El juicio por la reparación de la memoria llega al Teatro Español con ‘El pan y la sal’

José Antonio Alba

El Teatro Español gusta de comenzar sus temporadas con espectáculos que apelan a la conciencia colectiva, primero fue la Fuenteovejuna de las gitanas del Vacie y después HOME, el espectáculo benéfico en favor de las refugiadas sirias. Este año no podía ser menos y Carme Portaceli abre las puertas de la sala principal a un espectáculo nacido en el seno del Teatro del Barrio que profundiza en la Memoria Histórica: El pan y la sal.

En esta primera producción, que es “más que una lectura dramatizada” como dice Portaceli, o como la denomina su director Andrés Lima, “un espectáculo semi-montado”, se ha contado con actores y actrices como José Sacristán, Nuria Espert, María Galiana, Gloria Muñoz, Mario Gas, Natalia Díaz, Alberto San Juan, Ramón Barea, Laura Galán, Ginés García Millán y Emilio Gutiérrez Caba, donde se aborda la memoria histórica a partir del juicio al juez Baltasar Garzón en el año 2012, juzgado por intentar investigar los crímenes de la dictadura franquista.

Esta dramatización de Raúl Quirós contiene los testimonios reales de los familiares de algunas víctimas, no militares, del franquismo. Víctimas que ascienden a cerca de 140.000 personas, situando a España como uno de los países con más desaparecidos del mundo, superado únicamente por Camboya. “Esta obra pretende hacer honor a estas personas que buscan la verdad” cuenta Andrés Lima “No veíamos que fuera necesaria una puesta en escena sofisticada, ni actores metiéndose en el personaje. Los actores lo único que pretenden es hacérnoslo llegar al público, no pretenden encarnar otras personalidades”.

“El corazón del evento son las declaraciones de los testigos (…) Que yo sepa, es la primera y última vez que víctimas del franquismo han contado su caso en una instanción judicial estatal” comenta Alberto San Juan, quien ya programó El pan y la sal hace tres años en el Teatro del Barrio “La puesta en escena de este espectáculo es un acto cívico que no deja de ser artístico”.

Según la actriz Natalia Díaz “El montaje es parte de un mecanismo de justicia transicional” que pretende reparar más que condenar y ofrecer, a través de la cultura, un altavoz desde el que dar a conocer unos hechos que, debido al miedo o la vergüenza social, han sido acallados durante tantos años “Es un lujo cuando un texto o la declaración de alguien te da la oportunidad de reconocerte en el otro” dice la actriz “Es prácticamente imposible que los que estén sentados en el público, tengan la ideología que tengan, no empaticen y no entiendan las reclamaciones de reparación y justicia que piden los testigos a lo largo del juicio”.

El pan y la sal, además de verse en el Teatro Español, podrá verse en el Teatro Lliure y en el Central de Sevilla, contando con la presencia de algunas de las personas que testificaron en el caso para tener un encuentro con el público.

“La verdad, en este país, tiene que salir y tiene que ser algo habitual” dice Lima, quien finalizaba la presentación citando a Eduardo Galeano “No hay historia muda, por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan. La historia humana se niega a callarse la boca (…) Cuando está de veras viva, la memoria no contempla la historia, si no que invita a hacerla”.

Textoy fotos José Antonio Alba

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José Antonio Alba
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