El jardín quemado es una obra de Juan Mayorga que reflexiona sobre lo imprevisible del tiempo y sobre la dificultad de juzgar los hechos pasados.
Sinopsis
La pieza se sitúa en los años 70, en plena transición a la democracia. Benet, un joven psiquiatra recién salido de la facultad, desembarca en una isla indeterminada para descubrir la verdad que se esconde en el sanatorio de San Miguel. Sospecha que el hospital funcionó como presidio durante la Guerra civil, y que el director actual, el doctor Garay, es responsable de la muerte de un célebre poeta republicano y sus once compañeros de viaje. Decidido a desenmascarar a un cómplice de la represión franquista, interroga a los internos. Lo que va descubriendo, sin embargo, no es lo que esperaba, y en el proceso se derrumban las conclusiones morales que traía preparadas de antemano.
«Me es difícil resumir una obra en una idea o una palabra para poder buscar una imagen que represente la función. Aunque suene a tópico, uno escribe precisamente porque intenta ofrecer algo complejo. Crea desde la complejidad. En todo caso lo más dominante en El jardín quemado son dos cosas. Lo primero es la idea de que el pasado está abierto. Alguna vez lo digo así, el pasado es imprevisible, el futuro lo es, pero también el pasado. Encierra secretos, sentidos, respuestas, preguntas que pueden florecer. El pasado está siempre abierto. Y en segundo lugar, la otra idea que domina el texto es que es difícil juzgar el pasado. Casi imposible.
Algo que quizás no sea tan difícil de trasladar a una imagen es que la imaginación puede ofrecer una fuga a una realidad áspera, negativa, cruel.
El personaje más interesante de la obra es Garay. Es ese tipo de personajes que están en la zona gris. Lo podemos ubicar entre los verdugos o, de algún modo, entre los salvadores».
Juan Mayorga