La primera obra de teatro conocida se escribió en la antigua Grecia y se atribuye al dramaturgo Tespis de Icaria, quien vivió en el siglo VI a.C. Lamentablemente, no podemos saber qué temas le interesaban puesto que sus textos no se han podido conservar, pero a día de hoy este señor es considerado el padre del drama ya que introdujo al primer actor, que dialogaba con el coro, sentando las bases del teatro actual. Le siguieron dramaturgos que seguro el lector conoce mejor, como Esquilo, Sófocles y Eurípides.
¿Eran Esquilo o Sófocles muy diferentes a nosotros? Podríamos pensar que sí: veneraban a decenas de dioses, traficaban con esclavos, desvaloraban a la mujer, no tenían electricidad, se trasladaban a pie, con animales de carga o carros y la posibilidad de volar estaba reservada solo para las divinidades. Entonces, ¿por qué seguimos representando sus obras, 2.000 años después?
Hace poco quien escribe este artículo vio un documental sobre el bombardeo de Guernica, acontecido hace ya 88 años. Parece que el mundo ha evolucionado mucho desde el año 1937, ¿verdad? El ser humano ha ido a la luna, tenemos la televisión en color, el tren de alta velocidad, el teléfono móvil, las redes sociales… Pero, ¿por qué las imágenes de Guernica se asemejan tanto a las que vemos de Palestina? ¿Por qué avanzamos tanto y, a la vez, tan poco?
Puede que sigamos recurriendo a los clásicos porque hay temas intrínsecos en el ser humano que todavía no se han solucionado, como el abuso de poder, la corrupción, la desigualdad, el sentido de nuestra existencia, el amor tratado desde diferentes prismas, la violencia… ¿Encontraremos algún día la respuesta? ¿Nos debería preocupar que haya tantas similitudes en la actualidad con textos milenarios? ¿Puede que recurramos tanto a los clásicos, no tanto para vernos reflejados, sino para intentar descubrir qué es lo que hemos hecho mal?
ClasicOFF, el festival que va más allá de los clásicos
Durante el mes de julio se podrá disfrutar en Nave 73, El Umbral de Primavera y el Teatro Lagrada del XIII Festival Experimental de Teatro Clásico, ClasicOFF, un certamen en el que los textos antiguos se miran cara a cara con la sociedad actual con el fin de buscar respuestas. También los creadores experimentarán nuevas formas de enfrentarse a estos textos, utilizando lenguajes actuales.
Shakespeare, Cervantes, Calderón de la Barca o Fernando de Rojas son algunos de los autores puestos en la palestra, también nos haremos preguntas sobre el emperador romano Nerón o reflexionaremos sobre el Siglo de Oro desde una mirada LGTBIQ+.

‘Batallando: La vida es sueño’ de Somos Nadie Compañía
El siempre presente William Shakespeare
Durante el siglo XVI nació uno de los dramaturgos más importantes de nuestra historia. Es curioso que la identidad de este autor haya sido objeto de debate durante siglos, ¿fue un hombre, una mujer o un colectivo? Puede que no sea casualidad que no sepamos bien quién fue, puede, de hecho, que sea algo simbólico y que ni siquiera necesitemos saberlo, porque Shakespeare representa temas existenciales que compartimos todas las personas, sus textos representan a la humanidad en su totalidad.
Por eso, no es de extrañar que este autor inspirase el montaje ganador de los Premios Max Casting Lear, un texto a partir de El Rey Lear cuya autora, Andrea Jiménez, entrevistamos en TeatroMadrid, y tampoco es de extrañar que cuatro de los montajes del Festival vivan de su universo.
Violeta del Campo y Borja Rodríguez recurren con Leaving de dream a la figura de Hamlet y proponen un viaje a través de la identidad, de los sueños y de la insoportable fragilidad de lo real. Se hacen preguntas tan interesantes como ¿Dónde termina la vida real y comienza la representación? ¿Qué significa realmente ser uno mismo? o ¿Y si el mundo fuera solo un sueño que aceptamos como verdad?
Con Metralla, las creadoras Sara Bayoumi y Hélène Alma Hüsler se plantean la figura de Ofelia, ya es hora de que cuente su propia historia, se ría de ella misma y de todos los hombres que la han destruido.
Y no podía faltar Romeo y Julieta, dirigida por Victoria Di Pace, que pone el foco en la guerra, tan presente en nuestros días y tan antigua como el ser humano. Una reflexión sobre cómo desde lo destruido volvemos a construir lo mismo una y otra vez.
Grumelot Formación y Escuela Nave 73 también aportan su visión al festival con Árdese la casa toda, una investigación sobre lo que significa amar al enemigo, trabajando los textos de Romeo y Julieta y Castelvines y Monteses, de Lope de Vega.

Imagen del montaje ‘El retablo de las maravillas’
Los clásicos de nuestro país
Nuestra tierra ha sido cuna de grandes pensadores, dramaturgos, poetas y novelistas que nos han ayudado a entendernos a nosotros mismos y a empatizar con otros. Aún y así parece que, todavía a día de hoy, necesitemos recurrir a ellos para reflexionar sobre temas que pareciera que ya están solventados, pero no.
La dama capitán es una obra escrita durante el Siglo de Oro por los hermanos Diego y José de Figueroa y Córdoba, adaptada y dirigida para el festival por Mery Gregorio. Un texto desconocido que explora la ambición de una mujer en una época en la que las aspiraciones femeninas pueden conllevar peligro.
Calisto y Melibea no mueren al final, de Dani Jaén, Diego Baselga y Paula Mira, repiensa la obra La Celestina de Fernando de Rojas para plantearse el amor y las relaciones de pareja actuales.
Batallando: La vida es sueño de Somos Nadie Compañía propone una batalla de rap entre Segismundo y Basilio para plantearse la insatisfacción con la realidad actual. «Si la vida es un sueño, ¿por qué prefiero dormir?»
Juanma Maslany, Jorge Domingo, Samuel Silva y Agustín Balbi han alumbrado El retablo de las maravillas, un montaje basado en el entremés de Miguel de Cervantes que sabotea el texto clásico con la parodia y la auto-ficción como única forma de habitar sus contradicciones.
Cuando te miro no me quiero morir de Abel Ferris y Sara Mérida, es un proyecto de investigación escénica que aborda el Siglo de Oro desde una mirada LGTBIQ+, interrogando las construcciones identitarias y normativas del periodo, poniendo a prueba la universalidad de los textos clásicos.
Ciudades en llamas: tan lejos y tan cerca
Por último, un montaje que reflexiona sobre una realidad que cada vez nos toca más de cerca: las atrocidades cometidas por aquellas personas que han llegado al poder.
En Roma abrasada, de Cristina Simón Alcaine, la autora recurre al emperador romano Nerón para reflexionar por qué el ser humano tiene esa necesidad de destruir y cuál es el origen de la crueldad.
¿Por qué siempre recurrimos a los clásicos? Tenemos 10 montajes donde buscar respuestas, en el festival ClasicOFF organizado por Nave 73.