Inspirada en Fuenteovejuna y ambientada en el Madrid de 1623, la obra reconstruye una historia coral donde monjas, lavanderas, prostitutas, amas de casa y actrices sobreviven, sueñan y resisten en los márgenes de una sociedad patriarcal, en un espacio tan simbólico como poderoso: un teatro de mujeres. Cuando aparece el Comendador don Fernando de Ocaña, la tensión se dispara y las relaciones entre ellas se ponen a prueba. Pero el centro de esta historia no es él, sino ellas: su comunidad, sus deseos, sus miedos, su fuerza. La misma fuerza que es capaz de que todo el grupo se sacrifique y se mantenga unido por la locura (en la época) y el gran sueño que tiene Beatriz.
El trabajo del elenco es espectacular. Las nueve actrices —Ximena Rosales, Coco Martí, Micaela Torregrosa, Valeria De Pomar, Patricia Serrano, Patricia Rosell, Cynthia Maldonado, Paula Polo y Nath Russo— crean una auténtica sinfonía de matices, entregando actuaciones llenas de verdad, con momentos de gran intensidad emocional y otros cargados de humor. Cada una construye un personaje único, pero es en el conjunto donde reside la verdadera fuerza: en la coralidad, en el sostenerse unas a otras, en la capacidad de contar una historia desde lo colectivo sin perder profundidad individual.
El texto sabe equilibrar la tragedia con el humor, la épica con lo cotidiano, lo histórico con lo contemporáneo (menuda gran sorpresa musical final que pone la gran guinda al pastel). ¿Quién mató al Comendador? demuestra que los clásicos pueden ser reimaginados. Una pena que las haya descubierto en su última fecha. Espero y deseo que vuelvan la temporada que viene para que más gente pueda disfrutar de esta gran obra.