La escopeta nacional, el clásico cinematográfico de Luis García-Berlanga y Rafael Azcona, se reinventa en una adaptación teatral dirigida por Juan Echanove que mantiene intacta su esencia: una sátira mordaz sobre las apariencias, el poder y la corrupción en una España que, aunque cambiante, sigue reconociéndose en el espejo de su pasado.
Sinopsis
Un empresario catalán busca hacer negocios en Madrid y acude a una cacería con la élite del régimen franquista. Lo que parece una reunión estratégica pronto se convierte en un desfile de intereses cruzados, hipocresía y situaciones absurdas que harán reír y reflexionar al espectador.
La obra nos sumerge en un juego de equilibrios entre lo cómico y lo crítico, recordándonos la maestría de Berlanga y Azcona para retratar la sociedad con ironía y agudeza. Una oportunidad única de redescubrir un clásico de nuestro cine sobre las tablas del Español.
Palabras del director
Nobles tan vacíos en la ética como en la cuenta corriente. Promotores inmobiliarios a la caza del pelotazo del siglo. Ministros aferrados a la poltrona y a los placeres de la carne. Amantes secretarias enfundadas en verano en costosos abrigos de visón. Hijos bastardos que malviven de las migajas que se escapan del mantel. Meapilas salvapatrias S.A. Banqueros paganinis del festín. Estrellas del momento que evitan su ocaso a golpe de talonario mediante calenturas a izquierda y derecha. Damas alcohólicas de la Cruz Roja expertas en la caridad bien entendida… la que empieza por uno mismo. «Negocietes privados» a costa del erario público. Divisas a buen recaudo en bancos centroeuropeos. Crucifijos con telarañas que presiden las alcobas donde los látigos y las obsesiones se postran a sus pies. Armas cargadas dispuestas a finiquitar a todo lo que se menee por tierra, mar y aire. AVE que vuela …¡a la cazuela! Los que mandan y los mandados.
Berlanga y Azcona jugaron en 1978 con estas cartas una gloriosa partida en la que nos mostraban todos estos entresijos de una España que salía de una dictadura para afrontar los caminos luminosos de la Transición. La comedia les proporcionó el telar en el que tejer esta visión hiperrealista de una España deshilachada.
El retablillo del Poder.
Y es que no hay mejor manera de volverse a mirar en ese espejo de la historia que la risa. Una risa un tanto amarga que nos hace ver que después de 50 años pueden haber cambiado los hilos, pero el telar sigue siendo el mismo.
Juan Echanove