 73% a nivel nacional. La mayoría de los hechos ocurrieron en la calle (35,3%), seguidos por la vivienda habitual (11,6%) y centros educativos (8,6%).

¿Vivimos tiempos oscuros?

María Ordoñez: Yo tiendo bastante a pensar que todo va fluyendo de alguna manera. El ejemplo que siempre me pongo a mí misma cuando entramos en algún dilema existencial como sociedad es: mi abuela pasó hambre, vivió la posguerra con dos años, mataron a su padre… Hay tantas cosas que han pasado antes y tantas otras a las que llegaremos, que creo que siempre vamos a estar en un término entre oscuro y luminoso. Depende cómo te levantes también. Un día lo ves todo negro y al otro no tanto.

Tomás Cabané: Siento los tiempos oscuros en cuanto al pensamiento, a la libertad, a los derechos… ahí están los tiempos oscuros. Lo hemos hablado mucho también en los ensayos, que es difícil encontrar espacios de creación, por ejemplo. Cada mañana que voy a ensayar me digo que voy a intentar disfrutar de este espacio que he creado y que puedo sostener para jugar, que me mantiene como en una burbuja, ya que es difícil encontrarlo en el día a día. También el mundo de las redes sociales es muy hostil, las relaciones son difíciles y los ensayos son como un espacio de seguridad y de tranquilidad. Nos hace felices y nos hace estar aquí durante un tiempo, a salvo, igual que la escritura, en mi caso.

María Ordoñez: Sí, ahora que dices todo esto, creo que el ejercicio está en uno mismo, en encontrar su espacio, en quitarse esa oscuridad e intentar compartirlo. Son tiempos donde es más difícil conectar con uno mismo y con el otro. Pero entiendo que todo forma parte de un proceso en el que iremos aprendiendo y valorando más lo humano y lo real.

¿Sentís más vértigo sabiendo que representaréis una obra que está tan presente y que puede generar polémica para muchas personas que están en contra de la homosexualidad?

Tomás Cabané: Yo me siento muy libre con este texto porque diferencia muy bien la parte real y la ficticia. En esa mezcla está la joya del texto. Obviamente sé que esas personas han sido reales y han formado parte de la historia. Siento responsabilidad, pero también liberación por poder ficcionar todo eso, por poder ponerle poesía y llenar de luz situaciones tan oscuras. Aun así, intentamos tejer un enlace con la realidad. Hemos contactado con varias asociaciones LGTB+ para seguir construyendo ese vínculo entre la realidad y el teatro, ya que creo tiene que existir. No vale hacer la obra y que la gente vaya a verla y ya. Lo llevamos haciendo en varios proyectos, para no solo quedarnos en una representación.

'Esto podría durar y durar y durar' se estrena en la Sala Mirador bajo la dirección de Tomás Cabané

‘Esto podría durar y durar y durar y durar’ se podrá ver del 26 de abril al 12 de mayo en la Sala Mirador. Fotografía de Rebeca Balas

Un compromiso queer

Malala Producciones escribe que “frente al inevitable y peligroso ascenso de los fascismos a nivel mundial, es urgente combatir estos crecientes discursos de odio con altavoces culturales que defiendan la resistencia, la diversidad, la escritura y la visibilidad marica”. Para ello, “hemos decidido asumir el compromiso artístico, social y político a través de un texto que sirve como reflejo de un camino que no queremos volver a recorrer”.

¿Ha sido fácil o difícil dar este paso en el momento actual en el que vivimos?

Tomás Cabané: Queríamos pensar los proyectos más en relación con la vida cotidiana. Es una decisión difícil, con la que nos será más duro llegar a ciertas programaciones, pero siento que es la que debemos tomar y la que da más sentido a lo que hacemos.

Alguien contará esta historia en un escenario. ¿Qué historias hace falta contar?

María Ordoñez: Historias de mujeres lesbianas. No hay. No encuentro referentes por ningún sitio y los que hay son mínimos, desde un lugar muy infantilizado, colocando a la mujer lesbiana en un segundo plano. La diversidad sexual de la mujer está escondida.

Tomás Cabané: Y este es solo un ejemplo. Lo que me preocupa hoy en día de las programaciones es que están ahí por cumplir con ciertos temas, por rellenar cupos, pero hay muchos más.

María Ordoñez: La movida es que dejen hueco para contarlas porque, al final, ¡es todo tan heteronormativo y tan básico!

Entre tanto odio, sufrimiento y fascismo, ¿queda hueco para la esperanza?

Tomás Cabané: Creemos mucho en dar esperanza, energía, en reivindicar, en volver a leer ese abecedario, como cuando en las manifestaciones del orgullo crítico o en las de violencia de género se leen los nombres de todas las mujeres asesinadas. Es necesario; si no hubiera esperanza, no podríamos salir a la calle a seguir disfrutando y viviendo.

María Ordoñez: Sí, claro. Seguimos existiendo y seguimos luchando porque hay esperanza.

¿Qué os gustaría que durase mucho en vuestras vidas?

María Ordoñez: La capacidad de autoilusionarme.

Tomás Cabané: Mi amor al teatro porque es difícil por los tiempos que corren. Mantener la ilusión, las fuerzas, las ganas… Espero que según pasen los años, siga descubriendo cosas y amando el teatro. Hay muchas preguntas, como por qué hago esto, para qué, si de verdad merece la pena… Por eso pienso que ojalá dure mi amor y pasión por esto.

¿Qué os gustaría que no durase mucho?

Tomás Cabané: Mi exigencia conmigo mismo, de estar todo el tiempo queriendo abarcar y cumplirlo todo.

María Ordoñez: Yo nada. Entiendo que todo tiene que estar por algo.

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Escrito por
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Me siento más a gusto en el teatro que en mi casa.

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