Ofrenda para el monstruo de Tamara Cubas es un proyecto con jóvenes, de entre 18 y 24 años, que participan en un proceso conjunto donde practican la autonomía para liberar su cuerpo y su ser. Este trabajo manifiesta la juventud como un choque entre el pasado, el presente y el futuro, y es ese impacto el que se transforma en una fuerza monstruosa de su ser, potenciando la capacidad de afectación por el otro y por lo Otro. La obra se presenta como una partitura de acciones donde cada uno de los participantes debe diseñar, integrar y negociar con los demás en la acción; es una coreografía intensa y poderosa.
Sinopsis
En la antesala se exponen una serie de retratos fotográficos tomados durante la realización del taller con la premisa de alivianar el ser. La obra es un ritual entre ese viejo cuerpo y el nuevo cuerpo que aparece, este último se brinda en forma de ofrenda al público en el epílogo de la obra.
La artista uruguaya despliega su ya reconocido trabajo sobre el cuerpo y la búsqueda de la autonomía a través de la danza, un trabajo que realiza tanto con profesionales como con comunidades no artísticas. Su obra se nutre de su propia experiencia y de su vinculación con los procesos políticos de su país, de modo que historia, patria, poder, lo político, las relaciones entre personas y los otros son recurrentes en su producción, exhibida en soportes como la performance y las instalaciones. Sus piezas más recientes incluyen Trilogía Antropofágica, Multitud, Caníbal Serie y esta Ofrenda para el monstruo que presenta en el Festival de Otoño.
Como ha hecho previamente en la exhibición de esta obra en Bélgica, Países Bajos, Suiza, Grecia, Chile o Uruguay, Cubas realizará una convocatoria pública para reunir a los jóvenes que participarán en ella. En un espacio escénico sin gradas, el público se situará de forma circular en torno a los intérpretes, enfrentándose a un grupo de jóvenes que se atreven a abrirse al mundo y su complejidad, a estallar en deseo, a provocar un movimiento, a proponer el ejercicio de entregarnos a la alteración que nos provocan. Para Tamara Cubas, de este choque se libera una fuerza “monstruosa”, y “el monstruo” lleva por forma una combinación imposible de configurar previamente. Es abrirse al abismo de esta nueva formulación que debe por necesidad emerger.
Este espectáculo pertenece a la programación de la 43º edición del Festival de Otoño.