Entrevista a Jospe-Pere Peyró y Mar Aguiló
¿Qué vamos a encontrar este año en la gala de los Premios Max?
Josep-Pere Peyró: Este año la gala se celebra en el Teatre Principal de Maó, Menorca, en el archipiélago balear, en el Mediterráneo. La idea que nosotros propusimos al comité de SGAE fue el lema «Donde el mar te crea» porque entendemos que es un mar que viene de toda una historia, de toda una tradición cultural que enlaza con la tradición helénica clásica, incluso antes, por las islas han pasado fenicios, griegos, romanos… Era un lugar estratégico comercial. Buscábamos un símbolo que pudiera representar toda esta tradición cultural y todo este patrimonio del que venimos y se nos ocurrió que fuera el mar, ese mar que contemplamos y que nos contempla. El mar de donde sale todo y al final hacia donde va toda nuestra cultura. Por eso la gala se articula a partir de un mar que lleva unas corrientes, que lleva una ola y que presenta todo lo que vamos a ver en la gala. El mar es un personaje presente desde el que nace todo, de ahí salen los premios, de ahí proceden nuestras actividades artísticas.
Mar Aguiló: Para mí es algo bastante especial, es la primera vez que voy a dirigir algo con tantas disciplinas. Yo llevo enfocada en el mundo de la danza desde los tres años y cuando me lo propusieron fue como «wow, ¡qué reto!». Al decirme también que iba a ser una codirección con Pere pues dije «qué bien» porque es mucha responsabilidad y también un gran reto y una oportunidad. Hemos tenido muchas conversaciones. Yo vivo en Madrid, a muchos bailarines no nos queda más remedio que irnos, y de repente es muy bonito crear una gala en las Islas Baleares y poder reunir a artistas de aquí, que hay muchísimos, porque hay una gran tradición artística. Es una tierra donde han venido muchos creadores a inspirarse, un archipiélago muy rico con una energía muy especial, paisajes diversos, bienestar, buena calidad de vida, mucha cultura… Y esto es lo que queremos transmitir en la gala.
«Esas miradas sobre el presente viniendo de pasados diferentes enriquecen mucho»
¿Cómo está siendo la experiencia de compartir la dirección?
J.PP. Para mí muy rica. Estamos compartiendo dos mundo muy diferentes: el mundo de Mar Aguiló, que viene de la danza, de toda una formación de trabajo con el cuerpo, expresión corporal, toda una disciplina artística de la que ella bebe… y yo vengo de otra que es el teatro de texto, un mundo más intelectualizado, menos físico, más imaginario. Todo ocurre delante de un ordenador o delante de un papel en blanco y a partir de ahí nacen personajes. Siempre que se ha dado en mi vida artística ese encuentro ha sido muy rico. Encaramos un momento creativo desde dos aspectos que, cuando se ponen en contacto, crean momentos mágicos. También hay que negociar, qué enfatizamos, qué no… Ese diálogo entre creadores es muy rico. Además, aquí todavía es más rico porque Mar y yo pertenecemos a diferentes generaciones Yo llevo el camello mucho más cargado, con mis jorobas mucho más cargadas. Yo nací en un momento artístico determinado y ella empieza su vida profesional y creativa en otro momento. Entonces, esas miradas sobre el presente viniendo de pasados diferentes enriquecen mucho la colaboración.
«Aunque el teatro y la danza están cerca son maneras muy diferentes de contar»
M.A. Creo que es muy buena decisión que seamos codirectores. Al principio yo no entendía muy bien la mezcla porque venimos de universos muy diferentes, aunque el teatro y la danza están cerca son maneras muy diferentes de contar. Y no solo de disciplina, además Pere es de otra generación, ha trabajado mucho en las Islas Baleares y Cataluña, yo me fui a Suiza, a Madrid… Entonces bueno, al combinar estos dos mundos nos hemos dado cuenta de que lo que nos une es el Mediterráneo, son las islas, nuestra tierra. Ahí, cada uno, dentro de su manera de expresarse, de su personalidad y sus inquietudes, vamos a intentar que nuestras personalidades estén presentes. Esos dos contrastes van a estar.
Josep-Pere, en los últimos años te has dedicado a un teatro un poco más independiente, ¿cómo está siendo formar parte de un proyecto tan grande?
J.PP. Justo antes de la pandemia estrené Perifèria Otel·lo, un monólogo en el que ando solo y ahí es cuando recibo la llamada de SGAE para codirigir la gala y la verdad es que después de cinco o seis años trabajando en solitario me apetecía colaborar con un equipo y entrar en un proyecto de grandes dimensiones. La verdad es que lo esto disfrutando mucho. Es un regalo precisamente porque vengo de un período muy largo de un espacio creativo individual, muy interesante porque yo lo controlo todo, pero esa puerta que ofrece SGAE de entrar a un proyecto que lleva ya veinticinco años… Está todo muy organizado, el equipo de producción es fantástico y está siendo muy fácil, un gustazo para un director.
¿Cuánto hay del universo artístico de cada uno en esta gala?
J.PP. Bueno, cuando uno crea alguna cosa es obvio e inevitable que parte de ti esté presente en esa creación. En toda mi obra se entiende esa presencia del mar y esa presencia del paisaje. Muchas de mis obras de teatro ocurren en los amaneceres y atardeceres. Me encanta el momento de las puestas de Sol. Imitando un poco la pintura de Hopper, que buscaba los momentos del amanecer y el crepúsculo porque las sombras y los colores de lo que él pintaba se resaltaban mucho más. Yo creo que en esos momentos se diluyen los sentimientos, las emociones y las percepciones de los personajes, de su presente, de su pasado y de su futuro. La gala transcurre durante un día; amanece y se pone el Sol. Eso está muy presente en todo mi teatro, esa idea del paso del tiempo, del cambio, no solo del paisaje externo sino el cambio de tu paisaje interno, es algo muy Chejoviano. El tiempo todo lo transforma, nos diluye en ese devenir de la vida.
M.A. Él, al ser dramaturgo, ha creado el guión, el «qué es lo que va a pasar». Hemos hecho una cosa que creo que es muy acertada: cuando tuvimos que crear el equipo al principio — lo elegimos él desde Mallorca, yo en Madrid, por Zoom —hicimos un equilibrio en el que fuimos poniendo cada uno nuestra visión y hemos generado un equipo también muy contrastado que creo que, en el fondo, va a hacer que la gala llegue a más público y toquemos diferentes sensibilidades, humores, bellezas… Sí que hay una línea central, pero no hemos tenido miedo a que sea una gala de contrastes y de momentos diferentes. Pere trabaja desde el humor, desde lo cómico. Yo para nada, yo trabajo desde las emociones sobre todo y no tanto desde una danza simplemente estética o técnica sino que intento buscar más allá. Para mí la gala es, como creadora, una manera de aportar una danza un poquito más actual. La danza son cuerpos en movimiento y se tiende a utilizar como acompañamiento o para mover elementos en el espacio. Por supuesto que va a haber de esto, será una cosa fluida, pero yo tenía un objetivo muy claro: a mí me interesaba que la danza en esta gala tuviera también protagonismo.
¿De qué forma va a estar presente en la gala la identidad de balear y la forma de ser de las islas?
M.A. El mar va a estar muy presente. En la escenografía directamente. Va a ser algo que los bailarines van a mover. Es ahí donde entra mi trabajo, aunque tiene cierta dificultar porque queremos dar visibilidad a lo bailarines baleares pero hay poquitos que vivan allí. Yo llevo 16 o 17 años fuera de las islas y volver a trabajar con un equipo de ahí y ver todo el potencial que hay es un lujo y una gran oportunidad.
J.PP. Estará presente porque ese artilugio, ese símbolo dramático que es el Mar Mediterráneo nos presentará diferentes aspectos de su identidad. Tendremos un mar tradicional, un mar lúdico, un mar mucho más juguetón, mucho más sensual, un mar donde se funden pueblos, culturas, voces, pasados, presentes y futuros. También ese mar lírico porque Menorca tiene mucha tradición lírica. De allí nacerán personajes que vienen del pasado, de la tradición clásica. Ese mar nos permite presentar nuestra identidad al resto de comunidades y cómo somos, cómo es nuestra forma de ser en el mundo, una forma muy peculiar por nuestras condiciones geográficas.
Los premios son lo importante y la gala ofrece un marco para que los premios sean divertidos y sean artísticamente sensibles
¿Cómo afrontáis el reto de dirigir un espectáculo que ve tanta gente en directo y sobre el que todo el mundo opina?
J.PP. Ese es el gran reto, es lo que yo nunca he hecho a nivel profesional. Organizar una entrega de premios en la que esté presente toda una cultura a la que yo pertenezco y que la gente de mi comunidad se sienta representada y que además eso amalgame muy bien con una secuencia que hay que agilizar…. No olvidemos que lo importante aquí son los premiados. La gala es una fiesta en la que los premiados son celebrados como agentes creadores y dinamizadores de nuestro país. Los premios son lo importante y la gala ofrece un marco para que los premios sean divertidos y sean artísticamente sensibles.
M.A. Al principio estaba bastante nerviosa, yo misma actué en una gala de los Premios Max una vez (se ríe) y sé que cada uno lo haría de una forma diferente… En el mundo del arte cada uno tiene una visión. Nunca vas a agradar a todo el mundo, somos diferentes y lo bonito y lo rico es que hay mucha diversidad. Dentro de querer abarcar diferentes formas hemos querido que haya algo muy cómico, muy sensual, muy divertido, cálido…. Yo creo que es un acierto que haya dos miradas. No sé si gustará pero lo estamos haciendo con mucho amor. Intentaremos que sea ameno, sincero y honesto. Parece que por ser los Max hay que ponerlo todo y me ha parecido interesante no caer en eso de «mostrar» y mostrar las sencillez, que es algo que tiene también la cultura Balear.
¿Habrá en la gala alguna referencia a la actualidad con toda la complejidad de los tiempos que estamos viviendo?
M.A. Lo hemos planteado muchísimo, no sé si al final habrá algún tipo de discurso, todavía hay mucho que cerrar. En una de las piezas coreográficas que he creado hay bastante de sufrimiento y angustia aunque, por ahora, no es una referencia clara. En relación al guión y las actuaciones, or ahora no es la idea hacer una referencia directa a la actualidad aunque luego habrá interpretaciones, claro. Hay una idea de saber que superamos las cosas y no nos quedamos tristes y derrumbados, es una celebración de las creaciones. Será una gala con sensibilidad, humor y poesía, una celebración luminosa y melancólica.