«Caperucita es una niña muy punki que no acepta lo establecido, se lo pregunta todo y le gusta ir a la contra»

Irene Herrero

Imagen 9 de Caperucita Roja. El musical, en el Teatro Nuevo Alcalá

La versión musical de la mítica Caperucita Roja vuelve al Teatro Nuevo Alcalá de la mano de La Coja Producciones para hacer reír a lo más pequeños de la casa. Aunque se trata de un clásico de los cuentos infantiles contado una y mil veces, esta compañía toma el relevo de Perrault y los Hermanos Grimm y le da una vuelta de tuerca más. Caperucita Roja, el musical es una propuesta canalla, divertida, disparatada y transgresora ¿Cómo es posible que se así una obra para niños? Nos lo cuenta el elenco de la función.

No hace falta profundizar mucho en la fábula ya que es un cuento clásico entre los clásicos, ¿es posible innovar en una historia que hemos escuchado y leído tantas veces?

Alice Pertuz. Claro que es posible, es posible enseñarles a los niños que Caperucita no acepta una norma desde el miedo si no desde el conocimiento. Acepta que no debe apartarse del camino y hablar con desconocidos, no solo porque su madre lo diga, sino porque es curiosa se mete en líos y es capaz de darse cuenta de su error.

Imanol Fuentes. Universalmente los cuentos se han contado desde un punto de vista concreto, el del narrador o el protagonista en algunos casos, pero la historia puede variar mucho cuando se cuenta desde el punto de vista de otros personajes, y no todo se percibe igual.

Óscar Bustos. Si, yo creo que siempre es posible innovar y Caperucita es el ejemplo perfecto puesto que nada más empezar la obra ya podemos observar un cambio en las personalidades de los personajes y en cómo se les presenta. Sin hablar del final, que tendréis que venir a verlo si queréis averiguar cómo termina.

¿Cuál es el principal reto de hacer teatro infantil? ¿Es más difícil el público adulto o el público infantil?

O. B. Lo más difícil de hacer teatro infantil es que los niños entren en la historia y no se desconecten durante toda la función y que realmente entiendan y disfruten de todo lo que está pasando. No creo que haya un público más difícil que otro simplemente que los niños tienen menos filtro y a veces se sienten con la libertad de interactuar mucho más, pero no creo que haya un público más fácil que otro.

A. P. Los niños no te mienten y si se aburren lo dicen en alto, si no les gusta oyes en medio de la función «mamá me quiero ir». A la vez es un publico muy agradecido si consigues conectar con ellos y ellas y se entregan a la obra por completo.

I. F. G. Los niños son un público fantástico. Pueden parecer un reto como espectadores, pero son muy honestos y al no tener tantas inhibiciones como los adultos solo conectan con algo que les interesa y entretiene de verdad.

Imagen 8 de Caperucita Roja. El musical, en el Teatro Nuevo Alcalá

¿Por qué es importante hacer teatro infantil?

A. P. Es importante que los niños y las niñas crezcan viendo arte, aprendiendo un poco mas de la vida a través de historias, la música, la danza… Es otra manera de enseñanza y de despertarles los sentidos y el lado creativo. Yo quise ser actriz porque de pequeña vi a una actriz más mayor que yo hacer algo que me impactó y me fascinó. Ahora espero ser eso para alguna niña.

I. F. G. Yo creo que es importante tener un mensaje claro y ayudar a que los niños de formen sus propias conclusiones. Me parece una labor importante ayudar a que los niños aprendan a pensar y formular sus opiniones por sí mismos. 

O. B. Porque es una forma de hacer entender a los niños mensajes importantes para el día a día.

¿Se puede hacer una obra canalla y transgresora para los más pequeños de la casa? ¿Cómo lo hacéis?

A.P. ¡Claro! Canalla no quiere decir faltona o adulta. Caperucita es una niña muy «punki» que no acepta lo establecido, se lo pregunta todo y le gusta ir a la contra. Tiene un alma rebelde.

I. F. G. ¡Se puede, y lo hacemos! Los niños de hoy en día están expuesto a un contenido cada vez más diverso. El humor, la ironía están mucho más presentes en nuestro día a día y los niños disfrutan con ello. Creo que lo fundamental es hacerles parte de la broma, y no tratarles como “niños”, sino como espectadores que disfrutan y comprenden lo que están viendo.

O. B. Transmitiendo el mensaje que tiene la obra desde unos personajes divertidos y que enganchen al público infantil desde el principio.

¿Cómo es tu personaje? ¿Qué elementos son del cuento original y cuáles habéis sumado vosotros?

A. P. Mi Caperucita no es una niña buena que hace caso a su mamá sin pensar, es una niña que quiere y respeta a su madre pero a la que se le inundan la cabeza de preguntas, es curiosa y rebelde, a veces incluso puede llegar a ser molesta para los adultos porque les pone en duda todo y no le gustan las cosas banales, le gusta la aventura.

I. F. G. Mi personaje se llama “Todos los demás” y es que, tal y como el nombre indica, interpreto a todos los personajes menos a Caperucita Roja y al Lobo Feroz. Hago un total de 6 personajes a lo largo de la obra. ¡Es tremendamente divertido y todo un reto! Hay muchos elementos del cuento original, pero hay mucho que se ha sumado en el guion para crear esta historia. Todo el mundo que viene a verla, sale diciendo: “¡no es lo que esperaba!”, y es que creo que, respetando todos los elementos y personajes del cuento clásico, tiene una perspectiva verdaderamente distinta, y que no se ha visto previamente en representaciones de este cuento.

O.B. Mi personaje principal es el Lobo Feroz. A grandes rasgos la única diferencia que podríamos encontrar sería que en nuestra historia se trata de un hombre lobo por lo tanto en el encuentro con Caperucita no es un lobo en su forma animal sino que es una persona, pero por lo demás todo es bastante fiel a la historia original, exceptuando al final de la obra que es totalmente original.

Irene Herrero Miguel / @ireneherreromi

Escrito por
Irene Herrero

Soy periodista, aunque me dedico también al marketing y la comunicación cultural. En los últimos me he atrevido a dar el paso hacia la dramaturgia y la dirección escénica y creo que ha sido amor a primera vista.

Creo en el poder transformador de las historias y nunca salgo de casa sin mi cuaderno.

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