Una investigación liderada por la Universidad de Murcia (UMU) a través del proyecto TranSalud ha puesto de relieve las dificultades que enfrentan las personas trans en el acceso a la atención médica, revelando que muchas de ellas retrasan sus visitas sanitarias por miedo a sufrir discriminación o situaciones incómodas. El estudio, coordinado por la investigadora María del Mar Pastor Bravo, muestra cómo la ansiedad y la baja autoestima en este colectivo están directamente relacionadas con la falta de apoyo y el estigma social.
Situaciones cotidianas como ir al médico, al supermercado, jugar en la escuela o presentarse a un examen pueden ser una odisea para una persona trans. Hablamos con Pablo Alamá, que consciente de estas dificultades ha creado la obra Manual para follarse un macho con vagina, que estará del 13 hasta el 27 de junio en el Umbral de Primavera. Una obra para acercarnos a esa realidad y hablarnos en primera persona. Escuchémosle.
Ser una persona trans en una sociedad que aún arrastra prejuicios y desigualdades es, en sí misma, una experiencia trascendental o más bien, transcendental. Transcendental en el sentido más profundo del término: porque no solo implica una transformación personal de enorme calado, sino porque esa vivencia se comunica, impacta y cuestiona las estructuras sociales. Como una onda expansiva, ser trans extiende su fuerza más allá del ámbito individual, sacudiendo normas, desafiando estereotipos y abriendo caminos para otras personas. En una sociedad que a menudo margina lo que no entiende, la existencia visible y digna de las personas trans es esencial, con consecuencias que pueden cambiar no solo vidas individuales, sino todo un sistema.
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