Perra de Nadie

"Perra de nadie" es el tercer solo y último espectáculo de Marta Carrasco como bailarina, una mezcla de teatro danza y performance.

Aparte de la fuerza escénica y facilidad de transmitir que tiene esta artista, lo que más me ha gustado de este espectáculo, es que, visualmente es extraordinario. Imágenes impresionantes, imágenes visualmente increíbles, imágenes poéticas, imágenes patéticas, imágenes, imágenes, imágenes ... imágenes interpretadas por una mujer que lo es todo y de golpe no es nadie, una mujer que nos muestra todas las mujeres que lleva dentro. Con corazas ortopédicas, poniéndose ventas en los ojos, enfundándose en un vestido minúsculo, intentando escapar de una gran tela de color rojo o brillar con un vestido plateado, Marta Carrasco nos habla de sumisión, liberando una a una a aquella perra que todas llevamos dentro y que lucha por no ser esclava de nada ni de nadie.

Hay que destacar la puesta en escena y la música sobrecogedora que la acompaña en todo momento. Momentos de humor, de horror, de silencios y de angustias.

Marta Carrasco trabaja con la mirada, con las manos, con el cuerpo, con el espacio.

"Perra de Nadie" es en definitiva un espectáculo que sorprende, remueve y emociona.

Perra de nadie, así se llama el trabajo de Marta Carrasco que podrá verse el 4 y 5 de octubre en Madrid en la Sala Cuarta Pared. La descubrí hace tiempo en La Abadía y la reencontré en la feria de Huesca de hace un par de años. Me volvió a hipnotizar como la primera vez y a la vuelta lo comenté con amigos programadores: tenían que traerla a Madrid. Y aquí está por fin. Describir en qué consiste esta Perra de nadie es inútil, porque es irreductible a palabras. Hay que verla. Me alegro mucho de que se exhiba en Madrid y de recomendarla. No es una propuesta "bonita". Es " bella". Quiero decir con ello que es trascendente, que desata emociones que van más allá del mero placer visual. Marta Carrasco recurre a todos los recursos escénicos teatrales para lograr una expresividad que transita entre lo poético y lo desgarrado. La energía que desprende, la autenticidad que emana de sus movimientos y expresiones te absorbe y te hace olvidar que estas ante un espectáculo, en una sala de teatro y te transporta a algo más primigenio, a un ritual de pasión y muerte, de caída y renacimiento. Y todo esto, ella sola llenando el escenario.

Lili, uno de los personajes más tiernos de Marta Carrasco, aparece en escena justo al principio, con una sonrisa en los labios y el Both SidesNow, de Joni Mitchell, de música de fondo. Empieza a subir por platea, repartiendo caricias, abrazos y besos. A pesar de sus limitaciones físicas y sus deformidades es un personaje que contagia alegría, con una ternura que sale de muy adentro, ya no del personaje sino del artista. Y así, con este momento de pura magia y con el público en el bolsillo empieza Perra de nadie, un espectáculo que es compendio, resumen y legado, todo a la vez.

Cómo en otros espectáculos de la bailarina y coreógrafa, los números se suceden sin un vínculo argumental o temático, sino más bien por un vínculo estético o por sensaciones e impulsos. En este caso, también hay un muestrario de personajes femeninos que tienen en común su valor para luchar contra la opresión y las injusticias. Así, Carrasco se pone en la piel de mujeres a las que un corsé, un vestido estrecho, una venda en el rostro o una tela no son suficientes para tenerlas sometidas o calladas. Son personajes que se rebelan, que no se conforman, que no son ni quieren ser perras de nadie. En definitiva, un espectáculo que quizás no tendrá el nivel técnico de otros pero que emociona y convence… cómo siempre.