‘1879. Casa de Muñecas’, la historia que escondió Ibsen entre las paredes de su gran clásico

José Antonio Alba

A mí siempre me han dado un poco de miedo las casitas de muñecas, tan bonitas, tan congeladas, tan llenas de rincones por explorar, con tanto silencio. Una vez, en unas vacaciones a Asturias, en la habitación donde dormíamos mi hermana y yo, había una. Por la noche pasaba horas intranquila imaginando a esos muñecos pequeñitos intentando moverse dentro de las paredes color pastel, sin conseguirlo porque necesitaban que estuviéramos despiertas para dejarles jugar. Este recuerdo se vuelve a despertar con 1879. Casa de Muñecas, la innovadora propuesta de los actores gallegos Iria Ares y Xoán Carlos Mejuto, de la compañía Estudo Momento, que revisan el clásico de Ibsen Casa de Muñecas, estrechando la mirada en torno a Nora y Torvaldo, que acaparan todo el peso y el espacio del texto.

Iria y Mejuto coinciden en que este proyecto les eligió a ellos. Preparando una propuesta en la que texto clásico y texto contemporáneo se enfrentaban, descubrieron que dentro de Casa de Muñecas había otra obra escondida. Vieron que Ibsen, de algún modo, tenía preparada una disección del matrimonio, de las relaciones de autoridad y de la libertad, para quien quisiera verla. Y ellos, la vieron.

“El crecimiento personal que te aporta conocer por dentro a estos personajes es muy grande”, afirma Mejuto.

Los actores subrayan que la revisión de sus personajes es la parte más enriquecedora de este original proyecto, que obliga a los espectadores que conocen o desconocen a Ibsen, a poner la atención en una parte muy concreta de esta Casa de Muñecas.

Iria, que interpreta a Nora, un personaje calificado por los expertos como uno de los primeros gritos feministas del teatro, afirma que “al trabajar sobre este texto, se cayeron las ideas preconcebidas. Nora no es una heroína feminista, es un ser humano generoso que ha trascendido a su afán de revancha. No es prisionera ni del sistema, ni de Torvaldo, simplemente adquiere lucidez, consciencia de qué quiere. Nora no está obligada a vengarse de nada, en esta propuesta no hay vencedores y vencidos. No hay bandos, no existe dualidad.”

En cuanto al personaje de Torvaldo, interpretado por Mejuto, el actor se recrea en los rincones que ha descubierto dando vida a este clásico. “Empecé queriendo defender al buen marido, pero al radicalizar los conflictos del matrimonio con Nora, se ven más zonas oscuras que en el texto original, más aristas. Mi trabajo con este personaje es mantener su integridad al mismo tiempo que se muestran deslices de agresividad.”

1879. Casa de Muñecas ha subido a distintos escenarios de Galicia y se ha revelado como un proyecto de profunda actualidad, donde los maridos y mujeres que ocupan sus butacas delante de estos Nora y Torvaldo, acaban opinando en directo sobre los personajes dibujados por Estudo Momento.

Iria y Mejuto ponen el foco sobre un matrimonio al que nunca se ha mirado con este catalejo que ilumina más que el portazo vital de ella y la actitud paternalista de él. Es un proyecto que mira con una lupa interrogativa las relaciones de autoridad entre personas: familia, pareja, amigos. ¿Quién decide en tu vida cómo manejas los hilos de tu trama? Esa es la verdadera pregunta, y en 1879. Casa de Muñecas ponen sobre el mantel de la casita de Ibsen los ingredientes para resolver y plantear dudas.

Los jueves y viernes de noviembre llega al OFF de La Latina desde Galicia una versión que rompe los esquemas del famoso clásico de Ibsen, con función en gallego el 28 de noviembre para quienes quieran disfrutar del texto en su lengua original.

Iduna RuSol / @IdunaRuSol

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