Jean Valjean no era celíaco. O no que él supiese. Desde luego, tenía otros problemas que resolver antes de cuestionarse la calidad de sus digestiones. Han pasado ciento noventa y tres años desde que Víctor Hugo terminase su «adaptadísima» novela, y hoy conocemos con relativa facilidad nuestra sensibilidad al gluten, pero no somos capaces de asumir la clase social a la que pertenecemos. Si somos los miserables de nuestro tiempo. Si nos corresponde entonar La canción del pueblo.
Los miserables no es un musical: es un caballo de Troya. Nos deslumbrará con su imponente despliegue de virtuosismo vocal, interpretativo y escénico, pero oculto, como soldados griegos hacinados, se esconde un interrogatorio a nuestra humanidad: quiénes somos frente a la miseria. Una palabra que, como descubrirás en la entrevista a los intérpretes, la RAE define de cinco maneras distintas:
Vídeo: Adrián Cumbres
La identidad. El amor. La reinserción. La moral. La compasión. La solidaridad. La venganza. El perdón. La injusticia. La opresión. La libertad. El sacrificio. La fe. La amistad. Todo esto en ciento setenta minutos. No conozco otro espectáculo capaz de dar más.
Compra ahora tus entradas:
