Del 2 al 18 de diciembre se celebra en la Sala Teatro Cuarta Pared la séptima edición del Essencia Festival de la Teatralidad. Un evento que se caracteriza por el encuentro entre los artistas y el público. Una oportunidad perfecta para todos aquellos que, después de asistir al teatro, se quedan con ganas de saber más sobre lo que han visto: un espacio para preguntar, reflexionar, debatir y llegar, o no, a conclusiones junto con los creadores de las obras.
«¿Si participo en un espectáculo soy público o creador? ¿Puede haber muchos autores en un solo autor?»
En esta edición el festival se divide en cuatro ciclos: La teatralidad de lo político, la teatralidad de los cuerpos, la teatralidad de la participación y la teatralidad en Roland Schimmelpfennig. En los tres primeros no solo se representarán las creaciones de las cinco compañías seleccionadas sino que también se realizarán talleres de teatro físico y dramaturgia.
Del 13 al 16 de diciembre se llevará a cabo el cuarto ciclo. La muestra de los laboratorios de investigación y creación ETC 2021, dedicada al autor teatral alemán contemporáneo más representado en el mundo, Roland Schimmelpfennig, con entrada gratuita previa reserva.
En Teatro Madrid hemos querido conversar con el director de la Sala Teatro Cuarta Pared y del festival, Javier G. Yagüe, y con las cinco compañías seleccionadas para representar sus obras: Atirohecho, Les Impuxibles, Bullanga Compañía Teatral, Cía Spam. Please. Enter y el coreógrafo Adrián Vega.
Entrevista a Javier G. Yagüe
El encuentro entre el público y los artistas después de una función es un hecho que ocurre muy pocas veces. ¿Por qué motivo sentisteis la necesidad de crear un festival donde ese encuentro fuera el protagonista?
Javier G. Yagüe. Hay personas que acuden al teatro como una opción más para su tiempo de ocio. Pero hay otras personas para las que el teatro está entre sus necesidades vitales, sean profesionales o no. Son esas personas que acuden a encuentros relacionados con la actividad teatral, que hacen teatro aficionado, que leen teatro o que después de ver una obra se quedan con ganas de saber más. En definitiva, que se interesan por el teatro más allá del momento preciso en que termina la función.
Como siempre decimos, Essencia es un festival para espectadores curiosos y, por ello, intentamos facilitar ese encuentro entre creadores y público. Pero no solo eso, sino que nos parece fundamental el encuentro y debate entre los propios espectadores. Nos parece muy importante, en medio de una sociedad tan individualista como la nuestra, fomentar los vínculos de comunidad.
¿Crees que ese encuentro posterior entre el que comunica y el que escucha debería ser más frecuente en el teatro? ¿Sería de ese modo la esencia de la teatralidad más impactante en el espectador?
J.G.Y. El encuentro no puede imponerse a todo el mundo, pero sí ofrecerse como una opción para aquellos que lo demandan e, incluso, lo necesitan. El impacto que una obra produce es bueno compartirlo y, como todo aquello que se conoce más, se disfruta más. Cuando algo interesa, la gente quiere conocer más sobre lo que ha vivido, y apreciar el teatro pasa por entender su singularidad, su esencia, aquello que lo diferencia de otras opciones de ocio que no se adentran en el interior del ser humano.
¿Qué tienen en común las obras que se van a representar en esta séptima edición?
J.G.Y. Las obras han sido seleccionadas por el hecho de tener algo que fomente la curiosidad. Por ello, son obras no convencionales, que aportan algo que no estamos acostumbrados a ver y que invitan a la reflexión y el debate. Que animan a indagar, a saber más de ellas tras el impacto o la sorpresa inicial. Que dejan interrogantes en el público o una emoción que se necesita compartir. La estructura en ciclos permite, en muchos casos, tener más de una referencia para las mismas preguntas; conocer soluciones diferentes para un mismo tipo de inquietudes de los creadores y contextualizar las propuestas; establecer vínculos y conexiones entre diferentes estilos y lenguajes.
La compañía Atirohecho presentará ‘Ingovernables’ dentro de ‘La teatralidad de lo político’
.¿Qué supone para vuestra compañía representar en este festival?
Carla Chillida Estamos muy contentas de poder participar en el Festival Essencia, y sobre todo por la oportunidad de llevar los temas de nuestra obra a Madrid, ya que la especulación inmobiliaria, la gentrificación, la «turistificación» y el problema de acceso a la vivienda, aunque son temas que en la obra se tratan desde una perspectiva local (Valencia), creemos que al público madrileño, desgraciadamente, les serán muy familiares.
¿Qué temas y conflictos se tratan en vuestra obra? ¿Por qué decidisteis trabajar en ellos?
C.C Ingovernables habla de la especulación urbanística y la destrucción del territorio por parte del mal llamado «progreso», que quiere asfaltarlo todo y nos expulsa de nuestros barrios. Decidimos trabajar en estos temas, porque creemos que son de prioridad urgente, ya que si no paramos estos planes urbanísticos no habrá vuelta atrás, ni para el planeta en el que habitamos ni para nosotras mismas. Ingovernables es un canto de amor a la tierra y al derecho a una vivienda digna, además de un homenaje a las personas que se organizan y luchan para hacer frente a tanta especulación.
El coreógrafo Adrián Vega presentará sus dos creaciones: ‘Los lunares del puma’ y ‘We are just okey’ dentro de ‘La teatralidad de los cuerpos’
¿Qué supone para ti representar en este festival?
Adrián Vega. Estar en el Festival Essencia me hace especial ilusión porque creo que hacen falta más festivales como este, que apuesten por expandir la teatralidad. Por el propio ADN del festival, que apuesta por dar visibilidad y hacer reflexionar tanto a público como a creadores, porque por mucho que reflexiones desde la escena, si luego nadie ofrece oportunidades a artistas que reflexionen y lleguen a un público… Es una maravilla que haya salas y espacios que invitan a la reflexión de las artes vivas. Luego a nivel personal me hace mucha ilusión seguir trabajando con mi obra y que haya personas que apuesten por mí.
¿Qué temas y conflictos se tratan en tus obras? ¿Por qué decidiste trabajar en ellos?
A.V. We are just okey es mi proyecto final de carrera, con la que me pude graduar en el Institut del Teatre. Habla sobre la caída. Me interesaba la caída en relación a mi experiencia como pedagogo. Al venir de las danzas urbanas, cuando entré en contacto con la danza contemporánea me di cuenta de que la caída no estaba tan permitida como yo me la había permitido durante toda mi carrera. La caída acababa siendo mi día a día. Muchas veces me encontraba en clase diciendo: «es que si no nos caemos no vamos a avanzar…» Al hacer trabajo de suelo, acrobacia, la caída es algo inevitable.
Me apetecía mucho trabajar desde eso y ver dónde estaba la caída real en la danza. Porque, claro, cuando estamos en clase aparecen caídas pero, ¿qué pasa cuando la empiezas a escenificar? ¿a teatralizar? Muchas veces me encontré que era ficticia, que ibas buscando hacer casi la pantomima con la caída que la caída de verdad. Pero, sin embargo, al llevar las botas de flamenco lo que me era muy interesante era el sonido del impacto de la caída y el cansancio. El cansancio fue muy interesante para poder aprovechar la caída, para utilizarla como espacio sonoro, que ese impacto provocara deformidad en el cuerpo y que nos permitiera la escucha.
El sentirte acompañado, pues la pieza es en silencio y tanto Marina Pravkina como yo estamos todo el rato en la escucha, acompañando en la caída, sabiendo que nos estamos cayendo juntas. Cuando vences ese miedo a caerte, la caída desaparece instantáneamente de la pieza. Se convierte en un lanzarse, en un tirarse y, ocasionalmente, por el cansancio aparece «el caerse» pero sin ser forzado o buscado: intentamos no caernos en ningún momento hasta que es inevitable, ya que es una pieza dura y difícil. Ese es un momento precioso.
En Los lunares del puma sigue el germen de We are just okey, en esta ocasión la reflexión es cómo yo me encuentro con la danza y con la cultura a través de la influencia del hip hop y la estética norteamericana. Cómo, con los años y con los estudios de danza contemporánea, acabo entrando en contacto con el flamenco y me empiezo a interesar por toda la iconografía más popular española o de mi región. Aquí está el juego entre los estereotipos, entre los «lunares», que si buscas en google parece que tiene que ser casi la marca España y, por otro lado, el grafiti y marcas como Nike, Puma… Yo nunca había tenido ningún alias, siempre me habían llamado Adrián, pero a medida de ir bailando con flamencos me empezaron a llamar «Flamenco», así en broma, y me saqué ese sobrenombre: «Puma». Ahora mucha gente me llama así.
A modo de reflexión, el flamenco es vertical pero yo zapateo en horizontal. Es un juego, con el hábitat de Norteamérica, con el hábitat de España, sabiendo que el Puma es un felino americano y reflexionando sobre cómo yo he crecido entre estas dos culturas. Abandoné el futbol en el momento en el que tanto el techno como el hip hop llegaron a mi vida y pasé a ver la NBA, bailar break… Y cómo poco a poco estoy reconciliándome con los estímulos que me rodean más que con un estereotipo.
La compañía Les Impuxibles presenta ‘Des-Espera’ dentro de ‘La teatralidad de los cuerpos’
¿Qué supone para vuestra compañía representar en este festival?
Ariadna Peya. A Les Impuxibles nos apetece muchísimo participar en este festival, nos interesa muchísimo la iniciativa, nos encanta ir a Madrid y la Sala Teatro Cuarta Pared. Somos una compañía que mezclamos lenguajes escénicos y lenguajes poéticos: música, danza… Esta es una pieza muy desnuda, sintética y pensamos que puede encajar súper bien.
¿Qué temas y conflictos se tratan en vuestra obra? ¿Por qué decidisteis trabajar en ellos?
A.P. Es una pieza que nace a raíz de un disco de Clara Peya que se llama Analogia de la mort y que son pequeños cuentos musicales que hablan, sobre todo, de luz y de oscuridad: de la contradicción. Durante el confinamiento yo estaba confinada con mi pareja y decidimos hacer una creación en base a ese disco. Empezamos a reflexionar sobre nuestros roles entre las dos, sobre la contradicción, sobre la pasión, los miedos… Y nació esta pieza, con una poética muy simple y desnuda pero muy emocional a la vez.
Bullanga Compañía Teatral presenta ‘Juego de niñas’ dentro de ‘La teatralidad de la participación’
¿Qué supone para vuestra compañía representar en este festival?
Adrián Novella. Bullanga Compañía Teatral ha viajado mucho por el país y especialmente con Juego de niñas, incluso hemos cruzado el charco. Pero nunca una obra nuestra había pisado Madrid. Así que cuando la Cuarta Pared nos ofreció participar en el Festival Essencia para celebrar el quinto aniversario de la obra en su sala nos lo tomamos como el mejor regalo de cumpleaños que podíamos recibir. Esperamos darnos a conocer al público madrileño con nuestra obra más llamativa y que esta visita sea la primera de muchas. Creemos que este festival es una buena opción para conseguir nuestro propósito.
¿Qué temas y conflictos se tratan en vuestra obra? ¿Por qué decidisteis trabajar en ellos?
A.N. Juego de niñas surgió por un acontecimiento que le ocurrió a un docente al que conocíamos. Un hecho -que no diremos- que ocurre mucho en las aulas y que pudimos ver muchos puntos de vista de docentes y padres y madres a la hora de comentarlo.
Así que decidimos recrear una reunión escolar donde tuvieran cabida todas esas voces. La Sala Cuarta Pared se convertirá en una escuela. Desaparecerán las butacas, la cámara negra y veremos paredes blancas, colores, dibujos, juguetes, sillitas… Y adentraremos al público en esta reunión en la que, como familiares del alumnado, verán cómo se tratan aspectos cotidianos del ámbito escolar, pero también que es necesario hablar de un tema que ha ocurrido dentro del centro. ¿El problema? La falta de comunicación o la comunicación digital, la sobreprotección y, sobre todo, el miedo.
La Compañía Spam. Please. Enter. presenta ‘Put your hands up’ dentro de ‘La teatralidad de la participación’
¿Qué supone para vuestra compañía representar en este festival?
Ramón Gázquez y Cristian Alcaraz Dos líneas de acción: por un lado, la conexión con el centro neurálgico de la actividad escénica de España; y por otro lado, y de forma más concreta en relación al festival, detener el pensamiento poético en la relación teatralidad-participación espectatorial. ¿Cómo podemos expandir los signos teatrales para hacer partícipe a la audiencia? ¿Qué significa su inmersión? ¿De qué manera podemos reinventar la participación primigenia del pueblo en la estética teatral?
¿Qué temas y conflictos se tratan en vuestra obra? ¿Por qué decidisteis trabajar en ellos?
R.G. y C.A. Abordamos cada propuesta artística desde el giro cultural y performativo que trajo consigo la insurrección digital. En PYHU, trabajamos en un proceso dramatúrgico para desvelar el pensamiento web: hipertexto, interacción, inmersión, experiencia frustrante, etc. Además, queríamos plantear la posibilidad de reflexión sobre qué significa «percibir» en el teatro: ¿hacia dónde se encamina la mirada de cada uno de los espectadores? Y, ¿qué es lo que determina la experiencia estética del teatro: ¿el mirar o el vivir?
Por otro lado, la historia del protagonista (un Hikikomori) nace como una continuación de otro de nuestros intereses: la creación de un panteón mitológico e iconográfico de los «héroes» de la digitalización. Una idea que ya empezamos a desarrollar en Sal de la pantalla y bésame (una pieza one on one a través de Skype) y en la que seguimos trabajando.
Un artículo de Andrea Garriga González / @andrea.garriga