La mujer de negro dirigida por Víctor Conde se puede ver en el Teatro Muñoz Seca de Madrid. Es una una obra que te hace meterte dentro de la historia conforme pasan los minutos. Resulta asombroso cómo en algunas partes los dos actores se enfrentan a monólogos que son decisivos para entender la historia, y lo hacen teniendo al espectador con el corazón en un puño y transmitiendo todas esas emociones que sienten constantemente.
El vestuario es elegante y aporta a la obra un plus, y a su vez es gratificante y maravilloso ver cómo la escenografía está muy cuidada y es estéticamente adecuada a la trama. Lo mismo sucede con los recursos de luces y efectos visuales que junto a lo anteriormente mencionado hacen que La mujer de negro funcione y convenza al espectador.
Jesús Cabrero y Javier Orán se comen el escenario con sus roles más que creíbles, además, como mencionaba arriba, algunos monólogos para solamente dos actores son duros de interpretar, porque tocan muchas emociones en poco tiempo.
Desconozco cómo es la obra en Broadway, pero viendo cada detalle de La mujer de negro en el Teatro Muñoz Seca, creo que no tiene nada que envidiar a su igual al otro lado del charco. Como espectadora quiero que las obras me transmitan cosas, quiero que me hagan reír, me hagan llorar y porque no, me hagan comerme las uñas y saltar en mi butaca como en esta ocasión.
Estaba un poco baja de moral, porque me he vuelto quisquillosa con lo que veo en el teatro, pero en esta ocasión he salido muy contenta por haber dado la oportunidad a La mujer de negro.
