Se le conocía como Sala Triángulo antes de que quien escribe fuera una asidua al teatro. Y hace 9 años, abrió de nuevo sus puertas –en forma de cooperativa y con un funcionamiento asambleario– con el nombre de Teatro del Barrio, de la mano de Alberto San Juan y otros socios. Temas políticos y sociales, en su mayoría, siguen impregnando este recoveco de Lavapiés que anima al público a la reflexión y acerca el arte con propuestas escénicas cargadas de crítica, humor, y, sobre todo, feminismo. Conciertos, talleres, reuniones de debate, convocatorias para la creación y ensayos completan su diversificada actividad.
Con motivo de su noveno aniversario, TeatroMadrid ha hablado con algunas y algunos protagonistas que llevan años sobre sus tablas ante la demanda del público y por sentir este espacio como una casa en la que refugiarse y seguir alzando la voz. Pamela Palenciano (No solo duelen los golpes), Eva Redondo (Homenaje a Billy el Niño), Leo Bassi (Yo, Mussolini) y Pepe Viyuela (Encerrona) rememoran su paso por el Teatro del Barrio desde la primera vez que lo pisaron hasta el futuro que continúan imaginando en él.
¿Recuerdas tu primera vez en el Teatro del Barrio?
Pamela Palenciano. Estuve en la sala Triángulo viendo Casa de fieras y en el Teatro del Barrio empecé haciendo No solo duelen los golpes por primera vez en junio de 2015. Desde entonces, llevo 7 años programada. Llegué a España en 2014 y enseguida empecé a trabajar aquí. Recuerdo estar colmada de ilusión por estar en un teatro en el que quería estar, ya que había escuchado oír hablar muchísimo de la sala, de lo política y rebelde que era. Fue un subidón y un empape de amor.
Eva Redondo. Recuerdo 40 años de paz, de Pablo Remón, como una de las primeras obras que fui a ver, aunque no estoy segura de que fuese mi estreno como espectadora. Me encantó, por cierto.
Leo Bassi. Recuerdo haber ido a la Sala Triángulo hace 30 años a ver grupos de vanguardia de Argentina y, después, la llegada del Teatro del Barrio con el equipo de Alberto San Juan y las reuniones de Podemos. Vi Autorretrato de un joven capitalista español, y a Willy Toledo y Pepe Viyuela en varias obras. También estuve yo actuando. Es un lugar muy importante para mí.
Pepe Viyuela. Lo recuerdo perfectamente porque empecé aquí cuando era la Sala Triángulo, con Encerrona, precisamente con la que he vuelto al Teatro del Barrio casi 30 años después. Hay una continuidad en el tiempo en mi relación con este teatro y ha habido, por lo menos, un par de primeras veces en él.
¿Cómo es tener, a nivel artístico y profesional, este espacio como casa-sede-teatro de confianza / referencia?
Pamela Palenciano. Yo llamo al Teatro del Barrio mi casa porque ha sido uno de los pilares más importantes en mi carrera como actriz y como activista feminista. De las dos veces que he recibido amenazas de muerte, me ha sorprendido que quien primero ha levantado el teléfono para ver cómo estaba ha sido el Teatro del Barrio. Me han llamado a mí y a mi equipo para preguntar “¿cómo estáis?, ¿qué necesitáis?, ¿qué hacemos en el teatro para apoyaros y acuerparos?”. Me siento muy acuerpada por el teatro. Es una palabra centroamericana que significa respaldar y defender. Luego vino No soy tu gitana. Y también sé que voy a hacer más proyectos con ellos por la confianza que hay y por la manera en común que tenemos de ver el mundo.
Eva Redondo. Hay una palabra imprescindible para mí en un proceso creativo: la confianza. Para poder investigar, arriesgarte, exponerte…, necesitas sentir que tu directora, productora, distribuidora, etc., confía en ti. Hago extensible este hecho hacia la sala. Trabajar en un lugar donde sabes que sus gestoras y las personas que conforman la comisión de programación te permiten crear en un entorno seguro y libre hace que el miedo al fracaso se minimice y los procesos se vuelvan amables y enriquecedores. Me siento afortunada por ello.
Leo Bassi. Cuando uno, en este gremio, dice “voy al Teatro del Barrio”, se crea inmediatamente una complicidad porque se sabe que es un lugar para los que aman el teatro, lleno de profesionales y de un público especial y entregado, militante. Es un plus estar aquí.
Pepe Viyuela. Es sentirse como en casa, aunque no sea Navidad. Cada vez que vuelvo, siento que he estado de viaje por lugares ajenos y que regreso a la casa madre, en la que empecé como payaso. Ha sido el lugar donde mi payaso nació y donde se ha ido desarrollando y sigo encontrando uno de los momentos más felices y satisfactorios cada vez que voy. Renuevo alegría y siento que el vínculo se fortalece, más con la gente que sigue yendo.
¿Qué supone, en general para el público, un teatro como este para el tejido teatral madrileño?
Pamela Palenciano. Para el público creo que también es casa y un espejo grande. Este, en particular, es uno que te salpica a la cara cosas que no esperabas o no podrías ver en otro espacio, pero que aquí sí tienen cabida. Además, nos juntamos muchas mujeres feministas en cartelera y llenamos y constituimos una propuesta de teatro diferente, no solo porque sea política, feminista o antirracista, sino por la apertura (como indica su último título Casa Alegría) que tiene.
Eva Redondo. Supone un espacio para el encuentro y la emancipación. Un lugar que pone el foco en la colectividad.
Leo Bassi. Es importante porque es un lugar menos conformista, donde es más fácil arriesgarse con propuestas políticas. No tiene una programación convencional ni burguesa. La sensación es que, a nivel filosófico y político, es inquieta, busca o intenta otros caminos y eso para un artista es fantástico.
Pepe Viyuela. Creo que es un lugar de referencia para la gente que ama el teatro y el compromiso, que siente que el teatro puede ser una herramienta, un testimonio, un incentivo para comprometerse con una sociedad mejor. Es la muestra viva y palpable de que la cultura puede estar al servicio de una mejor sociedad, no solo siendo adorno, sino punto de lanza, acicate, vanguardia. Dignifica mucho a la ciudad de Madrid tener este teatro y a España en general.
Define en una frase corta el Teatro del Barrio si tuvieras que recomendarlo a alguien.
Pamela Palenciano. Teatro del Barrio es casa, espejo y revolución.
Eva Redondo. Es un teatro comprometido. Te pueden gustar más o menos sus propuestas pero el 6 lo tienes asegurado. Vamos, que partes del Bien.
Leo Bassi. Teatro donde la gente que trabaja y el público saben y aman profundamente el teatro y se convierte en un espacio en el que sentirse más libre para explorar caminos menos convencionales. También es un teatro que crea complicidad, ya que su público no es neutro ni distante.
Pepe Viyuela. La encarnación o la fusión del compromiso y del arte.
¿Qué obra te gustaría hacer o qué personaje interpretar en 9 años en el Teatro del Barrio?
Pamela Palenciano. Tengo un proyecto de residencia para el próximo año con la obra Abarrancamiento. De aquí a 9 años, me gustaría hacer algo con Alberto San Juan y me encantaría interpretar a Ayuso o alguna diputada de Vox.
Eva Redondo. Siempre recordaré cuando hicimos allí Cuidado con el perro. Gran momento de comunión. Por otro lado, Homenaje a Billy el Niño me ha brindado momentos muy emocionantes y conmovedores. Jamás olvidaré este proceso ni al equipo humano que lo ha hecho posible (artístico y a quienes prestaron sus testimonios).
Leo Bassi. Ya he hecho de todo; desde espectáculos más de éxito, a otros con un público incluso comercial. También uno inventado sobre la pandemia, con chistes sobre el Covid o las mascarillas. Otro en el que el público era invitado a salir por la puerta de seguridad al terminar, caminar unos 120 metros y llegar al Paticano, la iglesia que tengo dedicada a los patos de goma. También montajes sobre la muerte, el riesgo. Es difícil que me haya quedado con ganas de hacer algo aquí. Es siempre un placer.
Pepe Viyuela. Aunque sea pecar un poco de vanidoso o egocéntrico, diría que el que me gustaría hacer es el que hago porque es el personaje con el que más a gusto me he sentido. Este payaso me acompaña y me lleva y ojalá pueda representarlo muchos años en los teatros. Es mi personaje casa.
El Teatro del Barrio ha cumplido nueve añazos y lo celebró bailando. ¿Qué música o canción le dedicarías tú a esta celebración?
Pamela Palenciano. Canción Tengo de Macaco. La celebración de mi relación bonita y profunda con toda la gente que hace que siga existiendo este teatro.
Eva Redondo. Self control, de Laura Branigan. Soy boomer.
Leo Bassi. Una canción de las películas de Fellini, por eso del barrio, de su inventiva y por la cercanía con la gente de la calle, con melodías reconocibles por las personas humildes.
Pepe Viyuela. Me viene a la memoria una canción que me gusta mucho; Across the universe, de The Beatles, para celebrar y como un canto de intenciones.