Después de Cluedo 1910, El Sótano del Psiquiátrico y Protocolo de eliminación, por fin he visto el cuarto espectáculo de La Caja Lista que tenía en mente. Ah, y he descubierto que hay un quinto espectáculo, Cluedo 1942, con lo que en breve me verán por allí de nuevo.
El argumento es de lo más apetecible. Al entrar en La Caja Lista nos convertimos en estudiantes del Colegio Blitheroe de Magia y Hechicería y sus familiares, justo en el momento en el que los alumnos de cuarto curso se gradúan. Durante la graduación se produce el robo de un elemento muy importante para el colegio sin el cual éste tendría que cerrar sus puertas. Durante varias escenas se nos darán pistas para averiguar quién es el ladrón y…quién de los alumnos es el cómplice. Entre escena y escena, los espectadores (esto es, los alumnos y sus familiares) formarán parte del argumento y tendrán la libertad de andar por las estancias del Colegio y hablar con el personal para averiguar lo sucedido. Nuestras preguntas e interactuación forman parte del desarrollo de la obra y dan pie a niños y no tan niños a que se conviertan en detectives.
Esta vez, al estar orientado a niños y jóvenes, llevé a mi sobrino de 16 años, que tiene problemas de relación social. Estaba preocupado por cómo se iba a desenvolver pero tras entrar en el papel y ver como los demás disfrutábamos acabó preguntando él mismo varias veces y contestando de la forma que la haría el personaje que le había tocado. Muchísimas gracias al elenco por el cariño con el que le trataron y por entender sus necesidades especiales.
No obstante, no es necesario que vayan niños porque el argumento de la obra, aunque está orientada a que los ellos puedan participar más, es atractivo a todos los públicos.