Tuti Fernández: «La obra es una locura de principio a fin»

Irene Herrero

Tuti Fernández es un reconocido y polivalente guitarrista y productor musical con una amplia trayectoria artística en el mundo de la música. Formado en música jazz, es un guitarrista que se maneja con soltura en todos los estilos. También, ha participado en numerosas producciones teatrales como creador y director musical.

El músico albaceteño ha querido dar un paso más en su carrera artística y se estrena ahora como autor y director escénico. Liad@s es su ópera prima, una obra rebosante de frescura y dinamismo con mucha música que actualiza la comedia con la inclusión de elementos como el cómic, las sitcom americanas y grandes dosis del característico humor manchego.

Nos hemos reunido con el polifacético creador y hemos hablado de música, teatro y de las claves de su primer montaje. Liad@s, acaba de estrenarse en el Teatro Maravillas y se podrá disfrutar hasta el 21 de julio.

‘Liad@s’ es la ópera prima como director y autor teatral del polifacético Tuti Fernández.

Teatro Madrid: Usted es uno de los causantes de uno de los finales más inesperados y bonitos que nos dejó un poso con ese final del corto de la lotería. ¿En la obra tendremos algún final inesperado o que repercutirá en el espectador?

Tuti Fernández: Sí, la obra es una locura de principio a fin, igual que el cortometraje del que me hablabas. La foto del principio es de una cena entre cuatro amigos y la foto del final es totalmente imprevisible: lo que parece que va a desarrollarse tranquilamente, se sale de madre. Entra en escena un personaje virtual que es Joaquín Reyes, que interpreta a la tía Orosia, y eso va a cambiar la trama y todo lo que sucede para dejarnos un desenlace absolutamente inesperado y surrealista.

TM: Hablando de los personajes, cuando creó usted la obra ¿tenía en mente las distintas profesiones de los protagonistas?

TF: Sí, de hecho, cada perfil de los personajes es un prototipo de personaje que todos conocemos: está el friki informático, la abogada, el creativo de publicidad, la actriz en paro intentando encontrar trabajo. Precisamente la diferencia, valga la redundancia, de personalidades de estos personajes es lo que va a desencadenar todo el desenlace de la obra.

TM: Algo que me ha llamado la atención es el humor que tiene la obra. Las referencias a Mel Brooks, a Friends e incluso el humor manchego ¿Cómo ha sido introducir todos estos referentes en la obra? ¿Le ha sido fácil?

TF: Se han ido integrando de manera natural, ya que son las referencias que tengo yo de toda la vida. El humor de Mel Brooks o los Monthy Python es un tipo de humor que lo entiende todo el mundo, en cualquier parte del planeta, y luego adaptado el humor de Albacete, que tenemos un humor también muy marcado por lo que venía haciendo José Luis Cuerda en Muchachada Nui. Tenemos un humor que es llano y surrealista al mismo tiempo y que lleva triunfando muchos años en escena, no solo a nivel teatral, sino en películas, televisiones…, y todas esas referencias juntas hacen un caldo de cultivo que genera lo que vamos a ver en escena.

TM: Si Liad@s fuese una nota musical o una canción ¿cuál sería?

TF: Pues, de hecho, en la obra hay varios números musicales cada uno interpretado por uno de los actores y la canción del final que se llama Liad@s es un compendio de todo lo que sucede en la función. En síntesis, el título de la función nos cuenta todo lo que va a suceder. No es que solo se produzca un intercambio de parejas, sino que la situación se va liando de tal manera, van ocurriendo cosas tan diferentes y tan inesperadas, que es lo que hace que toda la función sea un lío absoluto (risas).

TM: ¿Qué diferencia hay entre la dirección artística y la musical?

TF: Pues no son cosas tan diferentes. Yo soy músico de profesión, entonces por eso la función tiene mucha música; llevo haciendo música para teatro muchos años, viendo cómo dirigían los directores y he visto que la dirección musical y la dirección de escena no son cosas tan diferentes. Hay que trabajar con dinámicas, con tempos, con presión en la interpretación, y quizás el desarrollo de una pieza musical no sea tan diferente como la dirección escénica. Entonces es algo que no me ha resultado complicado a la hora de dirigir.

TM: El teatro se ha sabido modernizar con las redes sociales y más con la pandemia de por medio, pero ¿si Liad@s fuese una aplicación nueva de móvil que usted crease, cómo sería?

TF: Sería como Tinder, pero de risas (risas). Si hubiera un Tinder de chistes, eso sería Liad@s.

TM: ¿Qué plato manchego sería Liad@s?

TF: Sería un plato muy, muy típico que serían los gazpachos manchegos. Es un plato que se toma principalmente en invierno, no es el gazpacho andaluz. Se mezclan verduras, se puede mezclar pollo, conejo…, pero el resultado final es sorprendente, porque al final lo que te estás comiendo ¡está buenísimo!  En realidad, son cosas cogidas de sitios distintos, pero cuando las unes el resultado es fantástico. Y sobre todo por el trabajo de los actores, que han hecho un trabajo excepcional. Además de Joaquín, que está en pantalla, tenemos a Javi Martin, Juan Cuevas, Cristina Soria que se estrena ahora con la función y Diana Lázaro. Son cuatro personajes muy, muy diferentes, pero cuando los unes crean una sinergia, que sobre todo se refleja en la complicidad de los cuatro.

TM: ¿Qué personaje fue el que en principio iba a ir por un lado, pero de repente te llevó por otro lado?

TF: Pues en realidad, desde el principio tenía muy claro cómo tenían que ir cada uno de ellos y creo que los actores han sabido perfectamente interpretar lo que tenía en la cabeza. En ese sentido, no ha cambiado mucho el resultado final del planteamiento inicial, y por tanto en lo que luego se ha reflejado en su interpretación. Por ahí no te puedo decir que haya habido muchos cambios.

Entrevista: María Cabal

Escrito por
Irene Herrero

Soy periodista, aunque me dedico también al marketing y la comunicación cultural. En los últimos me he atrevido a dar el paso hacia la dramaturgia y la dirección escénica y creo que ha sido amor a primera vista.

Creo en el poder transformador de las historias y nunca salgo de casa sin mi cuaderno.

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