Voy a hablar de una rueda de prensa teatral. Una rueda de prensa teatral es un acto en el que se presenta algo: un festival, una programación de un teatro, un espectáculo. A una rueda de prensa asisten, generalmente, periodistas, que tienen la oportunidad de encontrarse con el equipo artístico, que acude allí para hablar de lo que han creado. Una rueda de prensa es un encuentro en el que los artistas transmiten emoción y amor por lo que han hecho. Una rueda de prensa es un acto amable*, generoso e ilusionante.
Voy a hablar de la rueda de prensa de la presentación de un espectáculo: Nuestros actos ocultos. Lautaro Perotti escribe y dirige esta pieza que interpretan Macarena García, Carmen Machi y Santi Marín, que se estrena en el Teatro Español, en las Naves del Matadero, y que está del 16 de enero al 3 febrero.
‘Nuestros actos ocultos’, de Lautaro Perotti.
Nuestros actos ocultos tiene un título sugerente. Intrigante. Apetecible. Un título casi paradójico: cómo es posible que un acto, es decir, algo que se hace, pueda llegar a ser oculto, es decir, ‘escondido, ignorado, que no se da a conocer ni se deja ver ni sentir’. Y, sin embargo, sabemos que sí es posible, porque ocultamos lo que hacemos de la misma manera que ocultamos lo que somos. Lo hacemos por muchos motivos, y uno de ellos es, precisamente, el punto de partida que lanzó a Lautaro Perotti a escribir esta obra: «Me interesaba hablar y curiosear y profundizar sobre historias de intentos. Intentos que resultan fallidos, que no funcionan, pero que tienen el valor del intento». Cuando intentamos algo podemos llegar a cumplir nuestro objetivo o podemos ocultarlo si el resultado no es el deseado.
En la rueda de prensa de este espectáculo, los tres actores afirman estar felices con el montaje. «No me puedo sentir más afortunada y feliz de formar parte de este proyecto, de venir en metro, de encontrarnos cada mañana, de tomar un café y de entrar a ensayar juntos», afirma Macarena García. «Esta función es un regalo», dice Santi Marín. Y Carmen Machi apunta: «Es lujo puro estar con Macarena y Santi, que son familia y amigos. Pero tenemos un grandísimo problema: nos da muchísimo la risa en los ensayos».
La risa. En una obra que se vende como thriller. En una obra cuya sinopsis tiene palabras como «trágico acontecimiento», «enfermedad» o «huida desesperada». Una obra dramática, que indaga en la búsqueda del amor, en la incapacidad de pedir ayuda, o de encontrarla, incluso entre familiares. Pero los actores, en la rueda de prensa, se miran cómplices y afirman que sí, que les da la risa. «Nos miramos tanto, que a veces traspasamos al personaje y nos vemos a nosotros mismos. Porque Lautaro no escribe a personajes, sino a seres humanos. Y eso provoca reacciones de seres humanos, como la risa», explica Machi.
Escucharles hablar del dramaturgo y director es un placer. Hablan de él con amor, con respeto y con admiración. «Trabajar con Lautaro siempre es maravilloso, es como un desafío. Siempre me entrego completamente porque creo muchísimo en su criterio», afirma Santi Marín. Perotti tampoco se queda atrás y dice de este proceso creativo que «Para mí, lo primero es construir y armar un equipo de trabajo que me motive, que nos guste trabajar juntos, que coincidamos en una forma de trabajar». Y, en este sentido, recuerda las veces que ha trabajado con Carmen Machi y con Santi Marín, y evidencia las ganas que tenía de poder montar algo con Macarena García. Además, nombra al resto del equipo (en nuestra ficha puedes encontrar a todas las personas que han hecho posible el espectáculo).
En una rueda de prensa, el autor suele explicar por qué nace una obra de teatro. Y Perotti cuenta que, además de querer trabajar con este equipo, la obra nace de la pregunta de qué podría haber pasado con Yerma, el personaje de Lorca, después de que Yerma, la obra, termine. Qué pasaría con ella después de matar a Juan, su marido (ups, espero no haber hecho spoiler). «No digo con esto que esto sea Yerma II, ni me atrevería, imagínense. Pero sí hay algo de eso, de qué puede pasar con una persona, con un ser humano, después de haber hecho algo como eso. Esa idea me inquietaba, y fue el motor de esta obra», explica el dramaturgo.
A veces, en una rueda de prensa puede verse un adelanto pequeñito de la obra. En este caso, los asistentes pudimos ver el teaser:
«Creo que Nuestros actos ocultos es eso, una historia desesperada de tres personas por ser felices y que no saben cómo hacerlo, no pudieron hacerlo. Pero nadie les puede reprochar que no lo intentaran», concluye Perotti. No quiere contar demasiado sobre el espectáculo, pero sí quiere resaltar que, aunque la obra estuviera escrita y los ensayos comenzaran con el texto sabido por parte de los actores, en este proceso de creación han podido realmente, eso: crear. «Yo escribí esto, pero esto no es el fin: esto es el principio. Agradezco que el Teatro Español nos dio un lugar realmente para tener tiempo para construir, para tener un proceso creativo, en el que sentarnos y ponemos a pensar y reescribir o repensar cosas».
Carmen Machi añade que esta capacidad de modificar cosas es una virtud del dramaturgo argentino: «A algunos autores les cuesta deshacerse de frases, de palabras, de momentos de creación suyas. Lautaro no: él deja que vayas eliminando o sumando, y eso hace que todo esté muy vivo y que, como actriz, estés alerta y a la escucha para ir descubriendo la historia». La historia y al personaje, como apunta Santi Marín: «Con él, el personaje se va construyendo por capas. Creo que él tiene todo clarísimo desde el principio, pero deja que tú lo vayas descubriendo, y él lo redescubre contigo». Carmen Machi explica: «Los actores tendemos a salvar a nuestros personajes o a odiarlos, para tener herramientas desde las que agarrarnos. Estos tres personajes están tan llenos de colores que nos vamos asombrando con ellos poco a poco».
Los tres actores coinciden en contar que han ido descubriendo poco a poco a sus personajes y la historia que están armando. Lo descubren poco a poco porque los propios personajes son ambiguos: viven frustrados, carecen de amor, no saben expresarlo, no pueden pedir ayuda, no tienen herramientas, construyen vínculos rotos y buscan, incansablemente, ser aceptados. Personajes jugosos, en definitiva.
Y personajes que se encuentran en un coche destartalado en una carretera poco segura. «Me gusta trabajar con contradicciones», admite Perotti, «con ubicar a personajes en lugares equivocados. Todo lo que acontece sería distinto en una charla de café o en el salón de la casa. Ubicarlo en una carretera con un coche que no funciona del todo bien me divertía. Me gustan las cosas que no encajan o no son previsibles».
‘Nuestros actos ocultos’, de Lautaro Perotti.
Tampoco es previsible la historia, porque no es lineal. Está fragmentada y llena de flashbacks en los que los personajes reviven momentos de su vida. Carmen Machi afirma que «el espectador que venga no va a sentarse e instalarse. No. Como espectador tienes que currar, tienes que estar muy atento. Y eso es buenísimo». Macarena García añade: «Creo que es un thriller que te mantiene ahí queriendo descubrir, queriendo entender».
En una rueda de prensa no se suele destripar todo el contenido de una obra. Pero, en este caso, tampoco parece fácil hacerlo. Machi dice: «Estoy segura de que no vamos a poder comprender completamente el significado de esta obra ni en el estreno ni aunque llevemos cien funciones. Ni si la hiciéramos dentro de ocho años. Cada frase que decimos es por algo, y en algunas yo, todavía, me pregunto cómo no me di cuenta del sentido que tenía. Es una maravilla trabajar con un material así».
Nuestros actos ocultos es una obra que presenta a tres personajes que forman una familia peculiar. Santi Marín dice: «La función habla mucho también de los roles familiares, de lo que debe ser y lo que no es». De lo que debe ser y no es. De lo desubicado, de lo que se rompe, de lo que se despedaza. De cómo esa estructura que es la familia, que debería ser tierra firme, a veces se convierte en arenas movedizas, en un lugar de desencuentro. En un lugar en el que ocultamos lo que somos porque ocultamos lo que hacemos. Y, sin embargo, es el único ambiente en el que pueden salir a la luz nuestros actos ocultos.
Una rueda de prensa termina con un «gracias» y, a veces, con aplausos. En este caso los hubo. Aplausos llenos de dudas y de expectativas. Aplausos de emoción y de intriga. De nervios. De ilusión. Aplausos teatrales. Porque del teatro decía Perotti: «Todos sabemos que es mentira. Todos sabemos que somos gente grande haciendo cosas que son mentira. Pero tenemos la convicción y el deseo de transformar esa mentira en una historia viva».
De una rueda de prensa se puede salir con muchas sensaciones. De esta salí con la emoción de saber que ahí delante tuvimos a cuatro profesionales que creen en lo que hacen, que aman lo que presentan y que confían en el equipo, en los personajes y en la historia. Tienen ganas de compartir lo que han hecho y lo evidencian. Qué mejor sensación pueden transmitir unos creadores.
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*A veces, en una rueda de prensa, pasan cosas un tanto inadecuadas. Como, por ejemplo, que alguien pregunte solo a las dos actrices cuáles son sus proyectos futuros. Por muy mediáticas que sean Carmen Machi y Macarena García, en esta rueda de prensa hay tres actores. Tres personas que han puesto sus almas en esta historia sobre la que gira la rueda de prensa. Interesarnos solo por algunos podría resultar incluso doloroso. Creo que sería bueno no hacer esto en las ruedas de prensa y no quebrar el ambiente de amabilidad, emoción e ilusión.
