Hacia Regolit, obra protagonizada por 5 jóvenes actores, Candela, Corina, Elena, Belén y Eneko, cuyos nombres reales se mantienen en la obra y que tratan y exponen con mucha sutileza, el gran problema actual que tenemos los jóvenes y no tan jóvenes en nuestra sociedad.
Se nos exige estar muy preparados, ser bilingües en inglés, alemán, japonés, chino…aptitudes infinitas, másteres que no todo el mundo puede pagar, para obtener como recompensa entrar en la rueda de precariedad que no nos permite ni siquiera el derecho a una vivienda digna.
Los actores intentan entender que nos quiere decir el Artículo 47 de la Constitución Española, que textualmente comienza así: «Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada…»
Nos hacen pensar en los ideales que todos tenemos de una casa cuando nos mudamos de ciudad para trabajar, cuando buscamos un segundo hogar que llamar «casa» y la cruda realidad que nos encontramos; zulos a precios desorbitados, espacios pequeños que debemos compartir para poder acceder a ellos…y desgraciadamente como normalizamos todo ello, sintiéndonos afortunados ante un piso/estudio de precio desproporcionado, de pocos metros cuadrados, a compartir, sin ventanas…todo un chollazo en los días que corren.
En esta obra se ponen de manifiesto grandes problemas de nuestros días, como son la gentrificación, especulación inmobiliaria, viviendas para uso turístico, el estado de precariedad en muchos sentidos…y como gracias a pequeñas acciones grupales, como en la obra se interpreta una okupación de un piso piloto de un gran almacén sueco o individuales, como en el caso de Candela que «despierta» y reacciona ante su propia precariedad, producen ambas un pequeño aleteo, que puede contagiarse y crear un efecto mariposa.