Carlos Tuñón dirige un nuevo espectáculo de [Los números imaginarios] a partir del auto sacramental de La vida es sueño de Calderón de la Barca.
Sinopsis
En 1676 para la puesta en escena de su auto sacramental La vida es sueño, Calderón dejó escrito «Aparecerá el Hombre dormido». Y así nos soñamos hoy: el «hombre» en el centro de la experiencia enfrentado a los elementos esenciales que nos componen, en conflicto con nuestro entendimiento y nuestro libre albedrío, en compañía de nuestro sueño, la sombra que nos acompaña y todo lo que nos decimos en la oscuridad.
En la oscuridad de ese encierro, uno es capaz de ver por momentos una pequeña claraboya por la que entra algo de luz. Una luz, entendida como la capacidad de la mente de resolver su propia situación.
Las alegorías de Calderón aparecen entonces como posibilidades poéticas de sacar fuera de sí mecanismos para luchar frente a frente: una reivindicación de la poesía como revolución del mundo interno (y externo) de la Humanidad.