María Luisa (Lola Casamayor) es una señora mayor que viene de merendar con su amiga Angelines (Marisol Rolandi) como todos los jueves. Raúl, el portero, le dice que añada algunos nombres en su buzón para que los cacos no sepan que vive sola. La anciana primeramente se resiste, pero acaba accediendo, casi al mismo tiempo que su imaginación comienza a volar junto a sus nuevos ‘compañeros de piso’ Benito Beckenbauer (general en la reserva), Emerson Azzopardi (poeta) y Juan Olmedo (un caballero como es debido).
Los actores Juan Codina, Marisol Rolandi, Juan Paños, Lola Casamayor y Juan Vinuesa, en la obra ‘María Luisa’.
Juan Mayorga toma de nuevo una anécdota captada de su entorno para construir la historia de María Luisa. «Presto atención sobre algunos aspectos de la vida y el teatro me sirve para contarlos», dice el dramaturgo sobre el germen de este texto que también dirige en el Teatro de la Abadía hasta el 21 de mayo.
La necesidad de tener que poner el nombre en un buzón para espantar a los ladrones «me impresionó, me provocó zozobra, porque esa anécdota me hablaba de la vulnerabilidad de las personas que viven solas», explica el último Premio Princesa de Asturias de las Letras.
Pero Juan Mayorga no quiso quedarse en los problemas que la soledad acaba acarreando a tantos miles de ancianos que viven solos hoy en día, sino que apostó por construir «un texto sobre el deseo [de amar y de ser amada] de una persona mayor».
El actor Paco Ochoa es el portero de María Luisa, interpretada por Lola Casamayor.
Lola Casamayor en el papel de María Luisa «va a deslumbrar» —asegura Mayorga—, escoltada por unos talentosos Juan Codina, Juan Paños, Juan Vinuesa (‘los donjuanes’) y Paco Ochoa. El humor del que el Académico de la RAE ha querido dotar la obra recae en gran medida en este cuarteto de actores entregado a cumplir los deseos de la protagonista.
El director artístico de la Abadía reconoce que «hay algo de cuento en la historia» de esta María Luisa «deliciosa, vital, imaginativa y con un punto de mentirosilla». Aquí juega un contrapunto perfecto la relación con su amiga Angelines, «con la que se identificarán muchas mujeres«, que intenta aterrizar el vuelo de la protagonista.
Un obra con carácter cervantino
Juan Mayorga reflexiona que en María Luisa hay una convivencia o negociación entre lo cotidiano y lo poético». Ahí reconoce que Cervantes «un gran maestro de la moral, nos ayudó a mirar con compasión a cada ser humano«. De ahí que se pueda decir que «esta obra tiene un carácter cervantino». Reivindicar el derecho a la imaginación «no es una fuga de la vida, sino que es la vida igualmente».
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