¡Pon un genio así en tu musical y el boca a boca está más que asegurado! Ya me habían hablado del papelón de David Comrie en Aladdín y efectivamente no hay un genio tan genial. Es un personaje imprescindible, brillante, arrollador y como dice su protagonista, puros fuegos artificiales. Y si, además, a este genio genial lo acompañas de un elenco con grandísimas voces, un vestuario deslumbrante (literal, repleto de cristales de Swarovski ) y llamativas coreografías, te asegurarás quedarte mucho tiempo en la Gran Vía codeándote con El Rey León en la cúspide de los grandes musicales de la capital. No me extrañan los galardones cosechados en los últimos años ni que este espectáculo cumpla su tercera temporada de éxito en la Gran Vía. Si Madrid se está convirtiendo en la capital de los musicales es gracias a espectáculos como Aladdín con su magia, majestuosidad y apuesta «a lo grande».
Ya nada más entrar al Teatro Coliseum, como espectador, te sientes en Ágrabah. Cada rincón está tematizado para que te vayas sintiendo parte de la historia y merece la pena darse una vuelta por las cuatro plantas del teatro para curiosear entre el merchandising, mirarse en sus espejos árabes o fotografiarse en sus salones de té.
Aladdin es un musical muy rico en todos los sentidos. Una función a todo color que te hará rememorar ese mundo ideal de Jasmine y Aladdín con efectos especiales y números de magia e ilusión incluidos. Y no daré más detalles para no desvelar los momentos más especiales, pero la alfombra… ¡Ay, el momento alfombra! Deja al público sin palabras, pero con muchos aplausos.
Aladdín ha llegado a Madrid para quedarse. ¡Tienes que vivir su magia! Consejo de cara a Navidad: me parece un gran regalo para quienes estén buscando algo especial ;-).
