Ya se ha convertido en una tradición que, llegado el verano, el Teatro Galileo saque su escenario a la calle para que los espectadores disfruten de seguir viendo teatro al aire libre, con el añadido de poder desgustar la función a la vez que cena o se toma algo.
Este año el encargado de ambientar la Terraza del Galieo ha sido Enrique Jardiel-Poncela, con una función que es un buen ejemplo del humor y el surrealismo que caracterizan a este autor: Cuatro Corazones con Freno y Marcha Atrás. Una montaje que no podía estar dirigido por otra persona que no fuera Gabriel Olivares, responsable de grandes éxitos de la cartelera madrileña como Burundanga, El Nombre o Our Town, que en esta ocasión suma su mirada a la de Jardiel-Poncela para hacer que las noches del verano madrileño brillen llenas de carcajadas y colorido.
Teatro Madrid.- Gabriel Olivares es un nombre ligado al teatro comercial desde hace muchos años. No hay temporada en la que, al menos un título, no lleve tu firma. ¿Cómo puedes mantener, por ejemplo, la frescura en Burundanga tras tantas temporadas, estrenar nuevos textos y estar pendiente de nuevos proyectos?
Gabriel Olivares.- Es la demostración de que el teatro es un arte vivo. Una función no termina con el estreno. Las funciones que llevan más tiempo en cartel hay que volver a ensayarlas de vez en cuando.
TM.- Visto el éxito y la profusión, ¿por qué crees que el término “Comercial” se utiliza de una manera tan peyorativa?
GB.- Todo el mundo tiene derecho a opinar lo que quiera. Estoy en un momento personal en la que estoy poco interesado en tener una opinión de todo. A veces uno se siente esclavo por tener una opinión para cada cosa. Quien opine que el término comercial es peyorativo, lo tiene fácil. Que ni lo haga ni lo vea.
TM.- Hablamos de teatro comercial, pero quien ve tus trabajos puede observar que, en mayor o menor medida, de una manera más o menos perceptible, utilizas técnicas experimentales para ponerlas en práctica en dichos montajes. Suzuki, Viewpoints… ¿qué aportan estas técnicas a tus montajes?
GB.- Espero que aporten teatralidad y que ayuden a conectar al público con lo que ocurre en el escenario.
TM.- En Cuatro corazones con freno y marcha atrás te has desmelenado y las utilizas a placer. Se mire por donde se mire este divertido delirio escénico, rezuma este tipo de técnicas por todos lados, ¿no?
GB.- Creo que en Cuatro Corazones he usado estas herramientas para crear elenco. (Elenco que en esta ocasión está conformado por: César Camino / Álex Cuevas, Patrick Martino, Silvia Acosta, David García Palencia, Chusa Barbero, Eduard Alejandre, Esperanza de la Vega, Pedro Forero, Asier Iturriaga, Guillermo Sanjuán y Mateo Rubistein)
TM.- Sin embargo, donde todos vemos ese delirio, realmente hay un trabajo que requiere una marcialidad que no solemos estar acostumbrados a ver en escena, ¿esto es debido a la, cada vez más presente, filosofía de TeatroLab en tus puestas en escena?
GB.- Yo no lo llamaría marcial. Pero si que estas herramientas son muy exigentes físicamente. Los actores del TeatroLab son artistas que ayudan a crear y tienen responsabilidad en todo el proceso de trabajo.
TM.- ¿Por qué te decidiste a elegir Cuatro Corazones con Freno y Marcha Atrás?
GB.- Es la primera función que vi de niño. Tenía claro que sería mi primer Jardiel como director.
TM.- ¿Cuáles son las semejanzas que hay entre Gabriel Olivares y Enrique Jardiel-Poncela?
GB.- Nos gusta ver la vida con humor y poesía.
TM.- ¿Qué va a descubrir y por dónde atrapará este texto firmado en el año 1936 al espectador del 2017?
GB.- Espero que descubran una de las mejores comedias del teatro español.
TM.- Teatro al aire libre en el patio del Teatro Galileo, con el público comiendo y bebiendo, casi en ambiente de verbena. Supongo que se percibe una energía diferente, ¿no?
GB.- Se percibe y tratamos de usarla. El espectáculo está diseñado para este espacio y esta época específicamente. El patio del Galileo es otro personaje más en esta versión.
Texto de José Antonio Alba