Conocemos a nuestros abuelos y a nuestros bisabuelos, o por lo menos a los abuelos de los demás. La tercera edad, esa a la que a veces le deberíamos un poco más de respeto, nos rodea y parece que sepamos su modus operandi o que conozcamos su estilo de vida. Pero en unos años, ¿cómo será la tercera edad? En unos años, ¿cómo seremos nosotros de mayores? Con la excusa de querer adentrarse en un muy posible futuro, el tricicle nos trae al escenario a un grupo de actores y actrices, músicos y cantantes y pianista, la mayoría de los cuales han envejecido un poco. En este escenario/asilo nos presentan sus vidas ya pasadas, una larga retahíla de anécdotas y vivencias y muchas canciones de «su época». Quién diría que con 100 años se canta tan bien.
En Forever Young, además de las canciones, disfrutaremos del humor y la comedia del tricicle. Pero lo bueno es que el querer recordar otros tiempos también nos llevará a disfrutar de varias historias que despertarán nuestra ternura. Y hay historias para dar y regalar. Con un elenco excepcional y archiconocido, que quizá interpretan a futuras versiones suyas, disfrutaremos de esta oda a la vejez con una banda sonora que ya es clásica.
Con un muy buen dominio de la comedia, una gran cantidad de gags y autorreferencias, Forever Young promete hacernos reír hasta que se nos caiga la dentadura.