Nunca nos desnudaron con tanta emoción.
Bajo un nombre imposible se parapeta esta compañía dispuesta a desconcertar desde el contraste de opuestos. Se rompe el silencio con estruendo. Se desata la incomunicación a base de diálogos vacíos en un entorno tan hostil como una pista de baile en la que ni los gritos ocultan la agresividad de una soledad insultante ni la convulsión del movimiento habla de libertad. Hay mucha pobreza esencial en estos personajes que inician un viaje sin saberlo; hay mucho desamor, mucho aislamiento, mucha ficción, mucha realidad inasumida. Y el viaje comienza… Nos embarcamos en una góndola espiritual y sensorial para recorrer senderos nunca hollados, para reconocernos y reconocer tanto dolor y generosidad, tanta pérdida y tanto hallazgo. Las miradas son muy importantes: […]