La palabra es lo más difícil de colocar sobre un escenario y que tenga vida. Por eso Alberto Castrillo-Ferrer ha confiado en uno de los actores con más maestría y sabiduría en el uso de la palabra. José Luis Gil.
El espectáculo es sobrio y comedido en su puesta en escena. Me explico: la escenografía de Alejandro Andújar funciona a la perfección. Crea un espacio casi como si te tratara de un teatro ambulante, con sus maderas, sus tarimas y sus candilejas. Además sirve perfectamente para que los cambios sean ágiles y sin complicaciones. La música de David Angulo arropa la acción y tanto luz como vestuario le van como anillo al dedo al espectáculo. No tiene grandes elementos que distraigan sino que al contrario, la focalizan en lo realmente importante. La palabra y el carisma de Cyrano.
Rodeado de un buen elenco, brilla con luz más que propia la sabiduría y el dominio y comprensión de la palabra. La palabra y su significado y peso como elemento distintivo.
José Luis Gil consigue no sólo que simpatices con su Cyrano sino que quieras ser su amigo, quieres oírle y oírle y oírle son parar y aprender de él. Y consigue que te apiades de su generosidad y de su picardía y de su sabiduría y de su sacrificio al renunciar por amor al amor.
Pincha AQUÍ y podrás leer un comentario mucho más extenso en mi blog DESDEELPATIO