Una pandemia mundial, la nevada histórica Filomena, la lluvia de barro que amenaza con volver a convertir la ciudad en un decorado de Star Wars… Además, estamos inmersos en una crisis económica sin precedentes y con una guerra a las puertas de Europa. Es inevitable especular qué será lo próximo y resulta natural entrar en el plano más surrealista: ¿una invasión extraterrestre? ¿un Apocalipsis zombie? ¿Será este el año en el que, por fin, los delfines se revelen y cojan el mando?
Parece que la vida, y más en estos tiempos, va de improvisar, y la única forma de seguir adelante es tomarse las cosas con un poco de humor. Por este motivo hemos querido pararnos un momento a reflexionar y consultar a los expertos para hablar sobre la técnica de la improvisación teatral.
Los orígenes de esta técnica parece que se remontan a los siglos XVI y XVIII, cuando los artistas de la Commedia dell’arte improvisaban en las calles. Más tarde, hacia el año 1890, directores y teóricos del teatro como Konstantin Stanislavski y Jacques Copeau, utilizaron la improvisación en sus entrenamientos y audiciones. Además, en 1921 el conocido psiquiatra Jacob Levi Moreno fundó en Viena «el teatro de la improvisación», utilizando esta técnica, años más tarde, como una herramienta para la psicoterapia. Sin embargo, el momento en el que el teatro de improvisación se convierte en espectáculo teatral fue entre los años 40 y 50 del siglo XX a partir de los juegos teatrales de la profesora de interpretación Viola Spolin y el actor Keith Johnstone, que fueron poco a poco atrayendo a un público más que dispuesto a comprar una entrada.
La improvisación es un arte que llevamos intrínseco todos los seres humanos. Solo hace falta ver a un grupo de niñas y niños jugando en el parque, capaces de imaginar e improvisar historias de lo más interesantes. De adultos también utilizamos la improvisación, muchas veces incluso de forma inconsciente, en diferentes situaciones de nuestro día a día. En Teatro Madrid hemos charlado con algunas de las compañías de impro que actualmente están en los escenarios para reflexionar sobre esta técnica y conocerla más a fondo.
Improvisar para alcanzar la felicidad
¿Puede la técnica de la improvisación ayudar a que vivamos una vida más feliz? Las Profluencers, Verónica Almeida, Anna Lamona y Eva Páez, que actualmente están en la Sala OFF Latina con su espectáculo, nos cuentan que gracias a esta técnica «la gestión de la incertidumbre se lleva de otra manera.» Carlos Ramos, director y actor de Corta el cable rojo en el Pequeño Teatro Gran Vía dice que «la improvisación representa a la vida en sus momentos más interesantes» y que «no es que los improvisadores sean sabios emocionales, pero al menos ya han estado en cada situación. Ya han reaccionado a rupturas, a muertes, a guerras y fines del mundo…».
«Gracias a esta técnica, la gestión de la incertidumbre se lleva de otra manera»
Muchos psicólogos, psiquiatras y coaches emocionales utilizan ejercicios de improvisación para ayudar a sus pacientes a superar traumas o anticiparse a situaciones. Fer Molina, de la compañía Impro Impar, que está actualmente en el escenario del Teatro Bellas Artes con 3 en Impro nos explica que cuando empezó a hacer impro notó «que cambiaba mi forma de estar y de relacionarme con los demás, por un lado estaba más tranquilo sabiendo que el cambio no es algo malo, lo inesperado es habitual y adaptarse es sencillo. De hecho, es lo que hacemos todos los días: ¡a nadie le dan por la mañana el guion de lo que va a pasar ese día!» También fue beneficioso para Lolo Diego, de Jamming, obra que se puede disfrutar en el Teatro Maravillas Meléndez: «he aprendido a estar en el presente, en el momento y crear en grupo. En estos tiempos impredecibles, como dijo Isaac Asimov: ‘Para tener éxito, la planificación sola es insuficiente, es necesario también improvisar’».
«He aprendido a estar en el presente, en el momento, y crear en grupo»
Aprender a improvisar puede traernos paz interior pero es cierto que muchas personas necesitan tener una gran planificación y control en su vida. ¿Por qué nos dará tanto miedo improvisar? ¿Por qué tanta necesidad de tener todo atado? ¿Será que nos tomamos la vida demasiado en serio? ¿Y si le echamos un poco de humor?
Improvisar para tomarse la vida con humor
Está comprobado que el humor ayuda a enfrentarnos a los problemas y es beneficioso para nuestra salud mental y física. De hecho, es uno de nuestros grandes mecanismos de supervivencia. ¿Es el humor uno de los factores que ayudan a que nos tomemos la vida con más ligereza? ¿Por eso la técnica de la improvisación se juega casi siempre desde la comedia?
Lolo Diego de Jamming opina que «la comedia inevitablemente está en la naturaleza de este subgénero del teatro» y pone como ejemplo: «Si improvisas una operación en el escenario, o sabes mucho de todos los campos y de todas las materias, o es imposible que no aparezca el humor».
Pero, ¿existiría la comedia si no existiese el drama? Como en la vida misma, es imposible obviar la tragedia y esta, curiosamente, es necesaria para que exista el humor. De hecho, las Profluencers nos explican que «COMEDIA es = TRAGEDIA + TIEMPO (a veces ese tiempo es de 5 minutos, otras veces son 5 años), así que no existiría la comedia sin esas cosas trágicas de la vida de las que después nos reímos».
«El público pide más comedia porque necesita escapadas mentales»
Tampoco hay que olvidar que, como dice Carlos Ramos de Corta el cable rojo, «la comedia expresa también el dolor. Solo que hacemos que todos miremos esas tragedias desde una perspectiva poco habitual que nos produce una catarsis de risa». Además, no todo el mundo es fan de la comedia. También sentimos placer cuando lloramos a moco tendido viendo Titanic, ¿verdad? Fer Molina, de Impro Impar, apunta que «el público elige según sus gustos». No obstante, parece que actualmente los espectadores demandan más humor en sus vidas. Las creadoras de Impropietarias nos cuentan que han notado que «el público pide más comedia porque necesita escapadas mentales y busca mayormente reírse y desconectar».
Improvisar para aprender a vivir sin un guion
Cuando se va a ver un espectáculo de improvisación es fácil pensar que, al crearse la historia y los personajes en ese mismo momento en el escenario, no ha habido mucha preparación anterior. ¡Pero eso no es cierto! Las compañías profesionales de esta técnica ensayan y se preparan mucho para conseguir un buen resultado en sus funciones.
«No se nos exige un virtuosismo en cada cosa, pero sí la entrega total al juego»
Carlos Ramos, de Corta el cable rojo, nos explica que «los actores de improvisación estamos preparados para jugar a todo. Así que entrenamos todos los posibles aspectos del teatro. No se nos exige un virtuosismo en cada cosa, pero sí la entrega total al juego».
Si nos tomásemos nuestro día a día como un juego al que hemos venido a disfrutar, fallar sin remordimientos y experimentar, esta vida sin guion sería mucho más agradable. El ser humano sufre gran parte de su existencia por el recuerdo del pasado y por la incertidumbre del futuro. ¿Qué papel juega entonces el presente? Fer Molina, de Impro Impar, nos explica que en «la improvisación es muy importante el ahora, todo lo que ocurre se crea en el momento con los compañeros y compañeras y con el público. No hay tiempo para dudar, tienes que entregarte generosamente a la escena y dejarte llevar por ella».
Si no tenemos un guion que nos chive qué va a ocurrir en nuestra vida, tendremos entonces que improvisar. Lolo Diego, de Jamming, comenta que «en el teatro de improvisación los intérpretes además de actuar, crean/escriben la historia en el momento. En la improvisación nos centramos más en entrenar las herramientas, investigar en distintas atmósferas, géneros, estilings…, más que en ensayar».
Con los últimos acontecimientos que hemos vivido en la actualidad, muchos tenemos la sensación de que nuestra vida tiene más incertidumbre que nunca, pero, ¿no ha sido siempre así en realidad? Desde que nacemos vivimos improvisando. Nos improvisamos a nosotros mismos constantemente e improvisamos también según las situaciones inesperadas que nos ofrece la vida.
«Cuando se sube a un escenario sin guion, es un salto completamente a ciegas, a un vacío que puede aterrizarte en muchos lugares distintos»
Las Profluencers apuntan que, «cuando se sube a un escenario sin guion, es un salto completamente a ciegas, a un vacío que puede aterrizarte en muchos lugares distintos. Pero esto genera una sensación única, un subidón y una confianza en tu equipo que no se vive igual cuando ya está todo pactado y escrito. La magia que sucede de la espontaneidad es incomparable a cualquier otra cosa».
Por lo tanto, lo que hemos aprendido de estos grandes profesionales del teatro de improvisación es que, para subirnos al escenario de esta vida sin guion, es importante estar dispuesto a divertirse jugando, a entrenar las herramientas para prepararse, a vivir el presente sin dudar y, muy importante, apoyarse y confiar en nuestro equipo.
Si queréis aprender más sobre la técnica de improvisación, estos son los espectáculos que actualmente tienen en cartel las compañías que han participado en el artículo.