Todo lo que se puede escribir de «Contratiempoymarea» debería escribirse en mayúsculas. Menos la pretensión del espectáculo.
Sonia Madrid escribe un texto antológico, con más capas que una milhoja de Mallorca. Raquel Pérez le da personalidad y coherencia ética y David Gonzalez e Iván Villanueva retratan a dos seres abandonados y reencontrados. Dos polos, un par de payasos asolados o un par de refugiados desolados. O son las dos caras del amor. Lo que es obvio es que componen unas figuras icónicas y humanas. Son los Faemino y Cansado del submundo, de los bancos, de los cartones de Don Simón. La vida a ras de calle y los sentimientos a ras de patología. La niñez como escudo, el amor como parapeto, la muerte como destino y el escapar como forma de supervivencia.
Teatro del de corazón, del de verdad, del que cuesta sufrimiento poner en pie y del que te reconcilia con un arte que debe ser vivo, nacer y hacerte mejor. Teatro pequeño de pretensión, de aspiración y grande en resultado, en comportamiento ético con el mundo y en amor al espectador, a la palabra (Joyce, Kartun…), a la profesión…
Si tenéis alguna duda, caca, id a «Contratiempoymarea». Y si no tenéis dudas, pillad entradas YA, en cuanto se entere la gente de la puta maravilla que es, se va a petar.
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Nos vemos en los teatros.
