Sarah Vanhee vuelve, con Mémé, a un escenario convencional, el de un teatro a la italiana. No ha elegido, en esta ocasión, ni el aire libre, ni una cárcel, ni el salón de un piso o la sala donde se reúnen las empresas para debatir sus estrategias, otros tantos escenarios de sus intervenciones, conferencias, películas, performances, donde la artista, performer y autora belga vuelca una concepción artística híbrida e interdisciplinaria, comprometida socialmente.