El jefe ,al igual que Espinete no existe, es una obra que tenía muchas ganas de ver, pero siempre en el último momento me surgía algo que truncaba mis planes .Digamos que era un poco como el jefe de la obra de teatro. Producciones a las que quería ir, se escapaban de mis manos constantemente, pero estoy feliz de haberme sacado esa espinita y haber visto por fin El jefe. Israel Criado y Eduardo Aldán con la colaboración especial de Dolly son los encargados de que al salir de ver la obra, me haya planteado muchas cosas de mi vida. El argumento de la obra puede caer como una losa para muchos empresarios y jefes, pero si alguno o alguna va, estoy seguro de que cambiaría su perspectiva, no solo empresarial, sino también de la vida. Hablando de los empleados, creo que se sentirán identificados en algunos de los diálogos de la obra y aplaudirán tal sinceridad. Hablando de estos diálogos, tanto Eduardo como Israel son maravillosos, aprenderse a esa velocidad y con esa espontaneidad sus frases ha sido una de las cosas que me ha cautivado de El jefe. Por no hablar de esos momentos en los que Israel lloraba de la risa y nosotros junto a él y seguía estando con la cabeza en la obra y siguiendo el guión, aunque el público no le dejaba. La premisa de la obra en los tiempos que corren a nivel laboral es más que necesaria, y que una obra de teatro quiera dar golpes sobre la mesa con carcajadas, con ironía , siendo mordaces y riendo al mismo tiempo e incluso con los silencios del patio de butacas tiene mis respeto y mis aplausos. Últimamente voy a ver más comedias que dramas, pero no lo hago intencionadamente, simplemente reír me ayuda en los momentos malos y para dramas, ya están los que vivimos ahora a nivel laboral, sanitario… Como que quiero dejar los problemas en la puerta del teatro y sorprenderme. Así que El jefe cumple todos los requisitos para que vuelva a quedarse una temporada más en cartel y más tiempo, ya que es sensacional.
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